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» Diario Cordoba
Fecha: 03/01/2025 09:38
El hombre de 53 años asesinado el pasado 30 de diciembre en Badajoz. Jesús R. S., fue acribillado con un subfusil de asalto. Así lo aseguran a este diario fuentes cercanas a la investigación, que apuntan que los autores de los disparos lanzaron una ráfaga de tiros al coche del fallecido, a quien tras salirse de la carretera y chocar contra el muro del acceso a Tres Arroyos, habrían «rematado» con dos tiros, uno en la cabeza y otro en la nuca. El resultado de la autopsia no ha trascendido, pero, al parecer, aunque llevaba chaleco antibalas, uno de los proyectiles que traspasó la chapa del turismo habría penetrado por su costado, afectando a diversos órganos y provocándole lesiones incompatibles con la vida, por lo que cuando el tirador se bajó del vehículo para dispararle a bocajarro los dos tiros, ya estaba herido de muerte. La Guardia Civil, al frente de la investigación, no confirma ni que el arma utilizada fuera un subfusil, ni tampoco las lesiones de la víctima y se limita a señalar que continúan recabando información, pruebas y testimonios para tratar de esclarecer estos hechos e identificar a los presuntos culpables. El secreto de las actuaciones decretado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz se mantiene. Otras fuentes consultadas no tienen dudas de que este asesinato es obra de «profesionales», es decir, que lo habrían cometido sicarios por encargo, igual que el del yerno de la víctima, que fue asesinado a tiros en el bar Vaquerizo el pasado 29 de febrero. Se presume que los asesinos a sueldo habían seguido antes a la víctima para conocer sus movimientos y aprovecharon que aminoró la marcha cuando circulaba por la BA-022, a la altura del acceso a la urbanización de Tres Arroyos, para, tras situar su vehículo en paralelo, abrir fuego contra él. Fue un conocido de la víctima quien momentos después vio el coche accidentado en la cuneta y descubrió el cuerpo sin vida dentro de su Volkswagen negro. Los pistoleros ya habían huido del lugar. Sobre quién o quienes están detrás del encargo de su asesinato se barajan diferentes hipótesis, todas relacionadas con enfrentamientos y conflictos previos de la familia con terceros y con un motivo común: «el ajuste de cuentas». Sus familiares habían recibido mensajes amenazantes los días previos al crimen. Aunque oficialmente no se confirma que este crimen esté relacionado con el del bar Vaquerizo, parece poco probable que no sea así, tanto por la relación familiar entre las dos víctimas, como por la forma en la que se han ejecutado los dos asesinatos. La jueza del Juzgado de Instrucción número 3 de Cáceres ya vinculó el tiroteo de febrero del bar Vaquerizo con otros dos ocurridos en el polígono ganadero de la capital cacereña en abril y julio. En el último, tres encapuchados abrieron fuego contra una vivienda tras derribar la entrada de la parcela con un todoterreno. En su auto, la jueza situaba detrás de estos hechos el enfrentamiento que mantienen desde el 2019 dos «clanes rivales» de Badajoz, que también han protagonizado otros episodios violentos en este tiempo, entre ellos, una batalla campal en el vestíbulo de la Audiencia Provincial en noviembre de 2023. El fallecido, sin relación con el tiroteo de 2019 Esta ‘guerra abierta’ se habría iniciado en octubre de hace 5 años, tras un tiroteo en Suerte de Saavedra, en el que un joven perdió el bazo y un riñón a causa de los disparos. De estos hechos estaban acusados el joven asesinado en el bar Vaquerizo, su cuñado e hijo del hombre tiroteado en Tres Arroyos, pero no él, y una tercera persona. Jesús R. S. «no tiene ninguna relación» con este caso, ni está imputado «ni siquiera se le llegó a tomar declaración», según apuntaron fuentes judiciales. El juicio está previsto para el próximo 15 de enero. Un columbario destrozado durante el entierro El hombre asesinado el pasado lunes recibió sepultura al día siguiente entre un amplio dispositivo policial. A pesar e ello, durante su entierro en el cementero Nuevo se produjeron destrozos en un columbario, cuyas cenizas quedaron esparcidas por el suelo. Este diario preguntó al ayuntamiento por lo sucedido, ya que es propiedad municipal, pero no obtuvo respuesta.
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