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» Diario Cordoba
Fecha: 03/01/2025 09:37
Buceando en los orígenes y en la historia del cine español, cuando este era mudo y mucho antes de la llegada del cine sonoro, es difícil encontrar en este la presencia de Carmen Villasán Moreno, una actriz nacida en Cabra y cuya presencia en los anales de la historia cinematográfica nacional apenas se resume en un par de líneas, aun siendo una de las más destacadas. La importancia de su labor es reconocida en algunos trabajos de investigación muy especializados y tesis doctorales, como la realizada por Carmen Rodríguez Fuentes, profesora de Comunicación Audiovisual y Periodismo en la Universidad de Málaga, donde, bajo el título Las actrices en el cine español de los cuarenta, señala que a finales de la década de los años diez del siglo XX, cuando existen luchas por parte de las productoras para contratar a los actores de mayor renombre en busca de la mayor amortización de sus productos, «un ejemplo de ello será Carmen Villasán, actriz disputada por muchas productoras». Revista ‘Arte y cinematografía’. Barcelona, enero de 1916. / CÓRDOBA Esto y alguna reseña más tirando de hemeroteca, como una entrevista realizada en la revista El mundo cinematográfico en mayo de 1918, es lo que hasta hace poco se sabía de ella, o el haber ocupado su imagen la portada de varias revistas especializadas como la barcelonesa La vida gráfica en octubre de 1915, donde en páginas de interior se reseñaba «ser una artista por facultades, por afición y por temperamento, revelándose en el cinematógrafo, y su gran belleza y su elegancia ocupa un lugar preferente entre las artistas que entre nosotros se dedican al teatro de pose». Además, se señalaba que «es la protagonista de la preciosa película de Cabot Films Redención, y una de las de la obra de la Condal Films El signo de la tribu», por lo que se le auguraba «un brillante porvenir en el difícil arte al que se dedica, y esperamos que no tardará mucho en cotizarse el nombre de la bella andaluza entre los mayores prestigios de nuestro arte». Lo poco más que se sabe de ella es gracias al colectivo local Cabra en el Recuerdo Ahora, lo poco que se sabe más de esta ilustre egabrense es gracias a la búsqueda realizada por amigos del colectivo Cabra en el Recuerdo, tanto en la memoria de cada uno de ellos como en el periódico local La Opinión a principios del siglo XX y de los álbumes familiares. Gracias a este esfuerzo, su historia se ha ido reconstruyendo, no con muchos más datos, pero sí con algunos más que pueden ayudar a rescatar del olvido a Carmen Villasán. Villasán junto al actor cordobés Antonio Calvache en 1918. / CÓRDOBA Así, se sabe que nació en 1896 -ella misma afirma tener 22 años en la entrevista mencionada anteriormente- y que intervino como actriz en varias películas de cine mudo entre los años 1911 y 1920, actuando bajo la dirección de directores como el pionero del cine catalán Fructuoso Gelabert; el italiano Godofredo Mategli; José María Codina, Rafael Salvador y Alonso Tormo, entre otros, protagonizando y participando en películas como La mejor venganza (1912), El signo de la tribu (1913), La intrusa (1914), Redención (1915), Pacto de lágrimas (1915), El secreto de una madre (1916), En pos de la ilusión (1917), El signo manda (1917) y La loca del bosque (1920). En 1918 protagonizó La España trágica, de Rafael Salvador, donde coincidió con el actor cordobés Antonio Calvache. Una película que fue rodada en los más típicos enclaves y lugares de Córdoba, Sevilla y Jerez de la Frontera, con una duración de 240 minutos y la primera cinta española que abordó el tema del toreo con final trágico. Una parte de ella se rodó en el norte de Marruecos, en Tetuán, hecho que hizo que su equipo de actores y de producción fuera el primero que cruzó el Estrecho de Gibraltar para realizar un trabajo cinematográfico de factoría española. Su importancia en los inicios del cine ha sido revelada en varias investigaciones, entre ellas, la de la profesora de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Málaga Carmen Rodríguez Fuentes Precisamente, el autor de la música de La España trágica fue Álvaro Alcalá-Galiano, miembro del linaje egabrense y menciano de los Alcalá-Galiano, al que pertenecen, entre otros, el marino egabrense Dionisio Alcalá-Galiano, muerto en la batalla de Trafalgar en 1805, y el escritor, político y diplomático egabrense Juan Valera y Alcalá-Galiano. Antes, su presencia también puede verse en El signo de la tribu, de José María Codina, la primera gran película española en series rodada en Barcelona en el año 1913 y que tuvo que ser dividida en tres series y diez partes, por durar su producción cerca de tres horas, llevando cada serie los títulos de Las dos hermanas, El calvario de la virtud y Crimen y expiación. En ‘La España trágica’ coincidió con el actor cordobés Antonio Calvache Hasta ahí, y poco más, se reduce su presencia entre los orígenes y los pioneros del cine español, retirándose del séptimo arte con la llegada del cine sonoro y al contraer matrimonio con Francisco Terrades Pla (1873-1963), ginecólogo y catedrático de la Universidad de Barcelona, ciudad donde residió y tuvo una hija de nombre Carmen, además de pasar los veranos en la localidad gerundense de Lloret de Mar, donde según se recoge en el inventario de Jardines de Cataluña, la familia construyó una casa, ya desaparecida, junto al mar. Ya alejada de los focos, visitó de mayor en alguna ocasión la ciudad de Cabra, manteniendo correspondencia con alguna amiga de juventud. Falleció en Barcelona el 11 de octubre de 1984. Suscríbete para seguir leyendo
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