05/01/2025 02:15
05/01/2025 02:12
05/01/2025 02:12
05/01/2025 02:12
05/01/2025 02:12
05/01/2025 02:11
05/01/2025 02:11
05/01/2025 02:11
05/01/2025 02:11
05/01/2025 02:11
» Corrienteshoy
Fecha: 02/01/2025 21:37
El plan de Javier Milei: ¿camino sostenible o espejismo? Por Pablo Tigani La economía global enfrenta un entorno de tensiones geopolíticas, guerras prolongadas y disputas comerciales que irán redefiniendo el panorama mundial. Donald Trump, nuevamente en la presidencia de Estados Unidos, proyecta el surgimiento de una “nueva derecha” que impacta las relaciones internacionales. Su control total de las instituciones estadounidenses lo convierte en el presidente más poderoso de los últimos tiempos. Domina la Corte Suprema, el Congreso y proyecta reformas en las Fuerzas Armadas, mientras designa amigos en el FBI; consolidando un enorme poder que influirá en las políticas globales de manera excepcional. Las presiones sobre China con aranceles agresivos, (amenaza con aplicar entre el 40% y 60%), podrían provocar la depreciación del yuan a 8 ¥/u$s, desde los 7.30¥/u$s actuales; al mismo tiempo China, sobrelleva una crisis inmobiliaria y una pronunciada desaceleración de la actividad económica. En Europa, el euro también enfrenta presiones, con una posible caída a 0.95 u$s/€, mientras que Brasil lucha con un déficit fiscal del 8.2% del PBI y una deuda del 87%, generando efectos adversos en Argentina. No ayuda que Brasil este observado. Las guerras en Gaza, Ucrania y las tensiones en Taiwán no muestran resoluciones próximas, y aunque Trump busca posicionarse como mediador buscando el “Nobel a la Paz” como Obama, su éxito extraoficial ha sido limitado. En América Latina, la victoria de Trump fortalece gobiernos de derecha de baja incidencia como Perú, Paraguay y Ecuador, por eso supone a Javier Milei el peso del trabajo. Sin embargo, se complica la relación de Trump con los gobiernos progresistas de México, Brasil, Chile y Colombia. Asimismo, las políticas proteccionistas de Estados Unidos erosionan la competitividad regional. Economía argentina: narrativas divergentes El gobierno de Javier Milei sostiene que “las cosas van saliendo bien”, respaldado por indicadores positivos: El riesgo país cayó a 627 puntos. La confianza del consumidor creció un 6.1% en noviembre 2024 respecto al mes anterior. La economía se contraería un 2.9% en 2024, menos del 3% que se proyectaba, aunque el desplome sería de 5.1% sin el aporte del agro. El blanqueo de capitales concluyó con éxito. El gobierno proyecta un crecimiento del 5% para 2025, gracias a un arrastre del 2% de 2024, y un impulso esperado en inversiones y exportaciones. Sin embargo, la realidad presenta contradicciones que el oficialismo evita reconocer: Solo las amortizaciones de deuda en pesos en 2025 ascienden a $128 billones, mientras el gasto primario 2024 llegara a $82 billones. Los pagos 2025 representaran (+56%), que todo el gasto primario 2024. En el primer semestre vencen $ 55.3 billones de los $ 128 billones en pesos, año 2025. La última licitación del Tesoro reflejó señales de alarma: se renovó solo el 87% de los vencimientos, con tasas de hasta 2,93%, por encima de la inflación mensual de 2.4%. No había ocurrido hasta ahora, que las tasas de interés ofrecidas por el Tesoro, fueran “tasas reales positivas”. El gasto primario creció un 10% en los primeros 4 primeros meses del segundo semestre de 2024, versus el primer semestre 2024. El gasto primario 2024 cayó 28% en términos reales contra 2023, pero ahora perdió el “efecto licuación” que lo favoreció. En 2024 el impuesto PAIS representará el 5% de la recaudación tributaria total y el 8% de los recursos que le corresponden a la Nación. En 2025 ese impuesto que se ha dejado de percibir, no ayudará a la sumatoria de la recaudación. Es cierto que el ajuste fiscal ha sido brutal, pero el gobierno ha decidido calcular el saldo fiscal con “base caja”, así es como le da superávit primario (+1.7%), y superávit financiero (+0.1%). Si se calculara el “déficit” se calculará base “devengado”, el saldo negativo seria (-0.8%*) o (-1.9%**). El déficit real devengado es de (-0.8%*) si se toma la capitalización de intereses al final del periodo y, el déficit es de (-1.9%**), si se toma la capitalización de intereses en forma mensual. El cálculo oficial omite decir que está difiriendo el pago de intereses con deuda del Tesoro (llamémosle “déficit post datado”). El ajuste fiscal implícito real 2024-2023 es de 3.8% o 2.7% PBI, en lugar del oficial que trata de mostrar como 4.7%. La política cambiaria, con un tipo de cambio real multilateral 35% retrasado respecto al nivel sugerido por el FMI a Sergio Massa en agosto 2023, limita la competitividad de las exportaciones y demandaría una devaluación del 50% para igualar agosto 2023, exigido por el FMI a Massa, para el oportuno desembolso de u$s 6.400 millones. La política cambiaria, trazada para sujetar la inflación, está generando un ambiente desfavorable para los sectores productivos nacionales, ya que, con el peso fuerte, la competitividad de Argentina frente a mercados internacionales se ve erosionada. Se teme por las entradas de nueva deuda privada por mas más de u$s 4.800 millones, sucedida en el tercer trimestre, si en parte entraron para seguir el carry trade son muy volátiles y obviamente no pueden sustituir el flujo de divisas provenientes de los recursos genuinos (exportaciones). El carry trade, dio rendimientos significativos durante 12 meses (entre 55% y 200% en dólares), gracias a la combinación de apreciación cambiaria y ganancias suculentas en tasas, títulos y acciones. Habría abundantes dividendos disponibles que podrían generar ciertos “bocados permitidos” luego de la hambruna previa de divisas. Del blanqueo, ya salieron u$s 7 mil millones en depósitos del sistema financiero, evidenciando una inmediata salida para mejor resguardo que las cuentas bancarias o plazos fijos. La deuda pública creció a octubre a u$s 485.000 millones, en parte lo hace por la capitalización de intereses y la apreciación cambiaria. Debilidades y desconfianzas 2025 A pesar de los logros mencionados por el gobierno en materia fiscal e inflación, la economía argentina enfrenta riesgos significativos: Shock externo: El fortalecimiento del dólar, las políticas proteccionistas de Trump y la crisis brasileña agravan la fragilidad externa. La devaluación de Brasil perjudica las exportaciones argentinas. Financiamiento: Remarcamos, las tasas del Tesoro alcanzaron el 2.93% mensual en la última licitación, superando por primera vez la inflación mensual (2.4%), convirtiéndola en “tasa real positiva”, ahora también en pesos. La última renovación de deuda fue del 87%, un síntoma de alerta. Si hay que hacer mas apetecible las tasas, crece el déficit financiero. Si no son apetecibles, pueden tratar de empezar a salir del “cepo al peso”. Competitividad: El tipo de cambio retrasado limita las exportaciones, afectando la capacidad de generar divisas genuinas. Política Fiscal: Dijimos que el ajuste fiscal de 3.8% del PBI, calculado en base devengada, contrasta con el 4.7% proyectado oficialmente. El reemplazo de ingresos para sustituir el impuesto PAIS (5% de la recaudación), no está claro que sea posible sin un crecimiento sustentable durante todo el año o sin arriesgarse a bajar gastos, en un contexto de extrema vulnerabilidad social. Saldo comercial: Superávit comercial 2025 cae, desde u$s18.500 millones en 2024, a u$12.500 millones en 2025. Consumo: sigue cayendo, como así también la producción de acero, la construcción y el empleo privado. Salarios: Los salarios estan debajo de noviembre 2023. Inflación: La inflación 2025 está estimada por el consenso de consultoras privadas en promedio 29%, el FMI 45%. Institucionales: El uso de DNU y Vetos, genera dudas para los inversores del exterior. No se está cimentando un marco institucional adecuado y sustentable en el largo plazo. Retraso en reformas estructurales: que demanda el modelo ortodoxo liberal, no estaría sucediendo. Reservas netas negativas: estan casi como las de Alberto Fernández en 2023. Apertura de la economía: en estas condiciones, la competencia de bienes chinos que buscan mercados alternativos al estadounidense, podría desencadenar el cierre de muchas PYMES e industrias. Esta situación detonaría el desempleo. Conclusiones y perspectivas El balance 2024 muestra avances de caja en términos de estabilización macroeconómica, pero las debilidades estructurales persisten. Si bien la estrategia del gobierno busca consolidar un crecimiento del 5% en 2025, los riesgos externos e internos plantean dudas sobre la sostenibilidad de estas proyecciones. La economía argentina enfrenta un dilema. Seguir dependiendo de parches de corto plazo o implementar las reformas estructurales ortodoxas liberales que, según el marco teórico del gobierno, sustentarían una mayor competitividad y reducción de la dependencia financiera. En un contexto global complejo y volátil, el margen de error es mínimo. ¿Podrá el gobierno capitalizar las oportunidades demostrando que este es el camino, o sucumbirá a los mismos errores de Macri en el pasado? En este contexto, los frágiles supuestos que sostienen el relato económico del gobierno parecen depender más de la esperanza que de la evidencia. En un año electoral, donde las promesas suelen multiplicarse y las decisiones se postergan, la “fatiga del ajuste” de la ciudadanía amenaza con convertirse en un factor disruptivo, capaz de desmontar cualquier estrategia que ignore las demandas sociales y las realidades económicas. ¿Cuánto tiempo más puede mantenerse un equilibrio construido sobre una base tan precaria? La respuesta no solo definirá el rumbo del país, sino también el juicio histórico sobre quienes lo lideraron. Director de Fundación Esperanza. https://fundacionesperanza.com.ar/ Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros
Ver noticia original