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» El Ciudadano
Fecha: 02/01/2025 20:14
“Cuando tenía 22 años, viví un momento que casi me rompe. Jugando la Copa Libertadores ante San Pablo erré un penal que quebró mi confianza, no estaba preparado para soportar la presión y las críticas. Por ochos años, evité patear otro”. Así comienza Marcelo Carrusca su presentación. Aquel partido por cuartos de final defendiendo la camiseta de Estudiantes lo marcó por completo. Aunque de aquel partido en 2006 pasaron casi 20 años, Chelo no se olvidó de aquella anécdota. Pero lo transformó en algo superior: una serie de libros para jóvenes futbolistas con herramientas mentales que puedan ayudarlos a transitar desde pequeños los duros golpes que el fútbol puede propinarles. Positive Me está compuesto de seis manuales con actividades para trabajar con jóvenes atletas a través de sus emociones. Carrusca está instalado en Australia desde el 2012, cuando llegó por un año para probar un fútbol distinto después de sus pasos por Turquía y México, además del fútbol argentino, y se quedó a vivir. Fue campeón tres veces con el Adelaida, para luego vestirse con otras tres camisetas y luego instalarse para siempre allí. Pincha Corazón El Chelo debutó jugando en Estudiantes después de haber recorrido las Inferiores desde los 12 años, mientras ayudaba a su papá Carlos en el reparto de huevos por zonas cercanas a La Plata. Aunque no le fue fácil, llegó a jugar en la Primera de la mano de Néstor Craviotto, allá por el 2002. Y fue sensación con otras jóvenes promesas como José Sosa y Mariano Pavone. Su único título con Argentina fue justamente en compañía del Principito, con quien fue parte del plantel Sub 20 que ganó el Sudamericano en el 2003, jugado en Uruguay. Con Tevez, Cavenaghi, Mascherano y Zabaleta como compañeros, dieron la vuelta olímpica dirigidos por Hugo Tocalli y luego finalizaron cuartos en el Mundial, tras perder las semifinales con Brasil. Estuvo varias veces cerca de ser campeón con el Pincha. Tras aquel fallo en la definición por penales que decretó la eliminación del Estudiantes de Diego Simeone de la Libertadores 2006, Carrusca se fue del club para probar suerte en Turquía. Ese mismo año, el Pincha fue campeón tras vencer en la final del torneo al Boca de La Volpe. Regresó al club en el 2009, después de que el equipo lograra dar la vuelta copera con Sabella y formó parte de aquel plantel que disputó la final del Mundial de Clubes ante el Barcelona de Messi. Tuvo también pasos por Banfield y por San Martín de San Juan, su último club antes de embarcarse a su destino definitivo, para el fútbol y para la vida. Tras varias lesiones, en el 2019 decidió retirarse definitivamente, a los 36 años. En esas casi dos décadas pasó por entrenadores como el Cholo y Sabella, pero además fue dirigido por Reinaldo Carlos Merlo y Carlos Salvador Bilardo. Cuidando a los más chicos “Ojalá hubiese entrenado mi mente igual que mi cuerpo”, dice Carrusca hoy, repasando sus dos décadas de carrera como futbolista profesional. Por eso desde su lugar de entrenador especializado en los más chicos es que propone este nuevo enfoque de trabajo para futbolistas juveniles, entrenando el cerebro, la mente, las emociones y los comportamientos. Junto con una licenciada en educación y un psicólogo y educador crearon estos libros (son seis para futbolistas y seis manuales para entrenadores que quieran aplicar esta metodología) con entrenamiento cognitivo, divertido y desafiante que busca mejorar a través del trabajo sobre cinco habilidades básicas: percepción, enfoque y concentración, procesamiento visual, memoria y reconocimiento de patrones. Carrusca, además de tener su propia academia de fútbol para chicos, es el Jefe del Programa de Desarrollo Juvenil del Adelaida United y además dirige un equipo en el colegio Christian Brothers de su ciudad. Cuando se retiró, dijo que deseaba “guiar y ayudar los jóvenes a que puedan cumplir sus sueños”. Ya trabaja en eso, para sanar aquellas heridas de su propia juventud.
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