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» Diario Cordoba
Fecha: 02/01/2025 06:12
2025 se estrena en el panorama internacional con la continuidad de la guerra en Ucrania, camino ya de cumplir tres años desde su inicio, el recrudecimiento de los conflictos en Oriente Medio y los interrogantes que provoca el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Las posibles complicaciones en la relación de Estados Unidos y China y la desaceleración del gigante asiático, así como la confrontación tecnológica y comercial de EEUU y Europa completan un paisaje internacional que suma el desafío del cambio climático a su agenda de urgencias. Para el Real Instituto Elcano, que analiza las perspectivas del panorama internacional y los desafíos a corto plazo para la acción exterior española, en la Unión Europea arrancará este año una nueva legislatura que «tendrá como gran reto la adaptación a la nueva realidad tecnológica, energética y geopolítica, en un contexto de erosión de la coalición europeísta y de cambios de gobierno en Alemania y Francia». En España, el Gobierno fía su futuro a la buena marcha de la economía, que cerrará el año con un crecimiento del 3% del Producto Interior Bruto (PIB) y la previsión de que el año próximo se mantenga ese crecimiento en el 2%. Estas cifras cobran más valor si se las compara con las previsiones de crecimiento que manejan otros países de nuestro entorno, siendo especialmente significativo el caso del motor europeo, Alemania, que acaba el año con una caída del 0,2% del PIB y una previsión para el próximo de una tímida mejoría del 0,4%. No obstante, el Ejecutivo de Pedro Sánchez tendrá que hacer frente a muchos desafíos políticos (afrontar el problema de la vivienda o avanzar en el recorte de la jornada laboral a 37 horas y media), incluido el de su propia supervivencia con unas relaciones con sus socios de gobierno cada vez más inestables, con los presupuestos prorrogados y en el aire los de 2025, y la posibilidad en el horizonte de que se convoquen elecciones generales si la tensión política hace imposible la gobernanza. El bloque de investidura, incluido Sumar (el socio hasta ahora más estable del PSOE) o Coalición Canaria (con un solo diputado), ha elevado el precio de sus apoyos al PSOE en la recta final de las negociaciones para la aprobación de las cuentas. Los de Yolanda Díaz, por ejemplo, le exigen la suspensión de los desahucios y la prórroga del impuesto a las energéticas. Un requisito, este último, que colisiona con PNV y Junts. Además, Pedro Sánchez tendrá que gestionar el frente judicial y el desgaste político ocasionado por el caso Koldo-Ábalos-Víctor de Aldama y todas sus derivadas, o las investigaciones judiciales contra su mujer, Begoña Gómez, y su hermano. Aunque en las últimas semanas se ha apreciado un cambio en la estrategia del PSOE que ha querido buscar en ese choque con los jueces una conexión para aglutinar a los progresistas al recelar de la supuesta connivencia de los magistrados y el Partido Popular, les será difícil evitar que sean los tribunales los que impongan la agenda política y los tiempos y no su acción de gobierno. El PSOE andaluz, a la espera A nivel orgánico, los socialistas ya han hecho sus deberes a nivel federal reeligiendo como secretario general a Pedro Sánchez, pero queda resolver la incógnita andaluza y despejar el futuro de Juan Espadas como se ha hecho (allí con precisión quirúrgica) en Madrid. El congreso de la federación andaluza está fechado los días 22 y 23 de febrero en Armilla (Granada), por lo que los socialistas inician el año con el deber de alcanzar una solución y evitar unas primarias que nadie desea. El PSOE-A está a la espera de que se pronuncie Ferraz sobre si habrá cambio o no de liderazgo, cuando el CIS andaluz ha vuelto a reflejar hace solo unos días la solidez del Gobierno de Juanma Moreno al frente de la Junta de Andalucía con 22 puntos de distancia de los socialistas. A nivel orgánico, por calendario, los populares tendrían que celebrar también este años sus congresos regional (el último fue en noviembre del 2021) y provincial (en febrero del 2021), aunque la dirección popular aún no ha puesto fecha a los cónclaves donde no se esperan en cualquier caso grandes sorpresas. En el Parlamento andaluz, los socialistas se aferran a la única espita abierta al Ejecutivo de Juanma Moreno con los contratos sanitarios de emergencia, que han denunciado ante el juez, y los problemas en la sanidad y la educación públicas, mientras los populares se afanan en circunscribir el caso de las licitaciones del SAS a «una denuncia política» y sacan pecho de la estabilidad de un gobierno que cierra el año con sus presupuestos aprobados. Bellido, ante su segundo año de mandato En el Ayuntamiento de Córdoba, el alcalde, José María Bellido, se enfrenta a su segundo año de mandato (séptimo contando el de coalición con Cs) con el reto de dar respuesta a los más de 7.000 demandantes de VPO que hay en la ciudad, con la tarea de planificar la Córdoba del futuro en el nuevo plan general de ordenación urbana (PGOM) y con el desafío de hacer compatible el desarrollo turístico y la vida en un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad. El sector industrial tiene pendiente, con Cunext e Hitachi a la cabeza, el desarrollo de importantes proyectos, mientras que será un año decisivo en las obras de la Base Logística del Ejército, que se prevé sea un foco de atracción para empresas tecnológicas y militares. También se espera el despegue definitivo del aeropuerto con la llegada de vuelos regulares a un gran aeropuerto español como El Prat, en la que se trabaja con discreción desde las instancias políticas, y la culminación de proyectos esperados como la reforma del Templo Romano o el proyecto de Córdoba Ecuestre en Caballerizas Reales. En clave política, la oposición echa en cara a Bellido que abuse «del rodillo» de su mayoría absoluta y no se siente con ellos a consensuar temas de ciudad. Para los socialistas, el partido con más concejales de la oposición, los retos del 2025 estarán en las políticas de vivienda, la necesidad de poner a punto los equipamientos deportivos y que definitivamente se adjudique la construcción del Pabellón de la Juventud; la reforestación y el incremento de sombra; la digitalización del Ayuntamiento y sus servicios para agilizar el empadronamiento, el pago a proveedores o la concesión de licencias, así como la mejora de la dotación de servicios municipales como la limpieza viaria, los servicios sociales, el transporte público (con la mejora de la seguridad de los taxistas), la cultura o las prestaciones en la periferia. Gobierno y oposición tienen, además, el desafío crucial de no dejarse empantanar en el lodo de la política nacional y mirar solo por los intereses de Córdoba. Suscríbete para seguir leyendo
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