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Gualeguaychu » Reporte2820
Fecha: 02/01/2025 04:10
Daniel Enz, excorresponsal de Página/12 Un adiós a Lanata Con la muerte de Jorge Lanata desaparece uno de los más grandes periodistas de nuestro paÃs y la región latinoamericana. Habrá un antes y un después de Lanata en el periodismo argentino. Pocos periodistas dejaron tanto en archivo para estudiar e investigar en el universo comunicacional, con demasiados aciertos y quizás con algunos errores que pudieron haber existido y con los que cierto sector se molestó, como siempre sucede en estos casos. Ante cualquier denuncia periodÃstica, con documentos, testimonios directos e información pura, los involucrados en los hechos y sus fanáticos nunca se hacen cargo de lo revelado y apuntan a denostar al mensajero. Y poco importa si esos aspectos develados son fondos públicos que se desviaron de arcas del Estado y no llegaron a los que más lo necesitan. Pero Lanata era una máquina de trabajar y de hacer. Y no estaba dispuesto a ceder ante algunas de esas reacciones, propias de un embanderamiento polÃtico, que se veÃa afectado por lo que contaba. Lanata era un periodista de raza. Exigente como pocos (como debÃa ser), desafiante, frontal, innovador permanente y desafiante a la hora de imponer tapas e ideas periodÃsticas a desarrollar en cada uno de los productos que lideró. Con Lanata nos conocimos en 1985, cuando se incorporó a la sección The posta post de la revista mensual El Porteño y pasó a ser su editor. A mi me llevó el querido y recordado Marcelo Helfgot, que era algo asà como el coordinador de esa sección en el mensuario que era manejado por una cooperativa de periodistas. Cada mes habÃa que escribir de cosas del poder en Entre RÃos para esa sección, que era la más leÃda de la revista y desde ahà surgió la idea de hacer el diario Página/12, que salió a la luz en mayo de 1987. Junto a su propietario, el empresario Fernando Sokolowicz, Lanata me convocó a principios de 1988 como corresponsal en Entre RÃos y fue un desafÃo muy fuerte. Me atendió en una oficina de reuniones, intercambiamos ideas, y nos pusimos a laburar. "Vos hacé lo mismo que en El Porteño. Hay que decir cosas y denunciar al poder", me acotó. De hecho, Rosario y Paraná fueron las primeras corresponsalÃas del diario. Y lo de Página/12 fue revolucionario y reconocido en el mundo. Llegar cada tanto a esa Redacción del diario y encontrarse con Osvaldo Soriano, Horacio Verbitsky, con Pasquini Durán, Eduardo Aliverti o Miguel Bonasso, con quien entablamos una amistad de toda la vida, era algo muy fuerte en esos tiempos jóvenes en periodismo. También me encontré allà con amigos de los cuales nunca más me separé, como Miguel Rep o Ernesto Tenembaum, entre otros. O después, en la revista Veintiuno, con Reynald Sietecase (con quien nos conocÃamos desde fines de los '80) y Andrés Klipphan. Aún no tenÃa 30 años en esa etapa inicial de Página/12 y temblaba cuando alguno de ellos me llamaba por teléfono fijo para pedirme tal o cual nota periodÃstica. Y los diálogos con Lanata eran imperdibles. En especial cuando se instalaba los sábados en la Redacción y hasta él mismo atendÃa el teléfono. Fue también la antesala de la salida de la revista Análisis, en abril de 1990. De hecho, el fenómeno de Página/12 fue muy fuerte en toda la primera generación de periodistas del entonces semanario, en especial por las técnicas de periodismo de investigación que se habÃan empezado a desarrollar y a las que la opinión pública de Entre RÃos no estaba acostumbrada a leer. Y Lanata fue clave en toda esa historia. Incluso, participó, en 1993, de las primeras charlas periodÃsticas organizadas por esta revista. La antigua sala del exbanco Institucional Cooperativo se llenó de punta a punta esa única vez que vino a Paraná, hubo gente en la escalera y hasta escuchando desde la puerta de la peatonal San MartÃn, sobre lo que contaba Lanata de la realidad polÃtica encabezada por Carlos Menem por esos tiempos. Lanata estaba decidido a volver a Paraná, pero no pudo cumplir su promesa, en especial por sus problemas de salud. Lanata nunca se alejó de nosotros. Cada vez que habÃa que informar de Entre RÃos, él sabÃa perfectamente que el equipo de Análisis estaba a su disposición y se trabajaron muchos temas para sus diferentes productos, como Veintiuno, Veintidós o Veintitrés, para el diario CrÃtica, DÃa D, Lanata sin filtro o en Periodismo para todos. Eso sÃ: controlaba cada detalle. ExigÃa precisiones de cada dato. Nada de otro mundo para los que conocÃamos sus niveles de exigencia y que eran siempre una enseñanza. Y porque sabÃamos que después de cada informe, las presiones de los hombres del poder entrerriano las recibÃa Lanata. Jamás nos recriminó nada. Al contrario: siempre nos alentaba a pelear las situaciones y seguir denunciando la corrupción en esta zona, como respuesta a esos aprietes. La muerte de Jorge Lanata era la noticia que no querÃamos leer, pero todos o casi todos, éramos conscientes de que el deterioro de su salud, después de tantos meses internado, iba a tener este triste desenlace. Por más que doliera su final, como sucede por estas horas. Gracias Jorge por todo lo que le diste al periodismo argentino. Más allá de algunos cuestionamientos, sabemos que dejaste la vida por este oficio. Eso fue una gran enseñanza para todos y seguramente no será fácil suplir tu ausencia. Jorge, ahora sÃ, descansa en paz. Fuente: Análisis
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