Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • El apilado de cama de pollo aporta múltiples beneficios al agro

    Caseros » Genesis 24

    Fecha: 02/01/2025 03:23

    La cama de pollo consiste en un piso de materiales, principalmente cáscara de arroz, girasol, maní y la viruta, con el que se cubre el suelo de los galpones donde se crían pollos parrilleros, con la finalidad de absorber sus excreciones. La misma constituye una fuente de nutrientes para las plantas, es ampliamente utilizada en cultivos agrícolas extensivos e intensivos y en pasturas, y significa un ahorro de fertilizantes químicos para los productores, previo tratamiento para su utilización agronómica. Potencia en producción avícola Entre Ríos concentra más del 50% del total de las áreas de producción avícola del país, seguida por Buenos Aires con el 35,5%. Es la provincia productora y exportadora de carne aviar más importante de Argentina, mientras que la producción de huevos frescos y exportación de huevos industrializados representa el 23% de la producción nacional. Según datos del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), la producción de carne aviar en Argentina aumentó un 2,3% con un récord de 2,5 millones de toneladas, un 7,6% más que el promedio de los últimos cinco años. El incremento fue acompañado de un aumento en la cantidad y el tamaño de las granjas, tanto en nuevas como en preexistentes. A su vez, ese crecimiento trajo aparejado no sólo un aumento en la cantidad de alimento ofrecida al mercado interno y externo sino también en el volumen de desechos de la producción, en particular en este caso, de cama de pollo. La misma es removida parcialmente al finalizar cada crianza y, de acuerdo con lo establecido por el Senasa, se debe modificar totalmente una vez por año o cada 5 crianzas (lo que se denomina vacío sanitario). En tanto, el apilado de la cama de pollo consiste en hacer una pila –valga la redundancia– de aproximadamente un metro de altura, dependiendo las características de la máquina y la altura del galpón. Generalmente se utiliza cuando hay enfermedades entre las aves, para aumentar la temperatura por los microorganismos que degradan la materia orgánica, matando así los microorganismos patógenos, bacterias y virus que pueden contaminar la siguiente crianza. Este procedimiento requiere entre 10 y 15 días. En 2019, un estudio e investigación nacional determinó un “alto y variado contenido de nutrientes y de materia orgánica” en la composición físico química de la cama de pollo proveniente de granjas del este de Entre Ríos. La alta variabilidad de los resultados reforzó la recomendación de que cada productor tome su muestra para conocer el aporte potencial de nutrientes de la cama de pollo de su propia granja. Si bien existen similitudes con datos de EEUU, las diferencias menores de concentración expresadas en partes por millón pueden representar magnitudes importantes de nutrientes cuando se consideran las toneladas de cama de pollo aplicadas por hectárea en lotes de producción agrícola. Trabajo en Entre Ríos La Secretaría de Ambiente de Entre Ríos incorporó esta tecnología como una normativa para que las granjas cumplan con este procedimiento de aptitud ambiental. Por ello, un equipo de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Concepción del Uruguay inició una serie de capacitaciones a diferentes empresas de la región para avanzar en la medida. El beneficio del apilado de cama se encuentra en que la siguiente crianza de pollos tiene una carga “mucho menor” de microorganismos patógenos, y así las aves “se enferman menos y esto genera mayores índices productivos, hay mejor conversión, menor mortandad, y una mejor tarifa cuando termina la crianza”, explicó Juan Martín Gange, investigador del INTA en esa ciudad entrerriana. Gange destacó que la avicultura es una actividad “intensiva que genera residuos”, ya que las aves están concentradas y tienen una carga biológica “importante”, por lo que tratar esos residuos tiene un costo que “se debe incorporar a la ecuación productiva”, porque “a final de cuentas es una inversión que va a repercutir en un mejor desempeño productivo de la crianza”, dijo el ingeniero agrónomo. En ese marco, el INTA pretende que ese apilado también se haga al finalizar, cuando la cama se retira definitivamente de la granja y se utilice agronómicamente: “Entonces, si un productor lo distribuye en el campo disminuye el riesgo de contaminación con esos patógenos a otras granjas vecinas”, completó Gange. Crianzas de pollo Cada actividad que se desarrolla en la provincia tiene un plan de gestión ambiental donde se prevén todos los impactos ambientales que pueda llegar a generar y así evitarlos y gestionar lo que necesariamente se van a producir. Para ello debe contar con un certificado de aptitud ambiental. Por ejemplo, en la actividad avícola, sobre la gestión de la cama de pollo. Juan Bordet es segunda generación de productores avícolas, actualmente integrado a una empresa de la zona de Concepción del Uruguay y está en un proceso de restructuración de los procedimientos con el uso de tecnologías. Produce pollo para producción de carne en dos granjas, tienen 17 galpones en total e implementó la técnica de apilado sanitario entre crianzas. “Lo que nos impulsó al cambio es que en la zona hay muchas empresas, hay una de las cunas avícolas más grandes del país, genera poco descanso sanitario y mucho traslado”, indicó y destacó que al reciclar las camas y con el apilado “se logra bajar el nivel de contaminación”. Según detalló, las empresas les provee el pollito bebé, la cama, el alimento, el servicio veterinario y la faena, mientras que su empresa dispone de la estructura, el gasto energético y la crianza. “Ponemos el trabajo y la atención en los pollos. Tenemos en producción 230.000 pollos vivos y un promedio de 5 crianzas al año, hablamos de 1.200.000 pollos al año”, detalló el productor. Bordet recordó que anteoriormente picaban las camas y volvían a utilizarlas, sin que se produzca la fermentación. Sobre el procedimiento, el productor entrerriano comentó que con las máquinas se hace un amontonamiento de las camas que se utilizan para la crianza del pollo, se las deja casi 10 días y se mide casi todos los días lo que es la temperatura. Luego, los técnicos del INTA sacaron muestras del pre apilado y pos apilado, para avanzar en un análisis de temperatura y microbiológicos y los resultados fueron muy buenos. Las mediciones que obtuvieron les permitió armar un protocolo propio de la empresa para el apilado. “No es un trabajo sencillo de hacer, pero las empresas están tomando conciencia de la importancia de hacer este tratamiento de las camas”, apuntaron desde el INTA. Por último, Bordet remarcó que seguirán implementando el pailado porque “es la única forma de mantener un equilibrio”, además de un “beneficio sanitario y económico y en la producción”. Uno

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por