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  • Salió campeón con Racing e Independiente, jugó en la Selección y superó un ACV: entrevista con el Negro Ludueña

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 02/01/2025 02:56

    El Negro Ludueña con los colores de Racing y los de Independiente “Hablo más o menos”, escribe por WhatsApp Miguel Ángel Ludueña, previo a cerrar la entrevista por escrito que se dio mediante este chat universal. La historia de este cordobés es de superación constante, de una persona con mucha fuerza de voluntad que pasó por momentos muy difíciles que marcaron su existencia. El 1 de abril de 2018, el Negro Ludueña ganó el partido más importante de su vida. Ese día, sufrió un accidente cerebro vascular, pero logró salir adelante. Luego, debió someterse a una operación para extirparle dos coágulos del cerebro. La rehabilitación fue lenta y paulatina, y de a poco se fue recuperando, aunque tras el ACV asegura que se siente “más seguro en silla de ruedas”. Ludueña nació en Villa María el 6 de febrero de 1968, en un barrio muy humilde a pocas cuadras de un río que lo vio nacer futbolísticamente. Fue un volante central excepcional, elegante, de muy buen manejo de pelota y con mucha marca, de los que no abundaban en el fútbol argentino. Fue un crack en su posición de la cancha. Un cinco que supo jugar al lado de Ricardo Bochini en Independiente y de Rubén Paz en Racing. Junto a Rubén Paz y Miguel Ángel Colombatti en su época de Racing “(Rubén) Paz me decía ‘damela porque vos no sabes nada´. El Bocha (Bochini) me explicaba ‘Miguel, el pase es hacia adelante’. Y aprendí mucho de Ubaldo Fillol, que nos dijo previo a la final contra Cruzeiro por la Supercopa: ‘Gané todo, pero este título es el que me falta. Es como la figurita difícil’. La referencia al Pato está vinculada a aquella Supercopa lograda por Racing en 1988. Sus inicios con la pelota fueron en Central Argentino de Villa María, club de su barrio, donde se destacó como un 10 exquisito, aunque probó en todos los puestos de la cancha, salvo de arquero y de extremo derecho. Luego, lo pudieron disfrutar Alumni, Alem y los seleccionados de la Liga Villamariense, previamente a pasar por Belgrano (1981), donde arrancó a jugar de mediocampista central. Después, pasó por Unión de Santa Fe (1982), Rosario Central (1983), Belgrano de nuevo, Talleres (1985/7), Racing Club (1987/8), Independiente (1988/91), segundo ciclo en Talleres, y en Platense (1992), club en el que colgó los botines con 33 años. Durante su carrera ganó tres títulos, el campeonato 1988/89 con el Rojo de Avellaneda, el torneo Preolímpico Sudamericano 80 con la selección juvenil argentina y la Supercopa 1988 con Racing, siendo compañero entre otros de Gustavo Costas, con quien mantiene una relación de amistad, y dirigido por Alfio Basile, mismo entrenador que lo llevó a la Selección Mayor. Siempre con el número 5 En la Albiceleste, el ex volante villamariense debutó el 27 de marzo de 1991, con 33 recién cumplidos, en un amistoso contra Brasil que terminó 3-3 en el José Amalfitani. Fue su único partido. “Fue un sueño cumplido. Me llegó tarde, con 33 años. Me convocó Basile para que cumpla el sueño”, sentencia el ex futbolista, de 66 años, en diálogo con Infobae. - ¿Qué es de su vida, Miguel? - No hago nada. Tuve un ACV y me estoy recuperando. Dejé la representación de jugadores y la inmobiliaria que tenemos con mi mujer. Ella se encarga de todo. - ¿Cuándo sufrió el ACV, cómo fue? - En el 2018. Estaba con mi familia en Alta Gracia, Córdoba. Cuando llegué a mi casa, comí primero, luego me bañé y me agarró en ese momento. Yo sentía que ya me iba a pasar y no sentía que me iba a morir. Luego de que me atendió el médico, me dijo que tenía que operarme. Nunca me sentí mal, pero tuve que operarme. Después, la recuperación me agarró en plena pandemia y durante la misma, me caí. Resulta que estaba caminando solo, sin ayuda, me caí y a partir de ese día, decidí utilizar la silla de ruedas para mayor seguridad. - ¿Qué tipo de rehabilitación tuvo que hacer? - Hice todo lo que tenía que hacer. Tuve secciones de fonoaudiología, fisioterapia y psicología. En seis meses dejé todo, aunque no hablo bien. El Negro Ludueña continúa haciendo trabajos de rehabilitación tras sufrir un ACV - ¿Ese problema es producto del ACV que padeció? - Sí, pero con las sesiones de fonoaudiología se va. Gracias a Dios no me dejó secuelas. Empecé el tratamiento con la fonoaudiología hace una semana y voy tres veces por semana. Físicamente sigo igual porque siempre me gustó estar bien cuidado, así que no debo tener cuidados extras. Del fútbol me alejé por completo. No juego más ni con amigos. Ya está. No extraño jugar al fútbol, tengo los mejores recuerdos. - ¿Cómo cuáles? - Me dio todo lo que tengo. No tenía nada ya que vengo de una familia muy humilde. Tuve que luchar bastante para lograr lo que logré. Pude dejar el fútbol en el momento justo, sin que el fútbol me dejé a mí. - ¿Hizo un buen colchón de dinero para vivir bien hoy? - Estoy bien porque cada cosa que compraba me costaba un campeonato. Lo mío era verdaderamente un trabajo, dentro y fuera de la cancha. Para mi viejo fue un trabajo duro. Hoy, podría jubilarme, pero no quiero. No trabajo por el ACV. - ¿Por eso lleva a cabo un emprendimiento como la inmobiliaria? - Sí. La plata trabaja para mí, no yo para la plata. Estamos junto a mi pareja en la inmobiliaria. Ella es martillera pública, aunque yo no trabajo. Si bien está mejor, dice que se siente más seguro en la silla de ruedas - ¿Qué recuerdos tienes de tu paso por Racing? - Teníamos un equipazo, con el mejor director técnico que tuve y la hinchada que me acompañó siempre. Era para ganar varios campeonatos. Salí campeón de la Supercopa Sudamericana 88 merecidamente. Ese equipo campeón tenía humildad, la característica principal. Gracias a Alfio Basile que manejaba bien al grupo. La principal virtud es el equipo que armó. - ¿Cuál fue el mejor entrenador que tuvo? - Basile. Me dejó un montón de enseñanzas, de consejos para la vida y el fútbol. El mejor consejo fue “ir siempre para adelante”. - Tuvo a Gustavo Costas como compañero. Hoy, campeón con Racing de la Sudamericana. ¿Cómo era Gustavo en el vestuario? - Era un ganador nato. No le gustaba perder a nada. Buen compañero, estaba en todos los detalles. Es un amigo personal. También su hermano, Fabio. Cuando Gustavo asumió el cargo de entrenador en el 2024, le desee suerte. Hablé con Fabio por WhatsApp cuando se consagraron campeones. - ¿Qué balance hace de su paso por Independiente? - El Coco Basile me dio la chance de elegir y pasé a Independiente. Fue positivo. Salí campeón en el campeonato de AFA y subcampeón de la Supercopa. Jugué con Bochini e Insúa. Yo lo tomé como un trabajo. Me ponía la camiseta y la defendía a muerte. El hincha reconoce eso, más allá de que vestí las dos casacas de Avellaneda. Previamente, tuve que elegir entre River, Boca e Independiente. ¿Por qué me decidí por el Rojo? Porque me daba más por contrato. El Negro Ludueña jugó en Racing Club durante dos años, previamente a pasar a Independiente, donde estuvo tres. Un día, cuando finalizó la práctica matutina del plantel del Rojo, paró con su auto en un semáforo de Avellaneda. Allí, dos hinchas racinguistas lo amenazaron, lo insultaron y uno de ellos le disparó con un arma de fuego. Ludueña arrancó con su vehículo y las balas impactaron en el guardabarros trasero. Se salvó de milagro. - Sufrió un episodio de violencia cuando pasó a Independiente ¿Tuvo miedo? - Pasó hace 30 años. Fue por el hecho de pasar a Independiente. El fútbol hoy sigue igual. No tuve miedo, me motivó mas para seguir adelante. Me di cuenta de que dejé todo por la camiseta de Racing, que tiene muchos hinchas que me reconocen cuando me ven por lo que hice y me respetan. Por dos hinchas no voy a cambiar lo que pienso. Racing es grande, tiene mucha hinchada. - ¿Qué representó para usted jugar al lado de Bochini? - El mejor de todos, sacó a muchos goleadores. Adentro de la cancha me decía “siempre jugá para adelante, siempre”. Había que hacer la pausa, me decía, para luego jugar hacia adelante. Otro es Rubén Paz, son los mejores. Le llevaban segundos a todos, jugaban con la cabeza. - ¿Hay jugadores como ellos hoy en el fútbol argentino? - Algunos, el más parecido a ellos es Kevin Zenón de Boca. - ¿Por qué se retiró como profesional siendo tan joven? - Quería dejarlo yo, y no que el futbol me deje a mí a los 33 años. Estaba bien físicamente para continuar. Luego, me dediqué a la representación de jugadores.

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