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Parana » Pagina Politica
Fecha: 02/01/2025 00:24
No es igual venir de afuera para gobernar Entre Ríos. No es lo mismo gestionar si se es ajeno al ecosistema político local. La condición de porteño que aparecía como presunta desventaja para una figura como la de Rogelio Frigerio, terminó por ser una característica sobre la que cabalgó este primer año de Juntos por Entre Ríos en la Casa Gris. Frigerio viene de afuera aunque lleve más de una década siendo protagonista del escenario político entrerriano. En 2013, el PRO le asignó la tarea de potenciar en Entre Ríos (y en la Región Centro) la fuerza política fundada por Mauricio Macri. Su socio en la provincia fue Jorge Busti en una coalición que llevó por nombre Unión PRO y que se quedó con la banca de la minoría en el Senado, puesto que desde entonces ocupa Alfredo De Angeli. Pasó una década desde aquello pero Frigerio viene de afuera. Es porteño. Esa muletilla poderosa del peronismo para la contienda electoral, es hoy una variable que explica en parte algunas medidas adoptadas y es sustento de la estrategia de imagen del Gobernador. Frigerio llegó al sillón de Urquiza hace un año. Pero no deja de mostrarse asombrado por lo que sería habitual para la política entrerriana y para lo que los entrerrianos habríamos naturalizado. O al menos, así se lo plantea en el mensaje de la gestión en redes sociales, en el que el coprotagonista habitual es otro porteño, el secretario General de la Gobernación, Mauricio Colello. En canales de televisión de Buenos Aires, Frigerio cuenta lo que “encontró”. Una bomba de tiempo, una deuda que duplica lo que se le había informado. Su estrategia de comunicación repite tres palabras “desidia”, “corrupción”, “ineficiencia” como marcas de una era que habría finalizado en diciembre de 2023. Pretende protagonizar “un cambio” en una línea de tiempo que se ubica siempre en “décadas” o, más que eso, en lo que “siempre fue así” por estas tierras. En efecto, su gobierno se inicia después de 20 años en las que gobernó el mismo partido, con un líder que le pasa la posta a otro, que le pasa la posta a otro y así. Dos décadas, en las que las cosas suceden, parece, “como siempre”. Jorge Busti, (2003- 2007) que bendice a Sergio Urribarri (2007- 2011, 2011- 2015), que delega la conducción en Gustavo Bordet (2015-2019, 2019- 2023). Podría ser un radical quien lo guié en el “farragoso terreno” de la política entrerriana. Podría hacer de baqueano un veterano funcionario de los tiempos de Sergio Montiel. O uno de los fundadores del PRO. Pero no. Es Colello el coprotagonista de la sorpresa acerca de cómo funcionaban las cosas hasta diciembre de 2023. De otra manera Con esas marcas de estilo, ordenando el discurso oficial, se han encarado buena parte de las medidas en el año que acaba de terminar. Ese relato es el que le da sustento a la Reforma Política sancionada hace unos días luego de años en que la BUP había quedado solo en anuncios. Se repite también en la manera de contar la recuperación de bienes públicos de la Codesal (Corporación de Desarrollo de Salto Grande), historia que incluye la percepción de los concordienses de que “nada se podía hacer” porque “siempre” hubo amigos del poder en la administración de esos espacios. Ese mismo relato también explica medidas que tradicionalmente la dirigencia política entrerriana pudo haber tildado de “temerarias”. Es el caso de la intervención, sin demasiados reparos, a la obra social IOSPER. ¿Era posible sacarle a los afiliados, sin previo aviso, la administración que ostentaban a través de sus representantes? Parece que sí. Que se podía. Hay que decir que la motosierra de Javier Milei, haciendo ruido de fondo es aliada de la Casa Gris. No se explica de otro modo que de un día para el otro los trabajadores del Estado hayan visto recortado su salario en 3 puntos por el incremento del aporte previsional. En un presente de derechos amputados, sostener el 82% móvil del sistema pareció suficiente. ¿Era suficiente? Parece que sí. Aunque por años y años el peronismo en el gobierno anunciara un debate inexorable (nunca dado) en torno a los “gestos” que habría que dar para que la Caja de Jubilaciones no quiebre. Frigerio se sorprende ante lo que sería obvio y sin embargo sucede. “Se podían hacer las cosas bien”, dice y pone a funcionar una lancha para garantizar el sistema educativo en Ibicuy; “¿Cuántos años pasaron? Décadas de un puerto que no se usaba”, dice en la misma recorrida y hace anuncios para el puerto. Vuelve a Paraná y unos días después cuenta, (nos cuenta) que en Entre Ríos los enfermeros cobran las horas extra con francos compensatorios. “Esto se termina hoy”, afirma y le pone fin a lo que parece tan ilógico como natural. Si se trata de derribar verdades instauradas, Frigerio desafía reglas elementales del vínculo ciudadano con la administración pública: “Ya no hace falta tener un amigo para que te mueva un expediente”. El Gobernador pretende fundar un nuevo tiempo. “Mañana, mejor que hoy”, dice y repite su reciente lema de gestión. Frigerio promete. Mate en mano. Aunque no deja de sorprenderse. Fuente: Página Política
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