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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/01/2025 04:36
Tras un recorrido por las mejores muestras de arte en Argentina, así como también aquellas que tuvieron un impacto en el mundo durante el 2024, llega el momento de ingresar en el campo de las controversias y las curiosidades. En el arte contemporáneo, se sabe, muchas veces se suceden situaciones irrisorias, ventas millonarias que nos hablan sobre un mundillo innaccessible y banal, o también, de artistas desconocidos que, en un acto de justicia poética, se atreven a colgar sus propias obras en algún museo. A continuación, una selección: La venta de “Comediante”, la banana de Maurizio Cattelan El criptofundador de origen chino Justin Sun se come "Comedian" (Peter PARKS / AFP) En un evento que generó tanto asombro como controversia, la obra Comedian del artista italiano Maurizio Cattelan, conocida por ser un plátano adherido a la pared con cinta adhesiva, fue adquirida por Justin Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, en una subasta de Sotheby’s Nueva York, por la sorprendente cifra de USD 6,2 millones. Días después, en un lujoso hotel de Hong Kong, entre banquetes y flashes, Sun devoró la fruta frente a decenas de periodistas e influencers de redes sociales, como no podía ser de otra manera. “Es mucho mejor que otras bananas”, comentó Sun, según reportó DW. La venta en la subasta representó un incremento significativo respecto al precio inicial de 120.000 dólares con el que debutó en Art Basel Miami Beach en 2019, cuando la pieza se convirtió en un fenómeno viral. Una mujer posa para una foto junto a la obra del artista Maurizio Cattelan en 2019 (REUTERS/Eva Marie Uzcategui) La obra, que forma parte de una edición limitada, había sido anunciada con un precio estimado de USD 1 millón, cifra que ya había generado escepticismo entre algunos críticos y coleccionistas. La pieza, que ha sido interpretada como una sátira sobre el valor del arte contemporáneo, ha dividido opiniones desde su primera aparición, y esta nueva venta no ha sido la excepción. En sí, lo que se remató no es la pieza, sino un “certificado de autenticidad” que otorga el derecho de recrear la instalación utilizando cualquier otra banana y cinta adhesiva. En ese sentido, Comedian es un concepto, un papel guardado en algún cajón que legitima que cualquier millonario pueda colgar una banana encintada en su lujosa oficina o mansión. Es, también, un ejemplo de la banalidad del arte contemporáneo y la necesidad de pertenencia y publicidad. "Mierda de artista", de Piero Manzoni En ese sentido, es una nueva mirada -muy de estos tiempos- de la Mierda de artista, que el también italiano Piero Manzoni, quien en 1961 habría enlatado sus desperdicios, aunque hoy se sabe que adentro hay yeso, aunque nadie puede comprobarlo porque el solo hecho de abrir la lata depreciaría la obra. La idea entonces fue que cualquier objeta que viniese de un artista es una obra. El mercado le da la razón, pero el público en general quizá tenga una mirada más crítica. El retrato de Alan Turing creado por un robot humanoide Un retrato de Alan Turing, considerado uno de los padres de la informática moderna, fue subastado en noviembre en Sotheby’s por 1,08 millones de dólares, en otra venta que marcó un hito al ser la primera obra realizada por un robot humanoide. Un retrato de Alan Turing, considerado uno de los padres de la informática moderna, fue subastado en noviembre en Sotheby’s por 1,08 millones de dólares La obra fue creada por Ai-Da, un robor presentado en 2019 que utiliza inteligencia artificial para crear, que a su vez fue desarrollado por el galerista de Oxford Aidan Meller en colaboración con un equipo de investigadores universitarios, programadores, robotistas, expertos en arte y psicólogos en Oxford. Este robot está diseñado para pintar utilizando cámaras integradas en sus ojos, que capturan imágenes y las procesan a través de un algoritmo de IA, a partir del cual controla dos brazos que ejecutan las pinceladas. Sin embargo, el proceso completo detrás de sus creaciones no ha sido completamente revelado, lo que ha generado dudas sobre el nivel de autonomía de Ai-Da y el grado de intervención humana en sus obras. Ai-Da toma su nombre de Ada Lovelace, pionera de la informática, y desde 2019 pasó de dibujar y escribir poesía a desarrollar complejas habilidades pictóricas, a través de una tecnología que se actualiza constantemente. Ai-Da incluso participó en la Bienal de Venecia de 2022 con una exhibición que exploró la relación entre experiencia humana y tecnología. Oxford Aidan Meller junto a su creación (Instagram/@Ai-Da Robot) El retrato de Turing, que forma parte de un tríptico titulado “A.I. God”, fue descripto por los especialistas en ventas de Sotheby’s como una obra que refleja los “fracturas tecnológicas y psicológicas que caracterizan la vida moderna”, comparándolo con el de artistas como Käthe Kollwitz y Edvard Munch, quienes rechazaba la representación pura en favor de una interpretación más abstracta. Desde su debut, Ai-Da ha sido objeto de controversia. En sus primeras apariciones, su diseño físico fue criticado por su apariencia, que algunos consideraron excesivamente estilizada, asemejándose más a una muñeca que a un robot diseñado para ser tomado en serio. Posteriormente, su imagen fue modificada, adoptando un estilo más austero con un corte de cabello recto y ropa sencilla, como overoles de mezclilla. A pesar de estos cambios, su desempeño fue cuestionado en varias ocasiones. Por ejemplo, en 2022, durante una presentación ante la Cámara de los Lores del Reino Unido, experimentó fallos técnicos que requirieron un reinicio, lo que puso en duda su capacidad para interactuar de manera efectiva en entornos complejos. Ai-Da durante un viaje por Egipto en 2021 (REUTERS/Mohamed Abd El Ghany) La venta de la obra reavivó el debate sobre el valor y la autenticidad del arte generado por inteligencia artificial. Algunos críticos consideran que proyectos como el de Ai-Da son más experimentos científicos que verdaderas expresiones artísticas. Además, señalan que este tipo de iniciativas pueden perpetuar la idea de que el arte creado con inteligencia artificial carece de profundidad o intención creativa. Esto, según los críticos, afecta negativamente a artistas que han integrado herramientas de inteligencia artificial en sus prácticas de manera reflexiva y significativa. Si una banana pegada a una pared es una pieza que se vende por una millonada, ¿debería el empleado que arrojó a la basura unas latas de cerveza haberse dado cuenta de lo que estaba haciendo? En los países Países Bajos, en el Museo LAM, dos latas de cerveza vacías estuvieron a punto de desaparecer para siempre tras ser confundida con desperdicios. Una noche, un técnico de ascensores retiró las piezas, que habían sido colocadas en el hueco de un elevador, creyendo que se trataba de desechos dejados por trabajadores de la construcción. La obra "All The Good Times We Spent Together" del artista francés Alexandre Lavet fue tirada accidentalmente al cubo de la basura (Handout / LAM MUSEUM / AFP) La obra, titulada “All the good times we spent together” (Todos los buenos momentos que pasamos juntos), es una creación del artista francés Alexandre Lavet y simboliza recuerdos compartidos con amigos cercanos. La ubicación de la obra, en el interior de un ascensor de vidrio, buscaba reforzar esta ilusión, simulando que habían sido abandonadas de manera casual. El museo explicó que esta disposición formaba parte de la intención artística de Lavet, quien suele explorar los límites entre el arte y los objetos comunes. El incidente ocurrió cuando el técnico, al realizar labores de mantenimiento, las colocó en bolsa de desechos, pero afortunadamente se recuperaron intactas antes de que fueran desechadas definitivamente. Tras ser limpiadas, las latas volvieron a ser exhibidas en el mismo lugar, restaurando la obra a su estado original. La ubicación de la obra, en el interior de un ascensor de vidrio (Handout / LAM MUSEUM / AFP) En un comunicado oficial, el LAM Museum expresó que no guarda ningún resentimiento hacia el técnico, reconociendo que la confusión era comprensible debido a la naturaleza de la obra. “No hay mala voluntad hacia él”, afirmó la institución. La obra es un ejemplo de cómo el arte contemporáneo desde Duchamp para acá puede desafiar las percepciones tradicionales y provocar reflexiones sobre lo que se considera valioso o significativo. En este caso, la intención del artista logró su propósito, aunque de una manera inesperada. El incidente también pone de relieve los desafíos que enfrentan los museos al exhibir obras de arte no convencionales. En otro evento que involucra a empleados, un técnico de la Pinakothek der Moderne, en Múnich, Alemania, fue despedido tras admitir que había colgado una de sus propias obras de arte en las paredes de la galería donde trabajaba. El incidente ocurrió fuera del horario laboral, cuando el hombre, de 51 años, descrito en un comunicado como un “artista independiente”, aprovechó su acceso al recinto e instaló su obra en una de las salas de exposición. Aunque no se ha precisado cuánto tiempo permaneció la pintura en exhibición antes de ser detectada, un portavoz del museo señaló que probablemente no estuvo colgada por mucho tiempo. La acción fue descubierta por el personal de seguridad del museo, quienes alertaron a las autoridades. Pinakothek der Moderne El trabajador confesó su acto a través de un correo electrónico enviado a sus superiores. En este mensaje, admitió haber colocado la obra sin autorización, lo que llevó a su despido inmediato. Además, el museo presentó una denuncia formal ante la policía y prohibió al ex empleado el acceso a sus instalaciones de manera permanente. Lamentablemente, nunca se conoció cómo era la obra en cuestión. Este episodio puso de manifiesto los desafíos que enfrentan los museos en términos de seguridad y control interno, especialmente cuando se trata de personal con acceso privilegiado a las instalaciones. Aunque no se han dado a conocer las posibles sanciones legales que enfrentará el ex empleado, su acción ha sido calificada como una violación grave de las normas del museo y de la confianza depositada en él como miembro del equipo técnico. Por otro lado, si bien aseguraron que no estuvo mucho tiempo en exposición, el evento sostiene uno de los grandes dogmas del arte contemporáneo: el espacio es lo que certifica que algo es arte y es inevitable preguntarse: ¿desentonaba la obra con respecto a sus compañeras de pared? Por ahora, no lo sabremos. El vandalismo contra el patrimonio cultural Todo reinició el 28 de enero, cuando dos activistas ecologistas de Just Stop Oil arrojaron sopa sobre La Gioconda, la obra maestra de Leonardo da Vinci expuesta en el Louvre de París. Si bien no tuvieron la intensidad de 2023, los hechos vandálicos continuaron contra obras como Los girasoles de Van Gogh o incluso cuando se roció con pintura naranja el monumento de Stonehenge. Ataque a la Mona Lisa Este contexto signficó cambios en la seguridad de algunos museos y sitios históricos, como la Galería Nacional de Londres, donde se limitó el ingreso de líquidos y bolsas grandes. No serán los últimos. Por otro lado, comenzaron a conocerse las consecuencias legales para los responsables de ataques de años anteriores, pero con variaciones significativas según el país y el caso. En los Países Bajos, tres activistas belgas que atacaron la obra “La joven de la perla” de Johannes Vermeer lograron evitar un castigo severo. Aunque inicialmente fueron condenados a dos meses de prisión, un tribunal de apelaciones anuló la sentencia, dejando su tiempo en detención en apenas 23 días. En contraste, en el Reino Unido, las autoridades adoptaron una postura más estricta. En septiembre de 2024, un juez británico dictó dos años y 20 meses de prisión para dos jóvenes que arrojaron sopa de tomate sobre la icónica “Los girasoles”. En septiembre de 2024, un juez británico dictó dos años y 20 meses de prisión para dos jóvenes que arrojaron sopa de tomate sobre la icónica pintura “Los girasoles” (Just Stop Oil/PA Media/dpa) Las diferentes sanciones plantean interrogantes sobre la efectividad de las medidas legales como elemento disuasorio, a la vez que abren el debate sobre cómo equilibrar la libertad de expresión y la protesta con la necesidad de proteger bienes culturales de valor incalculable. La polémica del Ladies Lounge de Australia El Ladies Lounge, una instalación artística ubicada en el Museum of Old and New Art (MONA) en Tasmania, Australia, reabrió sus puertas en diciembre tras un año de controversias. El espacio, que había sido diseñado exclusivamente para mujeres, fue objeto de un fallo judicial que lo obligó a permitir el acceso a personas que no se identificaran como mujeres. Además, se descubrió que tres de las obras atribuidas a Pablo Picasso en la exhibición eran falsificaciones realizadas por la propia curadora del proyecto, Kirsha Kaechele. Un "Picasso" en el baño de Museo de Arte Antiguo y Nuevo de Australia El conflicto comenzó cuando un visitante presentó una queja formal tras ser rechazado en la entrada del Lounge, argumentando discriminación. En respuesta, un tribunal local dictaminó que el espacio debía abrirse a todos los géneros, lo que llevó a Kaechele a tomar la decisión de cerrar la instalación en lugar de cumplir con la orden. Entonces, la curadora trasladó tres obras de Picasso a un baño exclusivo para mujeres dentro del museo, como una medida temporal. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando Kaechele admitió públicamente que las tres pinturas atribuidas al célebre artista español eran falsificaciones. La curadora explicó que había creado las piezas ella misma con el objetivo de que armonizaran con la estética del espacio, caracterizada por cortinas de seda verde y una paleta de colores específica. Este hecho generó un nuevo debate en torno a la autenticidad y la ética en el mundo del arte contemporáneo. Kirsha Kaechele posando con un Picasso falsificado (Museo de Arte Antiguo y Nuevo) En septiembre, el caso tomó un nuevo rumbo cuando el Tribunal Supremo de Tasmania revocó el fallo inicial de discriminación, permitiendo que el Ladies Lounge retomara sus actividades bajo ciertas condiciones. La reapertura en diciembre incluyó una política de acceso limitada para hombres, quienes ahora pueden ingresar únicamente en días específicos y mediante un sistema de sorteo. Durante estas visitas, se ofrecen actividades como lecciones de “artes domésticas” y otras iniciativas que el museo describió como “reparaciones”. El Zoo de Londres de Banksy El enigmático artista Banksy dejó su huella en las calles de Londres con una serie de grafitis que, aunque mantienen su estilo característico, despertaron críticas sobre la relevancia y el impacto de su obra actual. Los trabajadores miden una nueva obra de arte de Banksy en el Zoológico de Londres, en Londres, Gran Bretaña, el 13 de agosto de 2024. (Hollie Adams/Reuters) Entre las piezas destacadas de esta colección se encuentran un mural de un gorila en el zoológico de Londres, que parece liberar a otros animales al levantar una reja, y una imagen de tres monos colgando de una estación de metro en el este de la ciudad. Sin embargo, estas obras han sido calificadas por algunos como carentes de la profundidad que caracterizó sus primeros trabajos. La serie incluyó otras imágenes, como un rinoceronte montando un automóvil abandonado, un gato estirándose sobre un cartel de madera deteriorado, dos elefantes que parecen inclinarse el uno hacia el otro desde ventanas opuestas y una cabra montañesa en la fachada de una casa. Estas piezas, distribuidas en diferentes puntos de la ciudad, generaron un debate sobre si el artista ha perdido la capacidad de sorprender o si su anonimato sigue siendo el principal atractivo de su obra. Una obra de arte del artista británico Banksy fue pintada junto a un coche (REUTERS/Mina Kim) Banksy, conocido por su habilidad para abordar temas sociales y políticos con un enfoque crítico, ha sido una figura central en el arte urbano durante décadas. Su anonimato, cuidadosamente mantenido, y su capacidad para intervenir en contextos de alta tensión, como su trabajo en Ucrania durante los bombardeos rusos, han consolidado su reputación como un artista comprometido. Además, su postura sobre temas como el Brexit y su intervención en espacios icónicos, como un palacio veneciano donde retrató a un niño migrante, fueron ampliamente elogiadas. Sin embargo, esta nueva serie de grafitis llevó a algunos a cuestionar si su obra sigue teniendo el mismo impacto que en el pasado. Una persona posa con una obra del artista callejero Banksy, que representa a peces nadando alrededor de una cabina de policí (HENRY NICHOLLS / AFP) La serie de grafitis en Londres, que incluye tanto animales como escenas urbanas, parece ser un intento de Banksy por mantenerse presente en el espacio público y en el debate cultural. Sin embargo, la rapidez con la que algunas de estas obras han sido eliminadas, como el mural del gorila en el zoológico, podría ser un reflejo de la polarización que genera su trabajo actual. Mientras tanto, el público y los críticos continúan evaluando si el artista anónimo más famoso del mundo puede seguir sorprendiendo o si su legado se está diluyendo con el tiempo.
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