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  • Rosario Sin Secretos: desde la Cuna de la Bandera, con júbilo hacia el Año Santo del Tricentenario

    » Corrienteshoy

    Fecha: 31/12/2024 15:40

    Rosario Sin Secretos: desde la Cuna de la Bandera, con júbilo hacia el Año Santo del Tricentenario En el último día del maravilloso 2024 en el que empezamos a construir juntos esta columna y el programa internáutico De la A a la Z, un “Rosario” de Emociones, desde el diario digital Conclusión, llegamos a la conclusión del año con la esperanza peregrina de un 2025 que nos permita unir y potenciar exponencialmente todos los buenos deseos que se brindan en estas fechas para hacerlos realidad. Ambos envíos desarrollando historias queribles de nuestra amada ciudad, seguimos “todos a bordo” en esta barca que navega Invicta (nunca vencida, siempre victoriosa) igual que el nombre con el que Ángel Guido bautizara la obra más emblemática y que nos identifica en el mundo, el Monumento a la Bandera. Formulamos votos para que la fuente que se abre camino en el mar de la Eternidad, inactiva desde hace años, vuelva a lucir esplendorosa en 2025. Intentamos desde aquí hacer “un monumento a la ciudad” que habitamos y nos habita, en el que convencimiento que cuando somos muchos quienes nos proponemos un sueño común, si tienen buenas intenciones, tarde o temprano, se hace realidad. Como realidad multiplicada y en permanente crecimiento se hizo la asamblea constitutiva de la Asociación Empleados de Comercio y Afines aquel 23 de febrero de 1919, reunida en el Teatro La Comedia, presidida por Tomás Velles, con la secretaría de Agustín Reunes. Junto a José Giménez, Melquíades Vergara, Ernesto Gastiamburgo, F, Valzorio, Luis Ferullo, Miguel Martínez, Ramón Llopis, Arturo Vázquez y Rodolfo Zappa, para lograr un modelo de gestión gremial pionero y ejemplo en América del Sur. Nada grande se hace sólo ni en soledad. Es la suma de voluntades afines las que gestionan y conciben los cambios para el progreso. Una nueva oportunidad tendremos en este 2025. Y ahora nos vamos 127 años atrás cuando los Carrasco nos relataban que 182 años antes, en 1842, no había más de 1.500 habitantes en toda la jurisdicción del Pago de los Arroyos. A falta de máquina del tiempo, ayudémonos con la imaginación usando el cerebro. Órgano que no se usa, se atrofia, y la Inteligencia Artificial puede llegar a deshumanizarnos si no le oponemos, para equilibrar, la inteligencia emocional que surge de los recuerdos propios y adquiridos. “No existían más que unas cuarenta casas de azotea; la mayor parte de la población vivía en ranchos de paja. He aquí el detalle sobre la edificación y principales casas que en aquella época había: Calle Córdoba—en la esquina á 25 de Diciembre existía la casa de teja de los Fernández, enfrente la esquina de la señora Belmúdez, edificio que aun existe (1897). En la cuadra de la plaza, estaban la policía y unas cuantas casas de azotea; en la cuadra entre Comercio y Aduana, la casa de la esquina a la primera, propiedad de los Correa, que se construyó en 1839 y enfrente la de Ángel Cereti: el resto de esa cuadra, vacío. La cuadra siguiente no tenía más que tres casas: la de Esquivel (donde hoy están los altos de Lejarza) y enfrente las de Amestoy y Terrosa. Las cuadras siguientes estaban vacías. Calle Santa Fe —en la cuadra entre Buenos Aires y Comercio, estaban las principales casas del pueblo: toda la cuadra edificada; una casa de altos, de Nicolorich, donde hoy está la que edificó Aldao; la cuadra siguiente, tenía también algunas casas de azotea: lo demás, eran ranchos de paja. Calle 25 de Diciembre (hoy Juan Manuel de Rosas) —además de las casas mencionadas en la esquina Córdoba, estaban las de Carbonell, las demás eran de paja, pero había mucha población. Calle Buenos Aires —en la esquina Santa Fé estaba una antigua casa, de los Fuentes, que fue ocupada hasta 1880 (más o menos) por la Biblioteca Popular; es el sitio que hoy ocupa la esquina norte del palacio municipal; seguían las casas que ocupó la Municipalidad, el curato y el templo; la Policía y una casa en la esquina Rioja, que aún existe (1897), estando vacío el resto de la cuadra hasta San Luis. En la esquina San Juan estaba la casa del señor Sauza, portugués; en la de Mendoza, la de Juan Álvarez, y en la 3 de Febrero, la de Gómez. No había más casas de azotea en esta calle: el resto eran ranchos. Calle Comercio (hoy Laprida) —estaba edificado el frente de la plaza y la cuadra siguiente al Sud, en parte. La última casa de azotea, era la de Gabriel López, en la esquina de Rioja, que aún existe (1897) aunque más edificada; en la cuadra siguiente había una casa de paja, y en la subsiguiente, entre San Juan y Mendoza, otra casa pajiza; más afuera ya no era calle. Calle Aduana (hoy Maipú) —No tenemos datos: probablemente no había más que tres o cuatro casas de azotea. Calle Puerto (hoy San Martín) —No había más que dos casas de azotea: la de Elías Muñoz, en la esquina Córdoba, donde se edificó después el Banco de la Nación, y otra en la esquina San Juan, de Gregorio Munilla. La primera casa de dos pisos que hubo, fue la que edificó en la calle Santa Fe, frente a la plaza, Matías Nicolorich, en el mismo sitio en que hoy se encuentra el hermoso edificio, también de dos pisos, construído hacia 1870 por Camilo Aldao: en la casa de Nicolorich se estableció el primer correo que hubo en el Rosario, siendo administrador Juan Manuel Mata. La segunda casa de altos fue la de Hipólito Correa, situada en la calle Córdoba, con frente a la iglesia, donde después edificó una casa el Dr. Juan Bautista Arengo. Data también aproximadamente de esta época, el edificio de la antigua policía o comandancia, que tenía una pieza de altos en la esquina de Córdoba y Buenos Aires, que fue edificada por Matheo Fernández, padre del Coronel Manuel Feliciano Fernández, y abuelo de Cipriano María Fernández, cuyos descendientes son hoy muy numerosos. La tercera o cuarta casa de altos que hubo en el Rosario, fue la de Laureana Correa de Benegas, edificada en la calle Aduana entre Santa Fe y San Lorenzo, que es la única de ellas que se conserva hasta hoy (1897), encontrándose ocupada por la imprenta de «El Mensagero», diario de la tarde en que se publicaron por primera vez, completos, estos Anales. (Debemos algunos de estos datos a la señora Feliza Juárez de Zeballos, que nos ha suministrado también muchos otros que conocía por las tradiciones de su familia, o posteriormente por haber sido testigo presencial)”. Un lujito de despedida histórica para irnos del 2024 y arrancar en enero memorando la inauguración del Parque de la Independencia, y a su principal mentor, Luis Lincoln Lamas Freyre descendiente directo de Cosme Maciel, el marino mercante, constructor naval y político argentino que adhirió a la Revolución de Mayo, con destacada actuación en los primeros años de la autonomía federal de Santa Fe de la Vera Cruz, y que tuvo el honor de ser elegido por Manuel Belgrano aquel 27 de Febrero de 1812 cuando nos convirtió en Cuna de la Bandera. ¡Seamos las manos que la mezan con amor! ¡Feliz y jubiloso Año Santo del Tricentenario y a festejar todo el 2025 con esperanza, alegría y obras que queden y escriban la futura historia

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