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  • “Sin alfabetización, los chicos no podrán incorporar nuevas herramientas digitales”

    » Elterritorio

    Fecha: 31/12/2024 14:36

    Liliana Rodríguez Nery, profesora en Letras y especialista en alfabetización inicial, analiza los desafíos del aprendizaje de la lectura y la escritura en las escuelas de la provincia martes 31 de diciembre de 2024 | 5:00hs. Los problemas son notorios en los primeros años de primaria. Hace más de un año, desde Argentinos por la Educación, y con el apoyo de más de 100 organizaciones de la sociedad civil, se lanzó una campaña para visibilizar la situación crítica de la comprensión lectora en Argentina y promover la prioridad de la alfabetización en la agenda educativa. El 46% de los alumnos argentinos de tercer grado no alcanzan el nivel mínimo de lectura, según los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Erce): en otras palabras, 1 de cada 2 estudiantes no comprende un texto adecuado a su edad. La alfabetización es un proceso complejo que va más allá de la enseñanza de las letras y la decodificación. En el contexto de la educación primaria en Argentina, las metodologías utilizadas en la enseñanza de la lectura y escritura han sido objeto de debate y reflexión. Mientras algunos enfoques tradicionales que enseñaban la lectocomprensión de manera aislada aún se mantienen vigentes, expertos como Liliana Fátima Rodríguez Nery, profesora en Letras y especializada en Alfabetización, cuestionan su efectividad, sobre todo cuando se habla de la necesidad de desarrollar competencias de comprensión lectora desde los primeros años de escolaridad. Rodríguez Nery se ha destacado por su enfoque en la alfabetización inicial, proponiendo una enseñanza más integral que busque la comprensión global de los textos, en lugar de una mera decodificación. En esta entrevista, comparte sus reflexiones sobre los enfoques pedagógicos actuales, los desafíos que enfrentan los docentes, en un contexto en el que lo digital tiene cada vez más injerencia y el hábito . En primer lugar, ¿cómo ves la problemática de la alfabetización en el sistema educativo? La problemática de la alfabetización es compleja y tiene múltiples aristas. En gran medida, el debate se centra en la calidad de la enseñanza más que en el acceso a ella. A lo largo de los años, muchas metodologías tradicionales de enseñanza, que se enfocan exclusivamente en la decodificación de las letras de manera aislada, no han logrado consolidar una comprensión lectora profunda. La alfabetización no sólo implica que los niños y niñas aprendan a leer y escribir, sino que desarrollen la capacidad de comprender lo que leen y expresarse de forma escrita. Sin embargo, la enseñanza sigue siendo fragmentada en algunas escuelas, separando aspectos como las letras, las consonantes, las sílabas, sin integrarlos en un contexto que permita el desarrollo de una comprensión real. Esto limita la capacidad de los estudiantes de desarrollar una verdadera competencia lectora que les permita acceder a otros aprendizajes y contenidos a lo largo de su vida escolar. ¿Cuál es el enfoque metodológico que considerás más efectivo para enseñar a leer y escribir? El enfoque que propongo es mucho más global, contextualizado desde el primer momento de contacto con los textos. Los niños deben empezar a trabajar con textos completos, no sólo con letras aisladas. Esto significa que desde el principio deben ser capaces de comprender un cuento, un poema o cualquier otro tipo de texto, trabajando con ellos de manera integral. Esto no sólo implica enseñar las letras y los sonidos, sino también contextualizar el aprendizaje, promoviendo la comprensión lectora a través de la interacción con textos completos que sean ricos en contenido y significados. Las metodologías basadas en la segmentación de las palabras o sílabas sin vincularlas a textos no permiten que los niños logren la comprensión que necesitamos para una alfabetización real. A medida que avanzan, se les debe enseñar a segmentar las palabras y analizarlas en sus partes, pero siempre dentro de un contexto narrativo o significativo. Este tipo de alfabetización integral, que incluye tanto el desarrollo de la competencia en decodificación como en comprensión, es fundamental para que los niños y niñas puedan afrontar con éxito los contenidos más complejos de su educación. En relación con esto, ¿cómo ves la implementación del Plan Nacional de Alfabetización? Me parece positivo que se desarrolló el plan, es necesario que se sostenga en el tiempo. Ya hubo otras experiencias en años anteriores. Por ejemplo, los Núcleos de Aprendizaje Prioritario (NAP) de 2006 siguen siendo la referencia a pesar del paso del tiempo. Es importante que todos los docentes, no solo los maestros de lengua, estén familiarizados con estos lineamientos. Sin embargo, hemos visto que hay una falta de conocimiento de estos en algunos sectores, especialmente en docentes más jóvenes que no tuvieron la oportunidad de formarse con estos materiales. Los NAP deberían ser el motor que impulse la enseñanza en las escuelas, pero también es necesario tener en cuenta la diversidad de las provincias y sus contextos específicos, algo que muchas veces se pierde en el proceso de enseñanza. Es cierto que el acceso a los NAP es muy importante, pero también hay que considerar que en muchos casos se requieren ajustes y adaptaciones locales. Cada escuela debe tener su propio plan de alfabetización, un plan que contemple las necesidades particulares de sus estudiantes, la comunidad y el contexto en el que está inmersa. Las escuelas no pueden depender exclusivamente de lineamientos nacionales; necesitan herramientas y métodos que respondan a la diversidad cultural y social de sus alumnos. En cuanto a la metodología, ¿cuáles son los bloques de trabajo más efectivos en la alfabetización inicial? La alfabetización debe ser pensada en tres bloques fundamentales. El global, en este bloque, el foco está en la oralidad, en trabajar con los textos literarios, cuentos, poesías y fábulas. La idea es que los niños comiencen a comprender el texto en su totalidad, mediante la conversación y el análisis colectivo, mucho antes de introducirse en la segmentación de palabras o letras. Este trabajo debe comenzar desde el primer día de clases, generando un vínculo con los textos que les permita a los niños comenzar a pensar sobre la lectura como un acto significativo. Por otra parte, el bloque analítico, aquí, los niños comienzan a trabajar con los textos, analizando las palabras y las letras dentro de esos textos, pero no de manera aislada. Es un análisis que busca reconocer unidades del sistema de escritura, como sílabas o palabras, pero siempre a partir de textos completos. Este bloque se concentra en ayudar a los niños a identificar las palabras dentro de un texto y relacionarlas con los sonidos, para lograr una verdadera conexión entre la oralidad y la escritura. Y en última instancia el bloque sintético, es cuando los estudiantes comienzan a escribir, ya con una mayor capacidad para segmentar palabras, identificar letras y producir textos de mayor complejidad. A través de la escritura, los niños comienzan a consolidar lo que han aprendido en los bloques anteriores, y se les da la oportunidad de crear sus propios textos. ¿Cuál es el papel de la capacitación docente en la implementación de estas metodologías? La capacitación es esencial. Sin una formación sólida, los docentes no pueden implementar correctamente las metodologías. No se trata sólo de enseñar a leer y escribir, sino de formar a los maestros en la forma de trabajar la lectura y escritura con los niños, de enseñarles a analizar los textos de forma crítica. Los docentes deben comprender que la alfabetización no es un proceso lineal, sino un proceso que se va construyendo de manera progresiva y que tiene que ver con el contexto social y cultural de los estudiantes. Es fundamental que los programas de formación docente estén actualizados y sean prácticos. Los maestros deben conocer diversas estrategias pedagógicas y tener herramientas para adaptarse a los diferentes contextos. La capacitación continua no sólo debe centrarse en las metodologías de alfabetización, sino también en el uso de nuevas tecnologías y en cómo incorporarlas dentro del proceso de enseñanza. ¿Qué impacto tuvo la pandemia en la alfabetización y en el acceso a la educación en el país? La pandemia puso al descubierto muchas desigualdades en el acceso a la educación. Zonas rurales y marginales del país se vieron particularmente afectadas, ya que la falta de conectividad y recursos hizo que muchos niños y niñas quedaran excluidos de la educación virtual. Para paliar esto, el Ministerio de Educación distribuyó cuadernillos impresos llamados ‘Argentina para Todos’, que intentaron cubrir la brecha educativa en tiempos de aislamiento. Estos materiales fueron fundamentales, pero no reemplazaron el acceso al aula o a la interacción directa con los docentes. En provincias como el Chaco, la situación fue aún más compleja, y muchas escuelas no contaban ni siquiera con los recursos para imprimir o distribuir el material. El impacto fue profundo y aún estamos viendo las secuelas. La falta de una estructura educativa adecuada durante el confinamiento afectó a todos los sectores, pero de manera especial a aquellos más vulnerables. Los niños de sectores rurales o de barrios más empobrecidos perdieron una cantidad considerable de aprendizajes. Al mismo tiempo, el sistema de enseñanza virtual no fue para nada homogéneo. Algunas familias no tenían acceso a internet ni dispositivos, lo que generó una fractura aún mayor en términos de igualdad de oportunidades. Para finalizar, ¿cómo ves el futuro de la alfabetización en Argentina? El futuro de la alfabetización en Argentina depende de cómo logremos adaptarnos a los nuevos tiempos, pero también de cómo preservemos los aspectos fundamentales de la educación. Las nuevas tecnologías y las plataformas digitales están bien, pero sin alfabetización los chicos no podrán incorporar nuevas herramientas digitales. Es fundamental que sigamos trabajando en la formación de los docentes y en la implementación de metodologías más integrales que no sólo busquen enseñar a leer y escribir, sino que también promuevan una verdadera comprensión lectora. El camino hacia una alfabetización exitosa en el país está en nuestras manos. Requiere un esfuerzo colectivo que involucre a las familias, los docentes y los gobiernos. Sólo así podremos garantizar que todos los niños y niñas tengan la oportunidad de ser verdaderos lectores y escritores, con las herramientas necesarias para afrontar los desafíos educativos del futuro. Un diagnóstico crítico en lectura y comprensión para la Argentina

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