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  • 2024, el año del regreso de Donald Trump, a pesar de todo

    » Diario Cordoba

    Fecha: 31/12/2024 05:38

    A pesar de propinar hace casi cuatro años un duro golpe a la democracia al animar a sus seguidores a asaltar el Capitolio en un intento desesperado de retener el poder, de haber sido el primer presidente en someterse en dos ocasiones a un impeachment, de haber confraternizado durante su estancia en el poder con autócratas como Kim Jong-un o Vladímir Putin y de haber dejado tras su primer mandato (2017-2021) un país mucho más dividido, Donald Trump se alzó el pasado 5 de noviembre con la victoria (para nada lo "aplastante" que parecía en un primer momento y él se empeña en remarcar a cada minuto) en las elecciones presidenciales de Estados Unidos tras una de campaña más parecida a una montaña rusa que a una carrera electoral. Antes de que arrancara el duelo electoral con las designaciones oficiales de los candidatos en sus respectivas convenciones, en mayo, Trump hizo historia al convertirse en el primer presidente de EEUU en ser condenado por delitos penales (34 cargos, concretamente) por los pagos que realizó en la campaña de 2016 a la estrella porno Stormy Daniels para evitar que saliera a la luz el encuentro sexual que Stormy asegura que mantuvieron diez años antes. Se trata del único caso penal por el que ha sido (y será, por el momento) juzgado y condenado. La estrategia dilatoria de su defensa ha evitado que se iniciaran los otros juicios pendientes y ahora, tras el fallo del Tribunal Supremo ampliando su inmunidad y su triunfo en las elecciones, el fiscal especial Jack Smith decidió cerrar las acusaciones por el asalto al Capitolio y por haberse llevado material clasificado de la Casa Blanca cuando concluyó su anterior mandato. No obstante, no es probable que el juez del caso Stormy Daniels dicte sentencia, pues la ha pospuesto indefinidamente y podría optar por aplazarla hasta el final del nuevo mandato. Este mismo lunes, un tribunal federal de apelaciones confirmó el veredicto de un jurado que declara responsable a Trump de abusar sexualmente de la periodista E. Jean Carroll, así como de difamarla, y le ordena pagar cinco millones de dólares. "Tras la revisión, concluimos que el señor Trump no ha demostrado que el tribunal de distrito cometiera un error en ninguno de los fallos impugnados", determinó. El equipo legal del presidente electo ha estado intentando en los últimos meses revocar un veredicto de un tribunal civil formado por nueve miembros de un jurado que declaró a Trump responsable de difamar y abusar sexualmente de la escritora Carroll y que ordenó al político republicano a pagar esos cinco millones de dólares. Atentado fallido y renuncia de Biden La campaña electoral fue de una intensidad mayúscula, excesiva. El candidato republicano fue víctima el 14 de julio de un atentado durante un mitin en Pensilvania, del que salió con una herida leve en la oreja derecha. Siete días más tarde, Biden renunció a la candidatura a la Casa Blanca cediendo finalmente a semanas de presiones de su partido tras las crecientes dudas sobre su capacidad para dirigir el país debido a su avanzada edad, y tomó el testigo su vicepresidenta, Kamala Harris, que apenas tuvo tres meses para intentar batir a Trump. La apuesta de la demócrata por la "alegría" frente al "odio" de su rival no bastó para convencer a una mayoría de estadounidenses que, según los expertos, votaron desde el malestar y el enfado contra una clase dirigente que ven ajena a sus preocupaciones, una tendencia que se observa en el resto del mundo. El próximo 20 de enero, Trump iniciará su nuevo mandato con una agenda que puede provocar importantes disrupciones tanto a nivel interno como en el resto del planeta. Ha prometido recortar dos de los casi siete billones de dólares de gasto de la Administración federal, un encargo que ha realizado a dos multimillonarios, Elon Musk y Vivek Ramaswamy. Aún no está muy claro cómo va a materializarse este plan y algunos expertos ponen en duda que vaya a realizarse tal tijeretazo sin afectar a áreas consideradas sagradas hasta ahora como la defensa o la Seguridad Social. El neoyorquino también se ha comprometido a impulsar, en su primer día, "el mayor programa de deportación de criminales en la historia de Estados Unidos", en alusión a los 13 millones de inmigrantes irregulares que viven en el país. Un desideratum de nuevo en cuestión, pues además de los retos logísticos que plantea, le costaría al Gobierno unos 315.000 millones de dólares, según el American Immigration Council. Una cifra que aumentaría hasta los 960.000 millones si se hace de forma gradual en un periodo de diez años. Lluvia de aranceles En el plano internacional, Trump ha asegurado que impondrá aranceles de entre el 10% y el 20% a todas las importaciones del extranjero, que podrían aumentar hasta el 60% para las de China. Y ha garantizado que acabará con la guerra de Ucrania en tan solo 24 horas. Para el director del Barcelona Center for International Affairs (Cidob), Pol Morillas, la política exterior del próximo presidente de EEUU hay que leerla en una clave de "lógica comercial", de "transaccionalismo"; es decir, que siempre intentará sacar un rédito de sus relaciones diplomáticas. Esta lógica se ha visto ya claramente en la reciente exigencia a la Unión Europea de que realice "compras masivas de petróleo y gas" estadounidenses si quiere evitar los aranceles. O las amenazas, también con aranceles, a sus vecinos de Canadá y México si no frenan los flujos de droga e inmigración ilegal, y a China para que actúe con mayor contundencia para detener el tráfico de precursores del fentanilo, la sustancia adictiva que ha provocado una epidemia de drogadicción en EEUU. Según explicó Morillas en la presentación de los temas que marcarán la agenda internacional en 2025, Trump intentará demostrar un "gran activismo diplomático", pero serán en su mayoría "grandes fuegos de artificio, un intento más de obtener atención frente a un trabajo más sustancial de resolución de crisis". En cualquier caso, el Trump 2.0 genera muchas incógnitas. Según el dueño de Amazon y de The Washington Post, Jeff Bezos, el republicano está ahora "más calmado" y "ha madurado" respecto a ocho años atrás, cuando pisó por primera vez la Casa Blanca. Algo que ponen en duda sus declaraciones, amenazando a posibles disidentes del partido con ser defenestrados o asegurando que animará a Rusia a atacar a los países de la OTAN que no cumplen con el mínimo del 2% de PIB del gasto en defensa (entre ellos, España). John Kelly, jefe de gabinete de Trump entre 2017 y 2019, explicó a su sucesor, Mick Mulvaney, que el magnate era "la persona con más defectos" que había conocido y en otra conversación le describió como un "fascista, desinteresado en la historia o la geografía y excepcionalmente inadecuado para el trabajo de liderar una democracia constitucional", según explica la periodista del 'New York Times' Maggie Haberman en su libro El camaleón. La invención de Donald Trump. Y Jim Mattis, exsecretario de Defensa, aseguró a The Atlantic que el republicano había sido el primer presidente "que no intenta unir al pueblo estadounidense; ni siquiera finge intentarlo", sino todo lo contrario. En este 2025 que está a punto de arrancar, veremos si Bezos tiene razón o si el Trump 2.0 es más de lo mismo.

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