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Concordia » Diario Junio
Fecha: 30/12/2024 19:51
Todo pasa por la política monetaria y cambiaria en este gobierno anarco-capitalista: hay conceptos inexistentes en el alfabeto libertario: industria, desarrollo, política energética, mercado interno, generación de puestos de trabajo, soberanía alimentaria, salario, valor agregado, sustitución de importaciones, emerger del modelo agroexportador camino a cortar la inercia que profundiza cada vez más la primarización de la economía. En fin, tenemos un financista cuevero, en lugar de un ministro de Economía. Pura pantomima y rústicos birlibirloques para aumentar el fenómeno ilusión y nada de nada de economía real. Todo superfluo, lineal, embustero, efímero y provisorio. Inflación contenida artificialmente a costa de una caída estrepitosa del consumo; superávit fiscal logrado no pagando compromisos y dando de baja organismos públicos sensibles y necesarios o ajustando extremadamente sus presupuestos vía motosierra o licuadora, cerrando las puertas de la obra pública y confiando todo en el RIGI, que hasta ahora ha conseguido una promesa (sólo eso) de invertir 2.500 millones de dólares en tres años. Se habla (y se fabula) de alcanzar 8.000 millones verdes para el 2030, aumentando la fantasía de un pronóstico voluntarista más que real, de llegar a los 50.000 millones para esa fecha entre petróleo y gas por 30.000 millones y minería por 20.000 millones de dólares. Mientras tanto, enfermos oncológicos agravan su situación y pierden la vida por falta de suministro de medicamentos necesarios e impostergables. Ni hablar de áreas sensibles como la educación universitaria, ciencia y tecnología. Los jubilados sometidos al despiadado azote propinado con el veto presidencial, logrado con la ayuda de radicales traidores y sinvergüenzas. Este experimento social con ribetes de leviatán destructor aguantará hasta que se consuma la cuota de esperanza y paciencia del argentino medio. Milei está preocupado y ocupado en las cuitas electorales y en alimentar sus egos personales hasta niveles de paroxismo patológico, delegando todas las responsabilidades de la gestión en forma anárquica e improvisada en algunos ministros, los que sólo deben acatar acríticamente los caprichos del presidente, quien no tolera el disenso ni admite un pensamiento distinto y menos que menos crítico. Del otro lado, una foto lastimosa, que nació ajada, de un grupúsculo de “radicales” indignos y rastreros, empalagados hasta límites inimaginables de succionar las medias de los hermanos Milei, ocupados sólo en asegurar su permanencia en una banca o en algún conchabo del Poder Ejecutivo. En fin, estamos viviendo horas muy críticas, aciagas, confusas, donde abundan las traiciones y los temulentos tránsfugas ideológicos. No veo, si no, la ruptura dentro de la UCR para que sobreviva como partido. Presiento que estamos al borde del colapso que nos obligará, necesaria e ineludiblemente, a tomar caminos distintos o a implosionar lo que queda del partido, en manos de esta gerencia política que no dirige ni conduce, sino que alimenta intereses individuales o de pequeñas facciones desideologizadas y sin principios ni escrúpulos. Son, como diría Almafuerte y en el mejor de los casos, “un punto deleznable, en el punto deleznable, de una copa de cristal”.
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