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» Rafaela Noticias
Fecha: 30/12/2024 14:36
Un paso hacia el reconocimiento: la dignidad de los niños fallecidos en el vientre materno Quienes impulsan la iniciativa agradecen el apoyo generoso de aquellos que se sumaron para lograr este cometido, a través de donaciones efectuadas a la Fundación Rafaelinos por la Vida, titular del derecho de concesión de uso a perpetuidad del panteón que se utilizará para albergar estos cuerpos y para depositar en el futuro otros cadáveres de niños por nacer que no tengan un lugar donde descansar en paz. Todo esto acontece en un momento donde, en Argentina, se están registrando novedades alentadoras y esperanzadoras pues se han logran mejoras dentro del proceso que se lleva adelante desde hace tiempo para garantizar derechos en juego en casos de “muertes prenatales” de seres humanos, a las que se denomina “defunciones fetales Así, en la provincia de Neuquén, 01 de noviembre de 2024, por primera vez en nuestro país, se dictó una sentencia ordenando que un niño de 12 semanas de gestación, y 14 gramos de peso, tras fallecer en el seno materno, fuera inscripto en el Registro Civil con el nombre asignado por sus progenitores, y que se procediera a su sepultura cuando, en casi todas las provincias, estos cadáveres humanos son tratados como residuos patogénicos. En base a ello, el 28 de noviembre de 2024 la autoridad de aplicación extendió el acta de defunción fetal indicando el nombre que los papás habían asignado al niño antes de fallecer y el 05 de diciembre de 2024, pudieron darle sepultura. Registro obtenido en Cutral Co (Neuquén) luego de la sepultura del niño. Juntos sus papás y sus hermanitos se encuentran presentes el sacerdote, uno de los profesionales que asesoró a la familia, la abuela del chiquito y amigos y allegados que concurren a la misma parroquia. Posteriormente, el 23 de diciembre de 2024, la Dirección del Registro Civil y Capacidad de las Personas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dictó una disposición vinculada con la inscripción de las defunciones fetales autorizando que, cuando los progenitores que así lo requieran, el feto pueda ser identificado como lo hubiere denominado su familia en vida. Todos estos antecedentes son realmente importantísimos en la medida que dan respuesta al reclamo de las familias que atraviesan una dolorosa pérdida, como significa un fallecimiento de un hijo durante el embarazo, y garantizan derechos personalísimos e inalienables de los niños fallecidos en el seno materno, sus familias y la sociedad susceptible. En este sentido, cuando fueron consultados, los padres Neuquinos que pudieron sepultar a su hijo gracias a la decisión judicial mencionada textualmente dijeron: “Debido a que somos un matrimonio católico, con cuatro hijos, contándolo a Maximiliano; y que es la primera vez que transitamos por una situación tan dolorosa, es muy importante para nosotros que se reconozca su dignidad como persona y argentino. Antes de que supiéramos el sexo, ya habíamos elegido su nombre, y en el momento en que el ecógrafo nos confirmó su sexo, lo designamos con ese nombre. Cabe aclarar que, de acuerdo a nuestra Fe, Maximiliano vive y está con Dios Nuestro Señor, por lo tanto, nombrarlo no es cuestión del pasado, sino de nuestro presente y futuro. Además, poder darle cristiana sepultura, es para nosotros realmente muy importante debido a nuestra fe y nuestras tradiciones, y a que sentimos el deber de hacerlo. Creemos que es una parte esencial de nuestro duelo. El que se nos permita llevarlo a cabo como nuestras conciencias lo demandan, es para nosotros una necesidad racional, emocional y espiritual. En caso contrario, veremos cercenado un derecho fundamental, ya que la mayoría de los padres en nuestro país pueden sepultar a sus hijos sin ningún problema. Como padres cristianos, lo que anhelamos para nosotros, también lo deseamos para nuestro prójimo. Que todos los padres que pasen por una situación similar, puedan sentir el respeto y el apoyo de las autoridades civiles en su duelo. Así, este proceso pueda ser más llevadero, y no más difícil. Que todos los niños que fallecen prematuramente en el vientre de sus madres, puedan ser reconocidos como un argentino más, con su nombre y apellido, pues también son hijos de esta patria. Por lo mismo, deseamos que sus restos sean tratados debidamente. Sin importar la fe que profesen sus padres, la sepultura es una riqueza cultural de los pueblos, la cual no debería negársele a nadie".
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