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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/12/2024 05:19
193 de las 194 víctimas de Cromañón murieron por la inhalación de los gases tóxicos Una cámara de gas del nazismo. Así definió el perito oficial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Osvaldo Raffo a Cromañón. Monóxido de carbono y ácido cianhídrico que rápidamente se expandieron por el lugar después de desprenderse de la guata del techo. Los gases que no tenían espacio para evacuarse por la gran cantidad de gente que había y que no podía salir porque la salida de emergencia estaba cerrada con un candado. Ni un incendio, ni una avalancha. En Cromañón las muertes se produjeron por los gases tóxicos. “El ácido cianhídrico es un veneno que mata con mucha rapidez porque ataca a las células y se absorbe tanto a través de las vías respiratorias como por la piel. Alcanza con recordar que a las personas que los nazis mandaban a las cámaras de gas, se las desnudaba y les daban un baño caliente para que absorbieran más rápido el gas”, dijo Raffo cuando declaró en septiembre de 2008 como testigo ante el Tribunal Oral Criminal 24. Sus dichos aparecen volcados en el veredicto de los jueces. La secuencia de lo que ocurrió en Cromañón es el lanzamiento de una candela que prendió la media sombra que cubría el techo. Luego alcanzó a la guata y a la espuma de poliuretano. Todos elementos combustibles. Eso generó “el desarrollo de un foco ígneo, cuyo proceso combustivo derivó en la formación de una atmósfera nociva para la salud de todas las personas que estaban en el lugar”, señalaron los jueces Marcelo Alvero, Cecilia Maiza y Rául Llanos en su sentencia de 2009. El boliche Cromañón después de la tragedia (Télam) La combustión generó un humo denso y oscuro que se esparció por todo el local de arriba hacia abajo. “Al estar el establecimiento colmado de gente, en cantidad excesivamente superior a la permitida, y con sus salidas en parte obstruidas y en algún caso ´clausurada´, y tomando en consideración que al instante de iniciarse el incendio se cortó la luz de la parte interior del local, denotan el peligro al que se vieron expuestas las personas”, describieron los jueces. Uno de los peritos que declaró en el juicio sostuvo que los gases tóxicos no tardaron más de 13 o 14 minutos en descender hasta donde estaba el público. “Ya en este punto es posible afirmar que la gran cantidad de víctimas se produjeron como consecuencia del proceso ígneo que provocó una atmósfera con concentraciones de gases tóxicos desprendidos de la combustión, lo que implicó una consecuencia grave y fatal en las personas en un período breve de tiempo”, señalaron los magistrados. Osvaldo Raffo Las autopsias concluyeron que de las 194 víctimas fatales, 193 fallecieron por el síndrome lesivo por inhalación de humo. Eso es la respiración de gases tóxicos, la alta temperatura que había en el ambiente y la falta de oxígeno. Solo uno murió por compresión. “Para los forenses fue un factor determinante el que se tratara de un lugar cerrado, dado que aquí el nivel de oxígeno se desplaza por la presencia de humo. Esa carencia de oxígeno técnicamente se denomina anoxia; cuando el nivel desciende a un 15% las personas se hallan en peligro y cuando baja aún más hasta un 5% se produce el deceso”, sostuvieron los jueces y señalaron que Raffo -quien falleció en 2019- sostuvo en su declaración que “la vida media de una persona severamente intoxicada con monóxido de carbono es corta”. El techo de Cromañón fue una trampa mortal. No tenía las condiciones adecuadas y a pesar de eso funcionaba. Pero más lo fue que el local tenía exceso de gente y la puerta de emergencia cerrada con candados. Si en el lugar hubiese habido la cantidad de gente permitida y su salida de emergencia habilitada, nada habría ocurrido.
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