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» Facundoquirogafm
Fecha: 29/12/2024 15:00
Cada 29 de diciembre, Argentina conmemora el Día del Bromatólogo, una fecha dedicada a reconocer el trabajo de los profesionales que estudian los alimentos para prevenir enfermedades y asegurar su consumo seguro. Esta jornada resalta la importancia de la seguridad alimentaria, recordando la graduación de los primeros Licenciados en Bromatología en 1976, un hito para esta ciencia en el país. Los licenciados Rubén Peruzzo, César Stöckli, Bartolo Tolomeo y Raúl Tolomey, quienes se graduaron en la Escuela Superior de Bromatología, marcaron el inicio formal de la formación profesional en esta disciplina. Su graduación fue el primer paso hacia la incorporación de la Bromatología en la oferta académica de la Universidad Nacional de Entre Ríos, que más tarde, en 1986, crearía la Facultad de Bromatología. Importancia de la bromatología La Bromatología se encarga del estudio de los alimentos, sus propiedades, composición, ingredientes, y los procesos de producción y almacenamiento. Este conocimiento es fundamental para evitar la proliferación de enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos. Los profesionales en Bromatología, a través del análisis físico, químico, microbiológico y bioquímico de los productos, garantizan que los alimentos sean seguros para su consumo, protegiendo la salud pública. Un ejemplo claro de su intervención es la cadena de frío, un procedimiento clave para los alimentos congelados. Si esta no se respeta, los alimentos pueden volverse peligrosos para la salud. La Bromatología, que combina disciplinas como la química, la microbiología y la ingeniería, trabaja para garantizar que los productos alimenticios sean elaborados y distribuidos de manera segura. Recomendaciones para evitar intoxicaciones alimentarias Esta fecha también sirve como recordatorio de prácticas básicas para evitar intoxicaciones alimentarias, entre las que se incluyen: Lavarse las manos con agua y jabón antes de manipular alimentos. Mantener la limpieza personal y de los espacios de trabajo. Desinfectar superficies y utensilios utilizados en la preparación de alimentos. Separar alimentos crudos de los listos para consumir, evitando la contaminación cruzada. Cocinar completamente los alimentos. Mantener los alimentos a temperaturas adecuadas para su conservación. Verificar la temperatura de la heladera y etiquetar los restos de comida con la fecha de caducidad. Estas simples prácticas ayudan a prevenir riesgos alimentarios y promueven una mejor calidad de vida para todos.
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