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  • Milei y Pullaro, ante un año bisagra para sus proyectos de poder

    » La Capital

    Fecha: 29/12/2024 10:10

    El presidente y el gobernador entran al 2025 con distintos desafíos en la gestión y el objetivo de revalidar su capital en las urnas. De la ola de cambio a pedir la continuidad. La fractura del PJ Santa Fe y una banca clave para Rosario Finalizado su primer año de gobierno, Javier Milei y Maximiliano Pullaro ingresan al 2025 con el desafío de consolidar sus proyectos de poder y la tarea de revalidar en las urnas el crédito de la sociedad . Si en 2024 el presidente y el gobernador buscaban contrastar con sus antecesores, ahora empiezan a competir contra sí mismos y sus propias gestiones . Con sus estilos y diferentes recursos de poder, a lo largo de sus primeros doce meses de gobierno Milei y Pullaro intentaron mantenerse fieles al mandato social de cortar con una situación insoportable y establecer un nuevo orden. La marcha de la gestión y el veredicto de la ciudadanía en las próximas elecciones servirán como indicios -no definitivos- sobre si a nivel nacional y en la provincia se inauguraron ciclos políticos largos o si se reabre la oportunidad de la alternancia . Con números favorables en los estudios de opinión, tanto el presidente como el gobernador e ntran bien parados al año en que se plebiscitarán sus administraciones . Dos años después de surfear la ola opositora que barrió al peronismo de la Casa Rosada y la Casa Gris, Milei y Pullaro tendrán que hablarle a la misma sociedad que pedía cambio a los gritos a solicitarle un voto por la continuidad. Milei sale al segundo cuarto del partido con el mérito de haber domado —aunque no eliminado—, a la inflación, la bestia negra de la dirigencia política en la larga década perdida de la grieta. El expanelista no sólo rompió con la impotencia crónica de los sucesivos gobiernos, que se limitaban a representar a un sector del electorado mientras la bola de nieve de los problemas no paraba de crecer. También enterró la tradición pactista de salida de las crisis desde la restauración democrática. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Javier Milei (@javiermilei) En su lugar de escenificar un gran consenso superestructural, Milei selló su acuerdo con la sociedad. Por convencimiento o resignación ante la falta de alternativas, un sector considerable de la población tolera sus desbordes, su juego al filo del reglamento republicano, e incluso los túneles subterráneos con distintos sectores de la casta, a cambio de estabilidad económica. Era por abajo. Con ese escudo de apoyo de la opinión pública, Milei logró consolidarse como el nuevo centro de gravedad del sistema político —algo que había logrado antes de ganar la elección— mientras los restos de Juntos por el Cambio se ven obligados a cooperar o a entrar en un enfrentamiento en condiciones desfavorables. La reticencia a sellar acuerdos estables con otras fuerzas, el uso del golpe de efecto y la sorpresa como método le dan a Milei un control del gobierno y un virtual monopolio de la agenda pública, pero alejan potenciales aliados en momentos de crisis y generan incertidumbre entre los inversores que miden el tiempo en décadas y quieren previsibilidad. Milei y un plebiscito engañoso En el mundo de la política no son pocos los que creen que Milei llegará como el Menem de 1993, premiado por la sociedad por la estabilización a pesar del alto costo económico y social. El resultado deberá ser tomado con pinzas, porque no se tratará de una elección nacional, sino de 24 elecciones provinciales distintas, cada una con sus particularidades. Además, Milei pone en juego sólo cuatro bancas en Diputados y ninguna en el Senado. Pura ganancia. Queda por ver cuánto abren los hermanos Milei la lista al PRO, la UCR y otras expresiones, y si llegan al tercio que permite blindar vetos y bloquear el juicio político. Aun en el caso de que se registre una ola violeta, el triunfo de Cambiemos en 2017 sirve como recordatorio de que una victoria electoral no significa necesariamente el nacimiento de una hegemonía o el reseteo de la matriz cultural de la Argentina. image.png Los movimientos en el frente cambiario y la sangría de reservas en los últimos días abren el interrogante sobre si la bicisenda financiera se topó con un callejón sin salida y si el gobierno se acerca al punto al que llegó Macri en 2018. Ese año se cerró el financiamiento internacional y el hoy titular del PRO fue a golpear las puertas del mismo FMI del que Milei espera fondos frescos. Pese a los puntos ciegos económicos y políticos, Milei recuperó al sillón de Rivadavia como un lugar de poder después de la licuación de la autoridad presidencial durante el gobierno del Frente de Todos, lidera una derecha que llegó para quedarse y es la única novedad del escenario político, en contraste con una oposición con todo el pasado por delante. El rompecabezas de Unidos para la Constituyente En Santa Fe, Pullaro y Unidos llegan al 2025 envalentonados por los números en seguridad y el invicto en la Legislatura, que abrió la puerta a la reforma constitucional. Un proceso que irá en paralelo a otras prioridades del gobierno —como la renovación en curso de la Corte Suprema y la aceleración de la obra pública— y que dejará huellas profundas en la estructura de poder de la provincia, pero también ganadores y perdedores en la política. Si finalmente encabeza la lista de convencionales de Unidos, el gobernador pondrá en juego su propio capital político, aunque en una elección muy diferente a la de 2023, cuando rompió la barrera del millón de votos. En este caso, será una elección legislativa, donde el voto tiende a fragmentarse y la imagen positiva no se traduce necesariamente en un tilde en la boleta. Sin Paso para ordenar la lista a distrito único, deberá negociarse puertas adentro de la coalición, donde se plantea un debate sobre el perfil de la mujer que debería secundar a Pullaro. image.png “No puede ser un Frente Progresista 2.0”, dice un armador que cree que hay que darle señales a la platea derecha de Unidos. Mucho más, cuando se disputarán votos con La Libertad Avanza y Amalia Granata. En la Casa Gris no están seguros. “El gobierno de Santa Fe y el nacional ya comparten entre el 75 y el 80 por ciento de adhesiones. Estamos muy enfocados en nosotros, en clarificar para qué es la reforma. Después se verá quiénes son los mejores intérpretes del gobierno y del momento histórico”, dicen desde el entorno de Pullaro. En el socialismo, uno de los principales socios de Unidos, señalan que la lista debe expresar la heterogeneidad de la alianza, pero plantean no apurar los tiempos. “El 20 de enero arrancamos las conversaciones formales entre los partidos”, indican. El foco en Rosario En esa gran negociación entran también las listas para concejales. En Rosario, Unidos renueva ediles que entraron por el Frente Progresista, Juntos por el Cambio y el espacio de Miguel Tessandori. Es probable que se habilite una competencia amplia, para que lleguen votos desde los distintos afluentes. A mitad de camino entre lo local y lo provincial está el lugar de constituyente por el departamento Rosario, una banca codiciada y que puede servir como plataforma para suceder a Pablo Javkin en 2027. “El criterio general es que el candidato natural es el senador, pero si no quiere o no mide puede ser otro. No es un título nobiliario”, dicen desde la coalición. El javkinista Ciro Seisas pica en punta, pero el socialista pullarista Federico Lifschitz también quiere meterse en la discusión. Incluso el rector de la UNR, Franco Bartolacci, suena como potencial candidato. El peronismo santafesino, detonado Lo cierto es que, para bien o para mal, la provincia va hacia una reforma constitucional sin un Pacto de Olivos a la santafesina. Por practicidad o una estrategia de atomización opositora, Pullaro y sus aliados se inclinaron por un acuerdo con el sector de Omar Perotti, en un momento en que el peronismo provincial no cuenta con un gran elector, el PJ provincial está roto y el liderazgo nacional de Cristina es un paraguas cada vez más chico. El congreso del PJ de este sábado expuso a un peronismo detonado. Defensores de la libertad de acción, el perottismo, el sector de Marcelo Lewandowski y el Movimiento Evita se retiraron del encuentro virtual. Denunciaron una votación amañada y que se conectaron personas que no eran congresales y se encaminan a jugar por afuera de la estructura del partido. Del otro lado quedaron los senadores, el rossismo, La Cámpora y los intendentes. En ese polo algunas voces plantean rearmar la mesa de acción política, el órgano que tendrá la lapicera para la constituyente, ya sin los disidentes. image.png Aunque tanto en Unidos como en el peronismo varios creen que si va dividido el peronismo podría sumar más convencionales que con una lista única, el piso de 2,5% y el sistema D’Hondt —que tiende a favorecer a los partidos más grandes— podrían configurar una Convención Constituyente con poca diversidad política. En las primarias de 2023 para Diputados sólo seis listas superaron el futuro umbral de 70.283 votos. La de Omar Perotti (que era gobernador), la de Amalia Granata y cuatro de Unidos, que presentará una oferta unificada. Son las que encabezaron Clara García, José Corral, Dionisio Scarpin y Antonio Bonfatti. El resto se quedaría afuera. En este escenario, las principales amenazas de Unidos vienen de arriba, de lo que haga o no el gobierno de Milei, y de abajo, de la propia sociedad. Por ejemplo, con la dinámica imprevisible de la seguridad. El caso Pillín mostró de manera brutal que la batalla es permanente y en cualquier momento pueden aparecer nuevos brotes de la violencia que los santafesinos quieren dejar atrás.

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