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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/12/2024 03:02
El edificio de Sarandí 140 no solo es un ejemplo destacado de la arquitectura academicista, sino también un testimonio del esplendor de Buenos Aires en los albores del siglo XX En pleno corazón de Buenos Aires, a pocos pasos del Congreso de la Nación, se erige el edificio de Sarandí 140, una joya arquitectónica que encapsula el lujo de la ciudad de Buenos Aires a comienzos del siglo XX y tiene protección de Patrimonio Histórico. Recientemente allí salió a la venta una propiedad de generosas dimensiones. El inmueble, obra de los prestigiosos arquitectos Eduardo María Lanús y Pablo Hary, se estrenó en 1909 y es un ejemplo destacado del estilo francés aplicado a viviendas colectivas que predominaba en esa época. La construcción destaca por su diseño y por su historia. Fue hogar de figuras prominentes como el matrimonio de los escritores Sylvia Iparraguirre y Abelardo Castillo. Iparraguirre, autora de varios libros, colaboró en revistas literarias como El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco junto a su esposo y Liliana Heker, además de desarrollarse como investigadora en lingüística en el Conicet. Castillo, fallecido en 2017, fue un destacado escritor y periodista, referente de la literatura argentina del siglo XX, autor de novelas, cuentos, ensayos y obras de teatro. También habitó en este edificio el senador José Octavio Bordón, candidato a presidente en 1995, con Carlos “Chacho” Álvarez de vice, que perdió frente al binomio Carlos Menem-Carlos Ruckauf. Área de ingreso al edificio ubicado en Balvanera (Foto Gentileza: Coldwell Banker Seniority) El edificio, ubicado en el también llamado barrio de Congreso, fue encargado por Diego Barruti (de quien se sabe poco e invirtió en esta obra destinada a renta vía alquiler de unidades), está compuesto por dos cuerpos independientes separados por un pequeño jardín, elemento que otorga elegancia y prestigio a su fachada. Este diseño, combinado con techos altos y detalles constructivos de gran calidad, lo convierte en un espacio que refleja la riqueza arquitectónica y la historia de la ciudad. Un legado en la arquitectura argentina Los arquitectos Lanús y Hary fueron figuras clave en el desarrollo del estilo academicista en Buenos Aires. Entre sus obras más destacadas se encuentran la Aduana de Buenos Aires, el Colegio Nacional Mariano Moreno y la dirección de obras de los palacios diseñados por el arquitecto francés René Sergent (quien diseñaba desde París mientras Lanús y Hary dirigían las obras localmente), como el Palacio Bosch, entre otros. El edificio de la Aduana, pieza arquitectónica llevada adelante por Lanús y Hary Eduardo María Lanús (1875-1940), nació en Buenos Aires y se graduó en 1901 en la École des Beaux-Arts de París. A su regreso, revalidó su título como ingeniero civil y, en 1902, se asoció con Pablo Hary, formaron uno de los estudios de arquitectura más influyentes de la época. Lanús también presidió la Sociedad Central de Arquitectos entre 1914 y 1916. Pablo Hary (1875-1956), nacido en Francia, llegó a Buenos Aires a los seis años. Tras completar sus estudios iniciales en Argentina, estudió en Bruselas (Bélgica), donde obtuvo su título de arquitecto en la École des Beaux-Arts. Regresó a la Argentina en 1900 y, junto a Lanús, desarrolló una prolífica carrera arquitectónica y entre 1912 y 1913 presidió la Sociedad Central de Arquitectos. Pablo Hary y Eduardo Lanús, ambos se formaron en Europa, lo que les permitió incorporar influencias francesas y belgas en sus diseños Entre sus proyectos más destacados se encuentran: Palacio Bosch (1918): Residencia de Ernesto Bosch y Elisa de Alvear, actualmente sede de la Embajada de los Estados Unidos, en la intersección de las Avenidas del Libertador y Avenida John Fitzgerald Kennedy. Aduana de Buenos Aires (1910): Edificio que aloja a la Dirección General de Aduanas, declarado Monumento Histórico Nacional en 2009., Está en Azopardo 350. Palacio Errázuriz Alvear (1917): Construido para Matías Errázuriz y Josefina de Alvear, hoy alberga el Museo Nacional de Arte Decorativo, sobre la Avenida del Libertador al 1900. El edificio de Sarandí está diseñado en dos cuerpos El edificio de Sarandí 140 es un ejemplo emblemático del legado de ambos arquitectos. Según explicó Alejandro Machado, experto en patrimonio urbano y creador de “Cronista de mi Ciudad” en redes sociales, “este inmueble representa una casa de renta con detalles constructivos de alta calidad, ideales para quienes valoran los amplios espacios que rara vez se encuentran en la arquitectura moderna”. Lanús y Hary solían construir viviendas de más de 3 metros de altura entre piso y techo, bien luminosas. “La fachada del edificio conserva tres firmas de sus creadores, un detalle que certifica su autenticidad y prestigio”, agregó Machado. Palieres de acceso en los pisos del inmueble (Foto Gentileza: Coldwell Banker Seniority) También edificaron el Palacio Sans Souci (ubicado en Victoria, entre San Fernando y San Isidro), diseñado en 1911 por René Sergent, que combina fachadas de símil piedra, mármol parisino y jardines de Carlos Thays. Actualmente, allí se realizan actividades comerciales. Detalles arquitectónicos e inmobiliarios El diseño del edificio combina la elegancia clásica con características funcionales que, para su época, resultaban innovadoras. Los pisos de pinotea de los departamentos, las molduras decorativas en los techos y las carpinterías de madera destacan por su sofisticación. Además, los palliers y halls de distribución comparten materiales utilizados en el Teatro Colón, como los pisos de mármol, lo que refuerza la categoría del inmueble. La vivienda en venta tiene 151 metros cuadrados, con 4 ambientes, dos baños y tres dormitorios. La vivienda está muy bien conservada con generosa altura de piso a techo Rocío Díaz, asesora inmobiliaria de Coldwell Banker Seniority, resaltó una de las características más notables del diseño: “la conexión directa entre las cocinas y los comedores, algo inusual en los inicios del siglo XX, cuando las áreas de servicio solían estar separadas de los espacios sociales”. Este detalle, junto con los balcones franceses que ofrecen vistas al jardín interno, aporta al edificio una atmósfera refinada y funcional. Ingreso La experiencia al ingresar empieza por su imponente puerta de entrada de doble hoja, acompañada de pisos y paredes de mármol y un ascensor de época que transporta al visitante a una era de esplendor arquitectónico. “Dentro de los departamentos, un hall de techos altos conecta las principales áreas, como el comedor, el living y el escritorio”, dijo Juan Pablo Mazzara, Broker en Coldwell Banker Seniority. Con materiales nobles y buena circulación interna La doble orientación de los departamentos asegura una luminosidad constante durante todo el día. Mazzara amplió: “Por la mañana, el sol ilumina la cocina y el comedor, mientras que por la tarde, tiñe los pisos y las carpinterías de madera del living, crean así un ambiente cálido y amigable”. Con escritorio, ideal para trabajar o estudiar Este tipo de propiedades atrae a un público diverso, desde familias numerosas hasta personas que valoran la historia y la arquitectura de la ciudad. “También son de interés para extranjeros que buscan largas estadías en Buenos Aires y para inversores, dado que el precio promedio del metro cuadrado en el edificio ronda entre los USD 1.600 y USD 1.700”, amplió Díaz. Las expensas mensuales ascienden a aproximadamente $200.000, un costo que refleja el mantenimiento especializado que requiere este patrimonio arquitectónico. Comedor del inmueble en venta (Foto Gentileza: Coldwell Banker Seniority) Según Díaz, el alquiler residencial en el edificio podría rondar entre los USD 1.000 y USD 1.200 mensuales, lo que lo convierte en una opción atractiva tanto para residentes como para inversores. “Su estado de conservación e historia lo convierten en una oportunidad única para quienes buscan un hogar con identidad en un momento de recuperación del mercado inmobiliario y conexión con el pasado arquitectónico de la ciudad”, concluyó Mazzara.
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