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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/12/2024 02:45
Los pagos digitales crecieron un 42% en los primeros diez meses del año, según datos oficiales El año que termina consolidó la expansión de los pagos digitales en la Argentina con un fuerte desarrollo que incluyó un hábito creciente en el usuario, la aparición de nuevos servicios y una postura del Gobierno tendiente a reducir el uso del efectivo. Según datos oficiales, entre enero y octubre se hicieron 10.100 millones de transacciones electrónicas, incluyendo todo el menú de transferencias, tarjetas y débitos que ofrecen bancos y fintech, lo que implica una suba del 42% con respecto al mismo período del año anterior. Cada uno de esos medios mostró un salto relevante en 2024: las transferencias electrónicas crecieron un 97%, los pagos QR un 53%, las tarjetas de crédito un 10% y las de débito un 6%. Distintas normas fueron impulsando su uso, tales como la eliminación de retenciones impositivas a cuenta, la incorporación de la propina digital o la obligación de los comercios de acercar la terminal POS al cliente para que no pierda de vista su tarjeta. También se impuso la interoperabilidad de los pagos QR con tarjeta de crédito, algo que ya existía para los pagos con transferencia de cuenta a cuenta. Esto implica que todos los lectores QR deben aceptar pagos de todas las tarjetas sin importar en que billetera estén cargadas. Este último punto marcó otro de los ejes del sistema de pagos digitales: la constante pelea entre Mercado Pago y la banca tradicional. De una lado está la fintech líder que impuso el uso del QR en la Argentina y en el otro la billetera Modo, creada por 35 bancos para competir contra ese liderazgo. Todos los cambios normativos están diseñados sobre esa tensión permanente y cada paso que da el Banco Central impacta en favor de uno u otro sector. Si bien la impronta de la gestión Milei se apoyó en un criterio de competencia e interoperabilidad, conservar la equidistancia a la hora de regular no luce sencillo. El comienzo del 2024 y su pico inflacionario también marcó otro de los rasgos salientes del año que fue el crecimiento del uso de cuentas remuneradas que había comenzado en 2023. Si en la actualidad nadie quiere dejar su dinero “durmiendo” en una cuenta a la vista sin generar intereses ante una inflación del 3 por ciento mensual, si los precios suben al 25% como en diciembre pasado es casi obligatorio invertir el saldo. En la actualidad, las cuentas remuneradas ya acumulan más del 5% de los depósitos privados totales. Y más allá del interés en generar un rendimiento en esos saldos, también ese auge de las cuentas remuneradas explica la expansión de los pagos digitales. Quien deposita en las cuentas fintech para ganar intereses, también usa ese dinero para pagar. El movimiento de quienes reciben su salario u otro ingreso en una cuenta bancaria y lo transfieren a una cuenta virtual para gastar el resto del mes también forma parte de la pelea entre Mercado Pago y la banca tradicional. Las claves para 2025 Pero el punto crucial para el mundo de los pagos digitales del año que termina, y que será un tema central en 2025, fue la decisión del Gobierno de abrir el sistema SUBE, para permitir que se pueda pagar el transporte público con tarjetas, con el celular o con QR. El impacto que tendrá dejar atrás definitivamente el efectivo para cargar la tarjeta SUBE, con las dificultades ya conocidas a lo largo de los últimos años, no será lo único. Lo más relevante pasará por el cambio de hábito que puede generar en el usuario. No hay gasto más cotidiano y repetido que pagar el colectivo, el subte o el tren. Por ello, en las empresas hablan de la “principalidad”: quien gane la pelea para acostumbrar al usuario a usar una determinada tarjeta o su app para viajar, seguramente genere el hábito para que pague de la misma forma el resto de los gastos a lo largo del día. El escenario inicial de la apertura de SUBE se dio en el subte porteño y allí se anticipó lo que será la gran pelea comercial de 2025: llegó una ola de descuentos y promociones por parte de Visa y Mastercard, los bancos y las billeteras para pagar el subte. O para no pagarlo, ya que los descuentos en algunos casos llegaron al 100%. (Fuente) La pelea tiene también una competencia entre tecnologías: contactless vs. QR. En el negocio de los medios de pago algunos ven que el transporte puede traer cambios profundos: quien se acostumbra a pagar arrimando a un lector el celular o una tarjeta para pagar el colectivo, tal vez ya no quiera volver a desbloquear su teléfono, abrir un app y escanear un QR, un proceso que lleva algún tiempo más en esta era en la que nadie quiere esperar. En ese cambio de hábitos, se presume, puede verse perjudicado el uso del QR, muy extendido en la Argentina en relación con el resto del mundo. El Banco Central ya advirtió que el QR será incluido dentro de los pagos del transporte (algo poco frecuente a nivel internacional) y aseguró que garantizará la interoperabilidad del sistema, con igualdad de condiciones para todas las billeteras habilitadas. Este último punto, en el caso del subte porteño, había formado parte de otro capítulo de los conflictos entre Mercado Pago y los bancos. Otro punto central para el mundo de los pagos digitales en 2025 será el tratamiento impositivo que reciban tanto por parte de la Nación como de las provincias. En la Argentina sobra infraestructura y oferta para pagar sin efectivo, con una oferta muy diversificada por parte de los bancos y las fintech que crece todo el tiempo. La regulación tiende a que las comisiones por aceptar esos medios de pago no sean excesivas para los comerciantes. Pero el problema sigue siendo la carga impositiva. Este año hubo un gran avance cuando el Gobierno eliminó las retenciones a cuenta de IVA y Ganancias para los pagos con medios electrónicos, una antigua demanda de los comerciantes que a menudo cobraban 100 pesos pero en su cuenta se acreditaban 88 o 90. De esa forma, el clásico “descuento por pago en efectivo” perdió algo de interés. Más allá del peso de la carga tributaria en general, el descuento de Ingresos Brutos (cuya alícuota varía en cada provincia) sigue siendo clave. Ante esa retención inmediata, los comerciantes se inclinan por privilegiar el pago en efectivo. Por último, la agenda del año próximo incluye la posibilidad de hacer pagos con tarjeta de débito en dólares, algo que el ministerio de Economía viene impulsando en el marco de la política de competencia de monedas. El objetivo de fondo es que alguna parte de los más de USD 20.000 millones que ingresaron por el blanqueo puedan gastarse en la economía real y empujar el consumo. Desde las emisoras de tarjetas aseguran que el desarrollo tecnológico ya está listo, con lo cual la entrada en funcionamiento podría ocurrir en las primeras semanas del nuevo año.
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