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» La Capital
Fecha: 28/12/2024 19:03
Los datos surgen de un informe del Museo de Ciencias Naturales de San Nicolás, que lleva un relevamiento desde que se iniciaron los incendios en las islas En el último año se redujeron un 90% los incendios en el Delta del Paraná El 2024 se encamina a ser el año con menos incendios en el Delta del Paraná desde el 2019, según detalló el Museo de Ciencias Naturales “Antonio Scasso” de San Nicolás. Así, el ecosistema que fue arrasado por el fuego en las últimas temporadas regresa a sus registros habituales, con poco más de 1.300 focos en el año. El trabajo se basa en el satélite de la Nasa que día a día ofrece estadísticas de anomalías de temperatura superficial a nivel mundial, explicó a La Capital Jorge Liotta, licenciado en Ciencias Biológicas y colaborador del museo. Este bólido, en órbita desde 2012, utiliza algoritmos para definir qué afecta a la zona registrada. En el caso del informe del Antonio Scasso, hacen hincapié en los incendios . En los 12 años medidos por el instituto dependiente de la escuela nicoleña Don Bosco, los focos no fueron más de 5.000 sin contar el período entre 2020 y 2023. En esos años, se registraron 91.285 siniestros , siendo el 2020, con 39.663 episodios, la temporada con más incidentes . Sin embargo, ese registro regresa a niveles estables en 2024 y hasta noviembre se registraron 1.310 focos de calor en todo el territorio comprendido desde el túnel subfluvial Santa Fe-Paraná hasta la desembocadura en el río de la Plata, en Tigre. Si bien el trabajo presentado por el museo no detalla causa y efecto, Liotta remarcó que entre “julio y noviembre fue bastante bajo” el nivel del río, pero “en la primera mitad subió el Paraná, llenando de agua al Delta". “Esta situación actúa como amortiguador natural de los incendios”, remarcó y recordó que entre 2020 y 2022 “prácticamente no hubo creciente y esa condición, sumada al pasto seco que funciona como material combustible, fue una de las causas de los importantes incendios”. En tanto, en 2023, remarcó que “hubo un aumento de los niveles hidrométricos” que apaciguó los siniestros. Por otro lado, en cuestiones antrópicas, es decir, con intervención humana, “se fueron mejorando los métodos de detección, prevención y este año en particular hubo hasta detenidos y operativos” en el delta, reflexionó Liotta. El operativo más reciente fue el pasado 9 de septiembre cuando efectivos de la Prefectura Naval Argentina detuvieron a un hombre de 38 años con bidones de nafta que había comenzado un incendio en la costa de la isla de Victoria, en la provincia de Entre Ríos, en el marco de los operativos de patrullaje constante realizados por la fuerza para prevenir el delito. La canoa en la que se movilizaba no tenía motor ni matrícula y quedó secuestrada por falta de documentación. informe San nicolas delta parana incendios 28.12.jpg Resumen del informe encabezado por Jorge Liotta Museo de Ciencias Naturales "Antonio Scasso" de San Nicolas Un 2025 incierto Reducir un 90% los incendios en una temporada, (en comparación con el 2023, que tuvo 10.843 focos) deja en claro la imposibilidad de realizar previsiones para los próximos meses. “Es muy difícil prevenir niveles hidrométricos”, sentenció Liotta. El especialista recordó que para esta temporada estival se pronosticó el fenómeno de La Niña, pero “hubo lluvias y el río Paraná subió”. “El 2025 es una incógnita, pero hay que seguir con tareas de prevención y control”, afirmó el exdirector del Museo de Ciencias Naturales de San Nicolás. El río Paraná sigue creciendo El caudal del río Paraná continúa creciendo, según especialistas del Instituto Nacional del Agua (INA). En menos de 30 días, la altura del río trepó más de dos metros, según registros tomados en el puerto de Rosario y pertenecientes a la Prefectura Naval. Hay que remontarse a mayo para encontrar cifras similares. Según Juan Borús, referente del INA, esta suba es ordinaria y no lo rotulan como “gran crecida”, aunque confían que “seguirá en aumento en la última semana del año”. Desde el piso de comienzos de octubre, cuando el río medía apenas 33 centímetros de altura en Rosario, el Paraná se fue elevando. De hecho, desde los últimos días de noviembre el salto fue de consideración: pasó de 73 centímetros el 28 de noviembre a 3,12 metros el 27 de diciembre. "Se está dando un momento de cambio, más rápido y acelerado de lo que suponíamos. Después del período de sequía y bajante de los últimos cinco años, lo deseable es que la humedad se asiente sobre la región y se normalice. No que caiga un diluvio cada tanto. Lo ideal es que el marco climático se normalice: que llueva un día y a la siguiente semana otra vez, y así. Esto es lo que se está viviendo ahora en el noreste del Litoral", explicó Borus en diálogo con La Capital. Con viento a favor y a la espera de lluvias que caigan sobre el Paraná, los expertos del INA plantean un fin de año con alturas superiores a los 4 metros. Si bien esa altura no resulta preocupante, ya que la alerta recién es cuando se pasa los 5 metros, Borús recordó: "Hace no muchos años el nivel de alerta para Rosario era 4,30 metros y lo cambiaron. Lo cierto es que hay un montón de gente que vive en zonas bajas y en la ribera, y se ve afectada por crecidas debajo de los 5 metros". Alivio para la salud La prestigiosa revista internacional International Journal of Environmental Health Research publicó a fines de noviembre un revelador estudio de cardiólogos rosarinos donde se muestra cómo impactó sobre la salud cardiovascular las quemas en el Delta del Paraná. Con la baja de focos ígneos, el sistema de salud, tanto público como privado, toman un literal respiro. Aunque señalaron que este tipo de afecciones suele estar relacionadas con factores hereditarios o tabaquismo, obesidad o hipertensión arterial, entre otras, "El trabajo de investigación, que midió durante todo 2022 lo sucedido a través de las estaciones de control gestionada por el Cemar (con sensores de laser ajustado a temperatura y humedad diaria), mostró de manera contundente que "el humo de las quemas de humedales impacta directamente en la salud cardiovascular". "Sabemos desde hace unos años que hay factores de riesgo no tradicionales que han sido estudiados profundamente y también se relacionan fuertemente con el infarto y ACV", advirtieron los profesionales.
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