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Parana » Paginajudicial
Fecha: 27/12/2024 20:52
Un admirador de las ideas del nazismo, dos veces condenado, primero como autor de pintadas antisemitas en el Parque Urquiza y luego por el ataque a un influencer a quien obligó a realizar una transferencia de miles de dólares en criptomonedas, deberá cumplir una pena de tres años de prisión efectiva. Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial Lo mandaron a la cárcel. Fue una pena leve. Pero Franco Julián Zapata, adorador del nazismo, fue condenado a tres años de prisión efectiva por hacer pintadas antisemitas en el Parque Urquiza y por el ataque a un influencer paranaense a quien atacó a punta de pistola y obligó a realizar una transferencia de miles de dólares en criptomonedas. El juez Santiago Brugo revocó la condicionalidad de las sanciones anteriores y le impuso a Zapata una pena única de tres años de prisión, aunque la sentencia comenzaría a ejecutarse una vez que la sentencia quede firme –luego de la feria judicial– y su abogado defensor adelantó que solicitará el arresto domiciliario. Julián Zapata, de 29 años, fue condenado por primera vez el 18 de abril de 2022 por los delitos de propaganda basada en ideas o teorías de superioridad de raza o de un grupo de personas de determinada religión, origen étnico o color que tenga por objeto la promoción de la discriminación racial o religiosa y daño agravado por haber sido ejecutado en bienes de uso público y por odio racial o religioso a la comunidad judía. El joven había estampado una esvástica con aerosol rojo sobre una Estrella de David; una leyenda en alemán que decía “Achtung juden!”, que significa “judíos, cuídense”; y dos números insertos de manera enigmática: “88”, un código que representa Heil Hitler si se trasladan esos números al lugar que ocupa la letra H en el abecedario; y “14”, que alude a las palabras que acuñó David Lane, uno de los fundadores del Ku-Klux-Klan, y que se han convertido en un eslogan entre los supremacistas: “Debemos asegurar la existencia de nuestro pueblo y un futuro para los niños blancos”. Ese no fue un hecho aislado, sino que Zapata era parte de un grupo de jóvenes adoradores del nazismo que hacían pintadas y planificaban ataques a personas por su ideología o religión en Paraná. En la medianera de su casa, en el barrio La Floresta, había grafitis que exaltaban el nazismo y el propio Zapata se presentaba en redes sociales como “subjefe del campo de exterminio de Treblinka” y en años posteriores publicó en sus redes sociales la imagen de una persona con rasgos similares a los de Adolf Hitler haciendo ejercicios y una leyenda: “Cuando dejas de quemar judíos y ahora quemas calorías”. En su alegato, el fiscal José Ignacio Candioti consideró que las acciones de Zapata reflejan “un odio hacia la comunidad judía”, “proclaman ideas contrarias a la dignidad del hombre” y “tienen una clara intención de promover la discriminación”. Por ese hecho Zapata fue condenado a cumplir una pena de tres años de prisión condicional y se le impuso como regla de conducta la obligación de realizar un curso de concientización sobre la discriminación y el Holocausto. Pero el joven no se quedó quieto: el 26 de octubre de 2023, irrumpió con otras cuatro personas en la casa de un conocido influencer paranaense, a quien atacaron a punta de pistola, lo maniataron y amenazaron para que entregara la contraseña de su celular, para posteriormente efectivizar una transferencia en criptomonedas por 14 mil dólares a una cuenta de Binance, una billetara virtual, registrada a nombre de Zapata. El día que confesó aquello el juez Brugo le preguntó si tenía condenas anteriores; y mintió, acaso sabedor de que otra respuesta haría caer el acuerdo de juicio abreviado y con ello una pena de prisión condicional que tenía vedada por ley. Y tuvo suerte: la burocracia no asentó la primera condena y el informe del Registro Nacional de Reincidencia (RNR) estaba limpio. La condena condicional es una potestad que tienen los jueces de suspender el cumplimiento de una pena, que no sea mayor a tres años. En este caso, la aplicación de la pena queda en suspenso a condición de que la persona condenada cumpla con una serie de reglas de conducta. En principio, habría incumplido con la obligación de realizar un curso de concientización sobre la discriminación y el Holocausto perpetrado por el régimen nazi que le impuso el Tribunal Oral Federal. Según pudo saber Página Judicial, la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina (DAIA) y la Federación de Comunidades Judías de Entre Ríos no tienen constancias de tenido como asistente en ninguna actividad. Por eso, el fiscal Candioti pidió su detención. Además, cometió un nuevo delito, el asalto al influencer, que confesó en un juicio abreviado. “Nos encontramos aquí ante un supuesto de un nuevo hecho delictivo acontecido con posterioridad al dictado de la sentencia condenatoria de ejecución condicional, por lo que (…) deberá pronunciarse en esta oportunidad una pena que involucre la anterior, ya que este nuevo hecho ocurrió dentro del plazo obligatorio de abstención delictiva que le incumbe al condenado”, explicó el juez Brugo. Ante ello, el juez Brugo unificó ambas condenas en una pena única de tres años de prisión efectiva y revocó la condicionalidad de las sanciones anteriores. Esa circunstancia podría depositarlo en la unidad penal, si no prospera un planteo de su defensa para que se le conceda el arresto domiciliario.
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