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» Diario Cordoba
Fecha: 27/12/2024 06:37
Entre panderetas y mantecados, en el pórtico de los Santos Inocentes, se acerca inexorable el comienzo del año nuevo. El final del calendario es un momento ideal para reflexionar sobre los logros, aprendizajes y desafíos vividos a lo largo del último año. Numerosos líderes políticos, instituciones de todo tipo y medios de comunicación hacen balance estos días de los capítulos principales de los últimos 12 meses. Incluso llegadas estas fechas, muchas empresas de cara a un nuevo ejercicio acometen inventario de existencias y balance de sus políticas comerciales, financieras o de recursos humanos. Al igual podríamos detenernos un instante, antes de que suenen las 12 campanadas, para mirar si nuestras alforjas personales están llenas o medio vacías de estima, de ilusiones, de ternura, de esfuerzos y reconocimiento, de equipos entusiastas, o tal vez salpicada de batallas inútiles, de metas inalcanzables, de compañías tóxicas, o de referentes inservibles. Realizar un inventario y balance personal permite analizar el progreso en las áreas más importantes de la vida, identificar oportunidades de mejora y establecer metas claras para el futuro. Este proceso, que combina autoevaluación y planificación, ayuda a comenzar el nuevo año con propósito y claridad. Necesitamos sacar nuestra brújula para saber a qué puerto queremos arribar. Desprendernos de esos fardos pesados que lastran nuestra existencia, de todas esas hipotecas prescindibles y objetos inservibles que vamos acumulando en nuestro camino. Para que sea fructífero, el inventario debe incluir aspectos tangibles como intangibles, porque también las experiencias y las personas que hemos conocido marcan la diferencia. Otros artículos de Francisco García-Calabrés Cobo Tormenta de verano Zambomba flamenca Tormenta de verano Migrantes somos todos Tormenta de verano Con la misma ilusión Sobresale la gratitud personal, al volver la mirada, que refleja un año intenso en logros compartidos, en crecimientos conscientes que evitan ese síndrome de la felicidad aplazada tan de moda en nuestros días. No en vano, el índice de suicidios sube por encima del PIB en muchos países desarrollados. En lo social, destaca esa muchedumbre de gente buena y servicial, amable y solidaria que pone sentido común y esperanza en tiempos confusos y convulsos. Aunque, como señalaba el desaparecido Federico Mayor Zaragoza en su última visita a nuestra ciudad, el silencio es nuestro mayor enemigo ante las amenazas al Estado de Derecho, los fracasos provocados por el neoliberalismo desbocado y la distracción masiva del poder mediático y digital que se inmiscuye en nuestras vidas. Lecciones derivadas de éxitos y fracasos que nos interpelan desde la convicción profunda de que nada de lo humano nos resulta ajeno, y exigen tomar partido para no tropezar dos veces en la misma piedra. Espero que tu particular cuenta de resultados no ofrezca números rojos sino un saldo positivo para recomenzar con la fuerza e ilusión que necesitamos. Feliz Año Nuevo. *Abogado y mediador
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