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» Diario Cordoba
Fecha: 26/12/2024 09:06
Apoyar la producción y el consumo de productos ecológicos con la creación de un biodistrito agroecológico en la comarca. Ese es el objetivo que se ha marcado el Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Campiña Sur Cordobesa a través de un proyecto de cooperación que busca destacar el valor social y medioambiental de los sistemas agroalimentarios sostenibles. La iniciativa forma parte de la Estrategia de Desarrollo Local (EDL) del GDR Campiña Sur y ha logrado implicar a dos empresas de la comarca, así como a la Fundación Somos Naturaleza, una entidad sin ánimo de lucro que, en palabras de su presidente, el empresario montillano José Ríos, «aspira a ser motor de cambio de hábitos de vida saludables y respetuosos con el medio ambiente», así como «agente acelerador y dinamizador de emprendimientos sociales sostenibles». De este modo, el proyecto Biodistritos Leader Agroecológico ha permitido a instituciones y empresas turísticas y agroalimentarias de cuatro GDR andaluces (Campiña Sur Cordobesa; Sierra de las Nieves y Serranía de Ronda; Valle del Guadalhorce; y Axarquía) conocer de cerca la experiencia del Biodistrito de Cilento, al sur de Italia, con el objetivo de recabar información y tratar de replicar experiencias en Andalucía. Integrantes de la delegación andaluza, en la acrópolis de Elea-Velia. / Juan Pablo Bellido La zona, situada muy cerca de Nápoles, junto al Mar Tirreno, cuenta con una asociación que engloba a 41 municipios y a más de un millar de empresas de agricultura orgánica, con una extensión total de 13.749 hectáreas dedicadas a los cultivos del olivar, la vid, los cítricos y las hortalizas y, también, a la ganadería sostenible. Reconocido por la Comisión Europea como Mejor Biodistrito Europeo, Cilento fomenta actividades complementarias de ecoturismo, cooperativismo, formación, innovación y transferencia de buenas prácticas ambientales. En la Quesería Tenuta Chirico se elabora queso mazzarella. / Juan Pablo Bellido «Un biodistrito es un área geográfica donde los agricultores, los ciudadanos, los operadores turísticos, las asociaciones y las administraciones públicas establecen un acuerdo para la gestión sostenible de los recursos locales a través de un modelo biológico de producción y consumo», explicó a CÓRDOBA el director del Biodistrito del Cilento, Emilio Buonomo, quien se mostró convencido de que la promoción de los productos biológicos «permite a cada territorio alcanzar el pleno desarrollo de sus potencialidades económicas, sociales y culturales». Por este motivo, la delegación andaluza se acercó a conocer la acrópolis de Elea-Velia donde, de la mano del arqueólogo Francesco Uliano Scelza, descubrieron los secretos de esta ciudad fundada hacia el 540 antes de Cristo por colonos griegos focenses. «Las excavaciones suponen un foco de atención para muchos amantes de la historia que, una vez en la acrópolis, se decantan por conocer el entorno», reconoció el especialista, que ha dedicado gran parte de su carrera profesional a este enclave declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y es que, a solo cuatro kilómetros de distancia de la antigua ciudad se encuentra la explotación agrícola Anna dei Sapori, donde su propietaria, Anna Nigro, presidenta del Biodistrito del Cilento, explicó el proceso de transformación de los frutos de su explotación ecológica, que ofrecen directamente a sus comensales en el restaurante familiar de la propia finca. Cilento acoge a 41 municipios. / Juan Pablo Bellido «Además de fomentar la cadena corta comercial y los grupos de compra entre los productores de la región, el Biodistrito del Cilento consiguió que el Gobierno de Italia exigiera la distribución de alimentos ecológicos en comedores escolares o en los hospitales», detalló. Una de las empresas cordobesas que ha formado parte del proyecto ha sido Hacienda Bolonia, una firma familiar que surgió en Montilla en 2008 «con la ilusión de transformar el olivar y el viñedo de nuestros padres, desde el cultivo convencional al ecológico», tal y como explicó Antonio Gálvez, alma mater de la empresa, junto a su esposa, Ángeles Criado. El gerente de Hacienda Bolonia, que produce y comercializa vinos y aceites de oliva virgen extra ecológicos, se mostró convencido de que «la cooperación y el intercambio de experiencias entre territorios puede fomentar la agricultura ecológica y las producciones locales como vía para el desarrollo sostenible de las zonas rurales». En similares términos se manifestó Ana Isabel Muñiz, delegada de Agricultura, Programas Europeos, Economía Social y Desarrollo Local del Ayuntamiento de Montalbán, además de propietaria de Huerta Piñeros, una empresa familiar que fomenta una alimentación saludable y respetuosa con el medio ambiente. Detalle de productos de La Petrosa. / Juan Pablo Bellido «Analizar casos de éxito como el Biodistrito de Cilento, donde se están implementando proyectos de apoyo a productores ecológicos y redes colaborativas con las propias instituciones públicas, permitiría replicar un modelo similar en la Campiña Sur», destacó Muñiz, quien defendió la necesidad de fomentar el relevo generacional en la agricultura y en la ganadería para «mejorar la empleabilidad y la vertebración de las zonas rurales». Además de conocer en Pioppi el Museo Viviente de la Dieta Mediterránea, la delegación andaluza visitó la cooperativa agrícola Nuovo Cilento, en San Mauro Cilento, cuyos responsables ofrecen desde talleres de degustación hasta paseos históricos y rutas de senderismo por los pueblos de la zona, sin dejar atrás su importante labor de cultivo del olivar y de elaboración y comercialización de aceite. «El biodistrito es una solución innovadora que se enmarca en los objetivos acordados por la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992 y, en particular, en el Plan de Acción de la Agenda 21, que orienta las políticas de los países hacia un desarrollo sostenible», explicó Emilio Buonomo, director del Biodistrito del Cilento, quien hizo hincapié en el «papel central» que desempeñan las autoridades locales. «La soberanía alimentaria no es solo el derecho de los pueblos a obtener alimentos nutritivos y accesibles, producidos de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente sino que, además, comprende el derecho de los pueblos a decidir sobre su propio sistema alimentario y productivo», destacó Emilio Buonomo. Por eso, desde el Biodistrito de Cilento, sus máximos responsables tratan de promover la «cultura de lo ecológico» y el «enfoque territorial» no solo entre los productores locales sino, además, entre la población y en su relación con las diferentes Administraciones públicas. «El respeto del medio ambiente y el reconocimiento positivo de las diferencias locales favorecen la calidad de vida y contribuyen a fijar población al territorio», señaló, por su parte, Salvatore Bassile, fundador del biodistrito, quien se mostró convencido de que «visibilizando el impacto social de la agroecología, tanto en la generación y mantenimiento de empleo, como en la incorporación de jóvenes al mercado laboral, ayudamos a fijar población en territorios que, de otro modo, estarían abocados a la despoblación». Ana Isabel Muñiz y Antonio Gálvez observan el compost. / Juan Pablo Bellido Prueba de ello es la Quesería Tenuta Chirico, especializada en la producción y venta de quesos, yogures y helados elaborados con leche de búfala, donde trabajan decenas de jóvenes de la comarca. La empresa es muy conocida en Italia por su gama de quesos mozzarella, así como por sus iniciativas que invitan a «descubrir el auténtico sabor de la región de Campania». Con todo, tal y como reconoció José Illanes, técnico del GDR Campiña Sur, una de las experiencias más significativas para la delegación andaluza fue la visita a la Hacienda La Petrosa, cuya verdadera esencia reside en el respeto por el suelo donde se halla y por las tierras que cultivan sus propietarios. «Cada producto que ofrecemos es fruto de un trabajo cuidadoso, respetuoso con el medio ambiente y fiel a los principios de la agricultura ecológica y regenerativa», subrayó Edmondo Soffritti que, junto a sus hermanos Simona y Luigia, pone en el marcado un reconocido aceite de oliva virgen extra ecológico que complementa con otros productos. «De nuestros campos maduran granos antiguos que transformamos en harinas, pastas, panes, dulces y repostería salada», detalló el gerente de La Petrosa, una antigua casa rural completamente reformada que también funciona como hotel familiar, con un restaurante en el que elaboran platos cuyos ingredientes proceden íntegramente de sus tierras, «una filosofía que encaja a la perfección con el espíritu de este proyecto», según Bassile. «Los biodistritos favorecen un desarrollo rural ético, justo y solidario, además de poner en valor los productos naturales de un territorio», resaltó el fundador del proyecto en Cilento, quien se mostró convencido de que la réplica de un modelo similar en una comarca como la Campiña Sur Cordobesa «contribuiría definitivamente a su desarrollo económico y turístico» sobre la base del respeto al entorno natural. 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