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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 25/12/2024 22:32
Por Isidro Alazard Existe una creencia generalizada que asocia a las fiestas de fin de año, la tristeza y el suicidio. Para conocer la base científica de dicha creencia, en un tema que, como muy pocos, está rodeado de mitos, EL ARGENTINO dialogó con Gabriel Fernández, quien es psiquiatra y hace menos de un año asumió la dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud de Entre Ríos. “Generalmente, están vinculadas a un sufrimiento emocional profundo, que puede ser producto de trastornos de salud mental, como depresión, ansiedad, consumo problemático de sustancias o esquizofrenia”, explicó el profesional “También influyen factores sociales como el aislamiento, el desempleo, el duelo, la violencia o el acoso. En muchos casos, la persona siente que no encuentra soluciones a sus problemas. Sin embargo, el suicidio es prevenible si se detectan y abordan tempranamente estas situaciones de riesgo”, agregó e hizo énfasis en que las razones por las que una persona puede llegar a pensar en el suicidio son múltiples y complejas. - ¿Aumentan los suicidios en las fiestas? - Existe la percepción de que los suicidios aumentan durante la Navidad, pero los estudios indican que en esos días tienden a disminuir, posiblemente debido a la mayor presencia de vínculos familiares y sociales. No obstante, se observa en algunos países un incremento en los días posteriores, particularmente en Año Nuevo. Esto podría explicarse por el contraste entre las expectativas asociadas a estas fechas y el estado emocional real de algunas personas, sumado al impacto del consumo excesivo de alcohol y a la evaluación personal sobre los logros o dificultades del año que termina. En conclusión: no es un parámetro que nos determine modificaciones en nuestra conducta como gestores de salud pública. - ¿Cuáles son las herramientas para prevenir el suicidio? - Existen diversas herramientas eficaces. La identificación temprana de señales de alerta, como cambios en el estado de ánimo, las conductas de aislamiento o las expresiones de desesperanza permite intervenir a tiempo. En Entre Ríos, contamos con un Programa dependiente del Ministerio de Salud específico de Prevención del Suicidio, y a su vez con una línea telefónica gratuita (0800-777-2100) para orientación y apoyo en urgencias en salud mental en general. Además de dispositivos de atención en hospitales (cuatro especializados en la provincia) y centros de salud de atención primaria. También trabajamos en la capacitación de equipos profesionales, en campañas de sensibilización y en el fortalecimiento de redes comunitarias. El acompañamiento sostenido es clave para reducir el riesgo. - ¿Hay estadísticas provinciales que ilustren la problemática? -Los datos provinciales siguen la tendencia a nivel nacional y muestran que los grupos etarios más afectados son adolescentes-jóvenes y los adultos mayores, especialmente entre los 15 y 29 años, y los mayores de 64 años, respectivamente. Esta información resalta la necesidad de estrategias focalizadas para abordar la problemática en los sectores más vulnerables. - Es una temática rodeada de mitos, ¿cuáles son los más habituales? - Uno de los mitos más frecuentes es pensar que quien habla de suicidio solo busca llamar la atención. En realidad, manifestar ideas suicidas es un pedido de ayuda que debe ser tomado con seriedad. Otro mito común es que, si alguien ya tuvo un intento de suicidio, no volverá a intentarlo. Sin embargo, la evidencia muestra que los intentos previos son uno de los principales factores de riesgo, lo que refuerza la importancia del seguimiento y el tratamiento continuo. - ¿Qué rol cumple la familia en la prevención? ¿Y otras instituciones, como la escuela, los hospitales, el Estado? - En relación al rol de la familia, es fundamental en la detección temprana de señales de alerta y en la contención emocional. Las escuelas también cumplen un papel crucial, ya que pueden identificar cambios en los jóvenes y promover la educación emocional como herramienta de prevención. Los hospitales y centros de salud deben garantizar atención inmediata y seguimiento, mientras que el Estado tiene la responsabilidad de proveer recursos, dispositivos específicos, campañas de prevención y equipos capacitados. En Entre Ríos hemos estado trabajando en el fortalecimiento de estos recursos, aún en el contexto de crisis económica, y continúa siendo necesario seguir ampliando y mejorando las estrategias existentes.
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