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  • Una mirada desde la alcantarilla. No somos mejores por leer

    Parana » Ahora

    Fecha: 24/12/2024 23:37

    * No somos mejores por leer Leo, escribo, crío podría ser una de las secuencias usuales de mi vida, a veces criar se come los tiempos de las otras acciones, pero en esa fagocitación está el germen que viene después. Un interés que me aproxima a más autorxs, un reservorio de experiencias que quizás el lenguaje pueda traducir. De eso se trata escribir, de intentar asir la vida en palabras, de buscar un imposible y sin embargo de encontrar la forma dicha de lo sentido. Hace unos días mi profesor de taller me dijo no somos mejores por leer, pero nos hacemos mejores días leyendo. Y pienso que es cierto porque cada que vez que escapé de mí, encontré unas páginas que me maravillaron, que hicieron que volviera menos compleja a mi relación conmigo misma, porque inventaron un mundo posible, porque descubrieron otra sensibilidad, porque la forma de usar el lenguaje me impactó. Siempre algo me convoca en los libros que leo. Decía alguien “no hay pena que una hora de lectura no consuele” y este año darnos esa tregua fue más que necesaria. Pensemos que estamos atravesados por una violencia que nos lleva a festejar si linchan a un ladrón, a festejar si le roban a alguien “enemigo”, a aplaudir insultos desde discursos oficiales. La mayoría ha votado para que le vaya mal al otro: para que lo dejen sin trabajo, para que nadie más le compre nada, para que le quiten el plan social, para que caiga en la ruina, para que le incendien el pedazo de tierra, para que tenga que venir a pedirme a mi si quiere algo y yo decirle que no. El pozo es profundo y oscuro. Entonces la literatura, el mayor poder que adquiere el lenguaje es en ella, está para arrastrarnos a la belleza, para dinamitarnos la forma de pensar y permitirnos entrar en otras lógicas sin dañar a nadie y sin que nada pasa inadvertido. Creo en su poder como los cristianos cuando invocan al Espíritu Santo, sin buscar sacrilegios, sin alusiones estúpidas que necesiten de altares gloriosos para vanagloriarse un poema aparece en las fisuras de una narración, en la oralidad que creíamos olvidada, en las páginas mohosas y en los libros baratos de feria. Hay refugio. Hay ganas de encontrarlo y creo que por eso se lee cada vez más. *

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