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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 24/12/2024 23:32
“Huu… huu… huu… El canto de la paloma anuncia que la Solapa viene bajando la loma”. Así cantaba hace muchos años Santos Tala, seudónimo artístico del escribano Carlos Eduardo Lescano, nacido en Villa Hernandarias del Departamento Paraná. Pero ¿qué es “La Solapa”? Hay varias historias pero, en la mayoría de los casos son coincidentes. Hay quienes afirman que es un duende, otros que es una vieja muy fea. Nos inclinamos por el duende, ese que pocos han visto y que anda a la hora de la siesta, aunque la otra imagen también es mencionada. Si retomamos el tema de Santos Tala, el autor lo menciona como duende y también como señora con varios años cuando dice: “Revisando los niditos, retozando en los senderos, hay un duende que castiga a los gurises cuatreros. Toda vestida de blanco se esconde en los matorrales. Tené cuidado gurí, en una de esas te sale”. De manera que es un duende y una mujer vestida de blanco. Tal vez podríamos comparar a “La solapa” con “El hombre de la bolsa” o “El pombero”, personajes de la imaginación popular que se encuentran en otras zonas de la Mesopotamia y entre los que hay algunas coincidencias. En todos los casos son imaginarios para la inmensa mayoría, ya que nunca los vieron, pero hay personas que afirman que mantuvieron contacto con ellos. En Entre Ríos, “La solapa” anda a la hora de la siesta, según las leyendas, y su presencia es mayor en las zonas rurales. El personaje es mencionado permanentemente por los mayores, con lo que evitaban que los chicos salgan de su casa en horas en que es necesario descansar un corto tiempo. Se afirma que esta criatura atrapa a los niños que andan a la hora de la siesta, especialmente en verano. Tiene una manera de asustar a los niños: aparece y desaparece en forma intermitente, usando los árboles, los arbustos y cualquier cosa que les sirva para esconderse. Se puede sacar la conclusión que la imaginación es algo realmente fascinante, al igual que inventiva de la gente en la cultura popular. “La solapa”, en particular, está ligada a una estrategia de los adultos para controlar a los niños que salen a la siesta. Los mayores duermen y no tienen control sobre los chicos. Los mismo sucedía con “El hombre de la bolsa”, aunque este personaje se usaba mayormente en las ciudades. Asimismo, se puede señalar que estas leyendas forma parte de la cultura de la siesta, costumbre muy arraigada en el litoral. Muchos adultos, cuando fueron niños, vivieron la apasionante aventura que combinaba el temor, la travesura, la amistad para a pesar de todo escaparse de los padres con algunos hermanos o amiguitos, regresando al hogar antes que los mayores despierten. “¡Adentro que viene La Solapa!” era una advertencia común hace unos años. Tal vez, la propia madre, cuando decía eso a sus hijos, de alguna manera volvía a su infancia. “Es la dueña de la siesta con su sombrero grandote; sale a comer pisingallo, tas, frutita en los mogotes. Como vos también, gurí, tenés esos mismos gustos, anda rabiando empacada, buscando darte un buen susto. Gurisito entrerrianito, si te sale la de blanco, hacete el zonzo y decile que vos sos un gurí santo”.
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