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» Diario Cordoba
Fecha: 24/12/2024 12:07
Con la llegada de las fiestas de Navidad, las reuniones familiares y los banquetes cargados de comidas copiosas y bebidas suelen provocar excesos alimentarios que impactan en nuestra salud digestiva. Frente a las molestias que estos excesos pueden generar, como la acidez estomacal o la indigestión, muchas personas recurren al uso de medicamentos como el omeprazol, creyendo que este fármaco "protege el estómago" o evita el malestar. Sin embargo, esta práctica, según advierte la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), no solo es ineficaz, sino que puede ser perjudicial. Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), entre los que se incluye el omeprazol, son medicamentos diseñados para reducir la producción de ácido gástrico en el estómago. Según Cristina Casado, coordinadora del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la SEFAP, estos fármacos no generan una "capa protectora" en el estómago, como muchas personas creen. “El alcohol tiene una acción irritante sobre la mucosa gástrica, y el omeprazol no evita esta irritación, ya que su mecanismo de acción es diferente”, explica. Además, su uso indiscriminado durante estas fechas puede alterar la producción natural de ácido, afectando negativamente la digestión. Un aspecto clave que destacan los farmacéuticos es que el omeprazol no está diseñado para aliviar molestias temporales o inmediatas. Su efecto comienza a notarse entre las cuatro y las seis horas después de la ingesta y alcanza su máxima eficacia tras varios días de tratamiento continuo. Por esta razón, no es adecuado para tratar problemas puntuales de acidez o indigestión causados por comidas festivas, subraya Casado. Estos son los riesgos de tomar omeoprazol El omeprazol y otros IBP están indicados para tratar enfermedades específicas, como el reflujo gastroesofágico, úlceras gástricas y duodenales, infecciones por Helicobacter pylori, la prevención de sangrados digestivos por ciertos medicamentos, o la enfermedad de Zollinger-Ellison, caracterizada por una producción excesiva de ácido. Su uso fuera de estas indicaciones, especialmente como "protector" frente a comidas copiosas o consumo de alcohol, no está respaldado por evidencia científica y puede acarrear efectos adversos. En el corto plazo, estos fármacos pueden causar dolor de cabeza, dolor abdominal, gases, diarrea, vómitos o estreñimiento. A largo plazo el uso innecesario o prolongado puede alterar la acidez del estómago, aumentando el riesgo de infecciones digestivas y reduciendo la capacidad de absorción de nutrientes esenciales como calcio, magnesio y vitamina B12. Esto puede derivar en problemas de salud más graves, como fracturas óseas, alteraciones musculares o cardiacas, e incluso pérdidas de memoria en personas mayores, según detalla Ana Blázquez, también miembro del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la SEFAP.
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