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Concordia » Diario Rio Uruguay
Fecha: 24/12/2024 02:35
Agrandar imagen Monseñor Gustavo Gabriel Zubriggen En diálogo con Diario Río Uruguay, Monseñor Gustavo Gabriel Zubriggen recordó que “la Navidad es una fiesta esencialmente cristiana, en cuanto que celebramos el nacimiento del hijo de Dios hecho hombre verdadero”, por lo que “es una fiesta de fe, más allá de que después entró toda la cultura occidental aunque no se profese la fe católica", rescatando que más allá de la liturgia, "se convirtió en una fiesta familiar”. Desde el punto de vista religioso, destacó que “para nosotros, los cristianos -la Navidad- significa reconocer en ese niño Jesús, en el hijo de Dios nacido pobre en Belén, el amor inmenso de Dios por toda la humanidad, que quiere caminar la vida y hacerse uno con nosotros". Con el objetivo de "compartir todo lo nuestro para abrirnos a la esperanza de la vida eterna, para rescatarnos de la oscuridad de las injusticias, de la maldad propia del corazón humano y abrirnos las puertas de la vida eterna”. Sentido Humanista En ese camino, destacó que “la fiesta de la Navidad tiene un hondo sentido humanista, en el sentido de que en el niño Dios, amado infinitamente por su padre el Dios creador, somos amados todos los seres humanos de todos los tiempos, hombres y mujeres, por eso es una fiesta que revela la inmensa dignidad infinita de cada humano", incluso, "también para el que no cree”. Según sus palabras, eso hace que “reconozcamos cuánto nos ama Dios, que reconozcamos la dignidad que cada uno tenemos y que al mismo tiempo nos sintamos llamados a respetar la dignidad de cada hermano nuestro”, porque “cada ser humano tiene una dignidad infinita que nosotros tenemos que cuidar, promocionar y respetar”. Cambios en parroquias Consultado acerca de los cambios y traslados de párrocos confirmados recientemente, el obispo explicó que "esto tiene que ver con lo visto y conversando a lo largo del año con los sacerdotes, algunos hace mucho tiempo que están, otros pedían cambiar hacia una nueva experiencia", como así tambén están quienes, "por una cuestión edad, piden ir hacia una parroquia más chica", mientras que "otros pide un tiempo de descanso". Según el religioso, las modificaciones se tomaron "discerniendo con tiempo, porque yo empecé a charlar con los sacerdotes desde casi el comienzo de este año", por lo que fueron cambios "que de a poco fuimos charlando". Entonces, completó, "tiene que ver con un reordenamiento normal, habitual en la vida de la Iglesia y siempre se hace así, en clave de diálogo, de compartir, de discernimiento y por eso llegamos a esta conclusión". Zurbriggen detalló que "los cambios que anunciamos el viernes pasado y que tienen que ver con eso". También trajo a colación que, personalmente "después de ser cura muchísimos años", está plnameente "convencido, que cada tanto nos hace bien el cambiar, porque nos renueva humanamente y renueva a las comunidades también". Entre los cambios, se confirmó que el sacerdote José Luis Bogado asumirá como párroco en la Catedral “San Antonio de Padua” de Concordia. Su actual parroquia, “Inmaculada Concepción” del Parque Chiarizza recibirá al presbítero Pedro Todone, quien actualmente sirve en “Nuestra Señora del Rosario” en Villa del Rosario. El padre Daniel Petelín dejará la parroquia “Nuestra Señora de Lourdes” y asumirá en San José. Su lugar será ocupado por el presbítero Cristian Arévalo, quien asumirá en febrero próximo. Por su parte, en Chajarí, la comunidad de la Parroquia “San José Obrero” recibirá al padre Rodolfo Rapuzzi, designado también por Monseñor Zurbriggen. Balance del año Por otro lado, tras ser consultado sobre su experiencia al frente de la diócesis de Concordia luego de un año de su llegada, el monseñor Zubriggen comentó que “llegué a Concordia el 1° de septiembre del 2023 y -hasta ahora- he recorrido prácticamente toda la diócesis”. Al respecto, valoró que “descubrí una iglesia muy viva y dinámica en Concordia, con muchas potencialidades y, como obispo, vengo a aportar lo mío para intentar sumar a esta iglesia dinámica”. Entre otras cosas, apuntó que “la ciudad de Concordia es distinta al resto de la diócesis”, ya que “tiene particularidades propias como situaciones de muchísima pobreza, donde hay una presencia lamentable de droga, que afecta a los barrios más vulnerables”. No obstante, apreció que “también encuentro una iglesia más comprometida con los que más sufren”, por lo que “si bien siempre tenemos que crecer, mejorar nuestro servicio pastoral, hago un balance positivo y estoy muy agradecido con la iglesia de Concordia y con la gente que colabora de corazón con la tarea de toda la parroquia en los barrios más necesitados” de la ciudad.
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