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Parana » Ahora
Fecha: 24/12/2024 00:42
Después de la detención de Isaias “El Lobo de Berazategui” Caballero el falso influencer trader acusado de montar una estafa ponzi en redes sociales, comenzaron a denunciar la aparición de más “rulos financieros” similares, que dicen multiplicar la plata en minutos y van dejando un tendal de damnificados. Uno de los más recientes apareció la última semana y tiene como cara visible a Lucas Joel, un músico urbano y vendedor de zapatillas de 22 años, que tiene casi 200 mil seguidores en Instagram. Desde hace unos días encabeza un negocio exorbitante: a cualquiera que le envíe un monto de dinero, él promete duplicárselo en apenas un par de minutos. “Me enviás 200 mil pesos, al toque te llegan 400 mil”, contaba en sus historias. Pero se trata de un modus operandi que se repite y se mueve por entornos digitales. Son cuentas de Instagram que nacen y desaparecen en semanas, grupos de WhatsApp o billeteras virtuales que se compran, se venden y se alquilan para mover millones de pesos por día, consignó Clarín. La promesa de ganancias de un 100 por ciento de manera casi instantánea era el mismo tipo de negocio que ofrecía Caballero y que lo llevó a ser acusado de “estafas reiteradas” por la fiscalía N1 de Quilmes, que lo detuvo la semana pasada tras permanecer casi 24 días prófugo. Caballero había sido escrachado en redes sociales el mes pasado por un grupo de usuarios, nucleados en la cuenta @No_pagos_de_isapoki, a los cuales no le había devuelto su dinero. A partir de esa denuncia, la Justicia comenzó a realizar las investigaciones que derivaron en su captura. Pero una vez caído, al perfil de @No_pagos comenzaron a llegarle mensajes que hablaban de otro usuario que estaba realizando una maniobra parecida. Joel, según se promociona en sus redes, es un todoterreno. Es músico urbano y tiene varios temas en YouTube. También dice que tiene emprendimientos de venta de zapatillas y teléfonos celulares. Hace unos años se había vuelto viral por destrozarle el auto con un bate de beisbol a un conductor en plena calle, a causa de una discusión de tránsito que involucró a su madre. Pero desde hace poco más de diez días está metido en este rulo financiero. De acuerdo a lo que publica en su cuenta de Instagram, el mecanismo funciona a través de cuentas de billeteras digitales. Joel dejó un número de WhatsApp o un par de perfiles de Instagram donde pide que le escriban aquellos que quieran duplicar. Una vez contactados, reciben un alias donde mandar el dinero. El inversor le envía el comprobante de pago y, en teoría, en cuestión de minutos le llega el doble de lo que mandó. En ningún caso se explica cómo es que se multiplica la plata. Según se justifica en sus redes sociales, Joel no es quien recibe el dinero ni tiene idea cómo es que “el duplicador” lo resuelve. Dice que es “una página” y que responde a otro grupo de personas, que son quienes reciben el dinero. Por eso jura actuar como un mero intermediario. A la par, sube capturas de chats en los que muestra usuarios a quienes sí les pagó y que lo compartieron. Este es un punto clave para la historia, ya que los comprobantes de pago funcionan como un anzuelo para sumar gente que tiene miedo de estar cayendo en una estafa. Si bien algunos sacan el dinero, por una cuestión estadística son más los que pierden. Entre los mensajes de damnificados a los que accedió Clarín aparece una joven embarazada y madre de dos chicos que le había enviado un monto determinado, esperando poder duplicar para comprar regalos para sus hijos. No recuperó la plata.
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