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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 23/12/2024 22:13
El 23 de diciembre de 1972 fue el día en que se acabó la pesadilla para los sobrevivientes de la Tragedia de Los Andes. Tras una caminata de 10 días y 38 kilómetros en medio de la montaña, “Nando” Parrado y Jorge Canessa obtuvieron ayuda y tanto ellos como sus compañeros fueron rescatados dos meses y medio después del accidente. La Tragedia de Los Andes: las claves del accidente El 13 de octubre de 1972, los jugadores del equipo uruguayo de rugby Old Christians Club viajaban junto a familiares y amigos desde Montevideo hacia Santiago de Chile para disputar un partido amistoso. El copiloto del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que en ese momento estaba al mando del avión, cometió un error de cálculo e inició el descenso creyendo que estaban llegando a Curicó, Chile, cuando en verdad estaban a unos 70 kilómetros. Un mar de nubes hizo que no pudiera avistar la cadena montañosa, y cuando la vio fue demasiado tarde. El avión chocó en medio de la Cordillera de los Andes, perdió las alas, la parte trasera y buena parte del fuselaje descendió por un tramo a 350 kilómetros por hora hasta chocar contra un frente de nieve. Varias personas murieron en el acto y otras tantas lo hicieron en el transcurso de la primera noche, producto de las bajas temperaturas y de las heridas del accidente. Los sobrevivientes comenzaron a organizarse con la esperanza de que pronto serían rescatados. Aviones de Argentina y Chile los buscaron durante días, pero no los pudieron ver debido a que el fuselaje blanco se perdía en la nieve. Uno de los grandes momentos de desesperanza llegó cuando oyeron por radio que la búsqueda se había dado por finalizada. Apenas habían transcurrido diez días desde el accidente y la situación era cada vez más precaria. El frío y la sed se sumaron a la falta de comida, y fue entonces cuando los sobrevivientes tomaron una decisión más que difícil: recurrieron a la antropofagia, es decir, comer los restos de sus compañeros. También debieron hacer frente a una avalancha que mató a otras ocho personas y que los dejó aún más debilitados. La nota que los uruguayos hicieron llegar a Catalán. Así se gestó el rescate Los sobrevivientes consideraron que la única manera de salir con vida del lugar en donde estaban era caminando a través de las montañas hacia el oeste hasta encontrar ayuda. Aprovechando que el clima comenzaba a mejorar en los primeros días de diciembre, Antonio Vizintín, Nando Parrado y Jorge Canessa se pusieron en campaña y comenzaron la travesía. Salieron el 12 de diciembre y el primer inconveniente se presentó por otro error de cálculo: creían que estaban mucho más cerca de lo que en verdad estaban y que en apenas tres días llegarían a destino. La comida comenzó a escasear y Vizintín decidió volver con los sobrevivientes, indicó La Nación en una nota sobre el tema. Parrado y Canessa continuaron con la marcha y estuvieron cerca de sucumbir en varias oportunidades, ya sea por cansancio, por frío, por hambre o por desesperanza. Tras diez días y 38 kilómetros de caminata, en los cuales también escalaron montañas sin equipamiento, los jóvenes se encontraron con Sergio Catalán, un arriero chileno. Pero había otro problema: los separaba un río ancho y ni siquiera gritando se podía oír lo que decían. Los uruguayos alcanzaron a escuchar “mañana” y, al día siguiente, Catalán se presentó con una piedra, un papel y un lápiz. Parrado escribió: “Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace diez días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedaron catorce personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?”. El arriero chileno les hizo llegar algo de pan y se puso en movimiento para contactar a las autoridades locales, algo que le demandó un viaje de diez horas de cabalgata. La Fuerza Aérea de Chile puso a disposición tres helicópteros para rescatar a los sobrevivientes. El mismo Parrado se ofreció para guiarlos hacia el sitio en donde se encontraba el fuselaje. Por cuestiones de altura, peso y horario, el 22 de diciembre se logró rescatar a la mitad de las personas. La otra debió pasar una noche más dentro del fuselaje, aunque quedaron con la compañía de miembros del equipo de búsqueda. El 23 de diciembre de 1972, los sobrevivientes abandonaron por fin el sitio del accidente, precisó La Nación en la nota de referencia. Habían pasado 72 días y estaban heridos, deshidratados, malnutridos y con signos de congelamiento, entre otras cosas. Solo 16 personas sobrevivieron (uno de ellos falleció en 2015). A 52 años de los acontecimientos, la Tragedia de Los Andes sigue siendo una de las mayores historias de supervivencia de la historia de la humanidad.
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