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» Diario Cordoba
Fecha: 23/12/2024 21:04
Icono del cine de terror desde los tiempos del expresionismo alemán, Nosferatu no deja de ser una adaptación encubierta del ‘Drácula’ de Bram Stoker. Los productores de ‘Nosferatu’ (1922), practicantes del ocultismo, decidieron cambiar el nombre del vampiro –de Drácula paso a llamarse conde Orlok– y del título del filme para ahorrarse pagar el dinero por los derechos. La viuda del escritor, Florence Stoker, no cejó hasta que ganó el pleito y cobró lo que en justicia le tocaba. Una historia más de las que envuelven la mitología de este vampiro cuya apariencia no tiene nada que ver con la de los seductores Béla Lugosi, Christopher Lee, Frank Langella o Gary Oldman que han encarnado en el cine al conde Drácula. Orlock tiene la cabeza rapada, la tez blanco-grisáceo como un muerto viviente, las orejas puntiagudas como un verdadero vampiro y los colmillos mucho más afilados y visibles. En todas las películas, desde la de Murnau hasta la de Robert Eggers, se mueve pesadamente como un ser de ultratumba que palidece de gozo ante la visión de la sangre humana. Más terrorífico, más maquiavélico, sin las sombras y luces que, por ejemplo, Francis Ford Coppola otorgó a su Drácula. Más atávico que sexual, el conde Orlok figura por derecho propio en el panteón de los personajes emblemáticos del horror cinematográfico. Destacamos a continuación siete películas de o sobre el personaje. ‘Nosferatu’ (1922), de F. W. Murnau Subtitulada ‘Una sinfonía del horror’, marca una forma precisa de concebir el cine de vampiros. Aunque el filme pertenece a la corriente del expresionismo en boga en aquellos momentos, no deja de tener en su configuración escénica muchos elementos del relato gótico. Cruce de culturas y tendencias, del fantástico anglosajón al romanticismo alemán, es el filme que mejor ha expresado el deseo del vampiro, capaz de morder y chupar la sangre de su joven víctima hasta que la luz del amanecer acaba con su vida. ‘Nosferatu, vampiro de la noche’ (1979), de Werner Herzog Remake del filme fundacional de Murnau, pero llevado al terreno exaltado tanto de su director, Herzog, como de su protagonista, Klaus Kinski. Era la tercera colaboración entre ambos tras ‘Aguirre, la cólera de Dios’ y ‘Woyzeck’ –repetirían en ‘Fitzcarraldo’ y ‘Cobra verde’–, y resultó una propuesta, entre exacerbada y romántica, mal comprendida. Bruno Ganz encarnó a Jonathan Harker e Isabelle Adjani, de tez más pálida que la del vampiro, fue Lucy. Visualmente apabullante, tiene imágenes imborrables como el puerto de la ciudad poblado de centenares de ratas. ‘El misterio de Salem’s Lot’ (1979), de Tobe Hooper El director de ‘La matanza de Texas’ recuperó el icónico rostro de Nosferatu para su adaptación de una novela de vampiros de Stephen King. El filme llegó a nuestro país en formato largometraje con el equívoco título de ‘Phantasma II’, por lo que muchos entendieron que se trataba de una secuela de ‘Phantasma’, con la que no guarda relación. Después se estrenó la miniserie de la que se había condensado el filme, ‘Salem’s Lot’. El protagonista es un escritor (David Soul) que vuelve a su localidad natal justo cuando sus habitantes empiezan a convertirse en vampiros. ‘Nosferatu e Venecia’ (1988), de Augusto Caminito No es una continuación del filme de Herzog, aunque el vampiro vuelve a estar representado por Klaus Kinski y la acción arranca cuando unos zíngaros le devuelven a la vida. En vez de volver a Londres o quedarse en los Cárpatos, Nosferatu aparece en la laberíntica Venecia, en la actualidad y en pleno carnaval. Christopher Plummer encarna a otro cazavampiros en la estela de Van Helsing. Como ejemplo de que el concepto de Nosferatu ya había adquirido un gran dimensión popular, ese es el nombre del personaje en vez de Orkok, Dracul o Drácula. ‘La sombra del vampiro’ (2000), de E. Elias Merhige Un auténtico delirio, de lo más apasionante, que fantasea con la idea –suscrita en los años 20– de que el actor que encarnó al Orlock de Murnau, Max, era en realidad un verdadero vampiro. El filme documenta en denso blanco y negro el rodaje de ‘Nosferatu’ desde esta premisa: Murnau (John Malkovich) le promete sangre y mujeres a Schreck (Willem Dafoe) a cambio de que interprete el personaje. Cuando el resto del equipo se escama, Murnau les suelta que Schreck sigue el método Stanislavsky para interiorizar a su personaje. ‘Lo que hacemos en las sombras’ (2014), de Taika Waititi y Jemaine Clement Comedia negra concebida como un falso documental sobre tres vampiros que comparten apartamento en una ciudad de Nueva Zelanda. En el sótano vive otro vampiro, este milenario, cuyos rasgos son idénticos a los de Nosferatu. El filme daría pie a la serie homónima emitida entre 2016 y 2024 en la que los vampiros son compañeros de piso en Nueva York. ‘Nosferatu: A symphony of Horror’ (2023), de David Lee Fisher El director de este filme debe de ser un empedernido seguidor del cine expresionista. En 2005 realizó una versión de ‘El gabinete del doctor Caligari’ mezclando blanco y negro y color, y recientemente ha dado su versión experimental y manierista del ‘Nosferatu’ primigenio utilizando fondos de la película de Murnau sobre los que incorpora actores contemporáneos. Doug Jones interpreta al vampiro después de haber sido el hipnotizado Cesare en la adaptación del Caligari.
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