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» Diario Cordoba
Fecha: 23/12/2024 18:21
El viernes por la noche, Alemania revivió su peor pesadilla navideña cuando un coche se abalanzó contra una multitud que paseaba por un mercadillo de la ciudad de Magdeburgo, matando a cinco personas —entre ellas un niño— e hiriendo a 235 más. En 2016, un atentado similar ya había sacudido Berlín. Sin embargo, ahora, detrás del brutal atropello no hay un yihadista fiel al grupo terrorista Estado Islámico, sino un médico saudí de 50 años conocido por los comentarios islamófobos que publicó en redes sociales y por sus simpatías con la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). A dos meses de que se celebren elecciones generales anticipadas, el perfil del autor del atentado pone a la extrema derecha en una posición complicada, pero los fallos de seguridad que lo permitieron también exponen a los dos grandes partidos, los socialdemócratas de Olaf Scholz (SPD) y los democristianos de Friedrich Merz (CDU). Ese escenario permitió cierta cautela política durante las primeras horas, marcadas por el impacto y la confusión, pero el espejismo se desvaneció durante el fin de semana. La mayoría de partidos alemanes han firmado este lunes un acuerdo en el que se comprometen a hacer una campaña electoral "limpia". Fuera queda AfD, que está aprovechando la tragedia para señalar los fallos del aparato de seguridad alemán y culpabilizar a sus rivales. "El fracaso de las autoridades que hicieron posible el horror de Magdeburgo es asombroso", lamentó el sábado Alice Weidel, colíder de la formación nacionalconservadora que aspira a convertirse en la segunda fuerza del país. "No habría sido posible sin una inmigración descontrolada (...) ¡El Estado debe proteger a sus ciudadanos con una política migratoria restrictiva y deportaciones consecuentes!", ha añadido este lunes, antes de participar en un cortejo fúnebre en Magdeburgo. Refugiado, islamófobo y pro-AfD Nacido en 1974, Taleb Al Abdulmohsen emigró a Alemania en 2006. En 2013 fue condenado por alteración del orden público y por amenazar con perpetrar un atentado, pero tan solo tres años después se le concedió el estatus de refugiado. Se declaraba ateo y desde 2020 trabajaba en la unidad de psicoterapias contra adicciones para delincuentes en una clínica de la región de Sajonia-Anhalt. Sin embargo, también había acusado al Estado alemán de "criminal" por conceder el asilo a exiliados musulmanes, había expresado su apoyo a Israel y su simpatía por los postulados anti-inmigración de AfD, asegurando que era el único partido capaz de "salvar" el país. "Alemania quiere islamizar Europa", rezaba su perfil en X/Twitter. Además, expacientes y compañeros han cuestionado sus competencias médicas en declaraciones al 'Mitteldeutsche Zeitung'. Musk entra en campaña AfD cuenta con el apoyo de uno de los megáfonos más influyentes del mundo: Elon Musk. Como ya ha hecho antes en Brasil, Reino Unido o Canadá, el magnate tecnológico estadounidense se ha implicado de lleno en la campaña electoral alemana, pidiendo abiertamente el voto por la extrema derecha. El viernes, cuando se produjo el atentado, Musk insultó al canciller Scholz tachándolo de "idiota incompetente" y le exigió su dimisión. Desde entonces, el aliado de Donald Trump ha instrumentalizado la red social que posee para publicar más de una docena de mensajes en los que critica los errores de seguridad, acusa a los medios alemanes de mentir por documentar el apoyo de Al Abdulmohsen a AfD y mentiras como que Alemania ha despenalizado la posesión de pornografía infantil. Musk también ha amplificado entre sus 208 millones de seguidores la tesis que asegura que el saudí es un "lunático" que durante años fingió su giro ateo e islamófobo para ser aceptado como refugiado, replicada en X por otros conocidos desinformadores. Peter R. Neumann, catedrático de Estudios de Seguridad en el King's College de Londres, ha asegurado a Der Spiegel que esa teoría es "posible", pero "muy poco probable". "Los terroristas durmientes tienden a retirarse y llevar una vida normal y discreta. En cambio, Taleb Al Abdulmohsen hacía constantemente declaraciones públicas, profería amenazas y tenía problemas con las autoridades. Un durmiente que no duerme sería una novedad absoluta". Explotar el miedo La estrategia que sigue AfD no es nueva. En 2016, el partido aprovechó el atropello mortal en la capital alemana para culpabilizar la política migratoria de la cancillera Angela Merkel. "Se ha importado de forma negligente y sistemática el entorno propicio para tales hechos", denunció la entonces líder ultra Frauke Petry. Aunque un 68% de los alemanes rechazaba esa acusación, la extrema derecha alemana dedicó su campaña electoral a atizar las preocupaciones de los ciudadanos a través de lo que internamente describió como "provocaciones cuidadosamente planificadas". Su intención de voto se vio ligeramente perjudicada en las encuestas, pero ocho meses después AfD se convirtió en la tercera fuerza de Alemania al hacerse con un 12,6% de los votos. Por primera vez desde 1945, la extrema derecha había entrado en el Parlamento alemán. Ahora, de la mano de Musk, puede convertirse en jefa de la oposición.
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