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» Diario Cordoba
Fecha: 23/12/2024 18:20
Laia Sanz tenía 16 años cuando se atrevió a contar en voz alta su sueño de disputar un Dakar. Y lo dijo, además, en una reunión de leyendas del rally más duro del planeta. Algunos de los presentes le dijeron que se olvidara, que aquello no era para ella. Por aquel entonces ya era campeona del mundo de trial femenino y aquella negativa no hizo más que envalentonarla. Laia tiene hoy 39 años y más títulos de motociclismo que casi todos sus homólogos masculinos en el Dakar. Ha ganado 14 veces el Mundial Femenino de Trial, 10 veces el Europeo, 6 veces el Mundial Femenino de Enduro. Y después de completar 14 participaciones en el Dakar -incluyendo el noveno puesto en la general absoluta de motos en 2015- la piloto de Corbera vuelve al desierto decidida a hacerse valer en las cuatro ruedas. Lo hará, del 3 al 17 de enero en Arabia, junto a su copiloto Maurizio Gerini y al volante de un Century CR6 de dos ruedas motrices (4x2), con el que hace un año acabó tercera en su categoría y 15ª en la general global. Repite proyecto, aunque quizás no es el que más le hubiera gustado ¿el sueño de competir con un T1+ sigue ahí? Estoy contenta de ir al Dakar, creo que tenemos que ir paso a paso y este año toca luchar para hacerlo bien en la categoría, el objetivo es intentar ganar. La parte positiva es que vamos con el mismo coche del año pasado, por lo tanto lo conocemos bien. Y el equipo también. Obviamente con el nivel que hay en 4x4 es difícil competir en la general. Con las dos ruedas motrices, en las dunas tienes muchas más posibilidades de fallar, es mucho más fácil quedarte enganchado, el coche no tracciona igual y vas con más presión, por lo tanto es mucho más difícil, pero si eres capaz de llevar este coche rápido, el día que coja un 4x4 habrá sido una gran escuela. ¿Qué falta para que las empresas, los sponsors se impliquen más en un proyecto ambicioso con Laia Sanz en la máxima categoría de coches? El palmarés está ahí, he acabado 14 Dakar y creo que haciéndolo bien. No he ido nunca al rally de vacaciones, sino a disputarlo. Pero a veces hace falta tener un punto de suerte, estar en el momento y el lugar adecuado, y eso aún no me ha ocurrido, pero yo sigo trabajando porque el día que pase, que espero que pase, esté a punto y preparada para el reto. Ahora toca picar piedra. ¿Es un hándicap ser mujer para poder optar a un coche oficial o de primer nivel? Yo creo que es difícil para todos. El principal es que el presupuesto se multiplica por diez comparado con lo que vale correr un Dakar con una buena moto. Además, con una moto normal puedes demostrar, depende más de tu disciplina, de tu trabajo. En cambio, en coches es más complicado porque tu labor depende mucho más de los medios que tengas. Es un pez que se muerde la cola, pero hay que luchar con las herramientas que tenemos Los dos últimos Dakar fueron experiencias muy diferentes… Sí, hace dos años fue un Dakar muy doloroso, con mucha frustración, muchos problemas, pero el año pasado las cosas nos salieron bien. De hecho, creo que hubiésemos tenido la opción de brillar más en algunas etapas. Lo positivo es saber que tenemos el ritmo para intentar ganar en nuestra categoría y terminar lo más arriba posible en la general. Pocos pueden presumir de haber acabado todos los Dakar en los que han participado y menos 14 ediciones. ¿Está preparada para asumir si alguna vez debe retirarse? Uff, no lo quiero pensar, porque tarde o temprano sí que es verdad que por estadística algún año me tocará. Espero que no sea este, porque hay años en los que es más importante hacerlo bien que otros. Obviamente, si estás en un contrato de tres años, no tienes tanta presión por terminar. En el punto en el que estoy, tengo muchas ganas de terminar y de hacerlo bien, para reivindicarme y aunque sea como una hormiga, ir dando pasos adelante. ¿Qué le aportó su experiencia junto a Carlos Sainz y Mattias Ekström en Extreme-E? Están comenzando con el tema del hidrógeno y todavía hay un poco de incerteza con ese campeonato, pero aprendí muchísimo. Hacíamos muy pocos kilómetros, pero de muchísima calidad y podías comparar la telemetría con tu compañero, con el mismo coche. Fue un aprendizaje acelerado. ¿Qué le parece el recorrido del Dakar 2025? Creo que será una criba ya desde los primeros días y nos puede beneficiar. Tendremos que hacer un Dakar inteligente y no comenzar a lo loco, quizá ir de menos a más. La primera semana es de supervivencia y creo que habrá mucha gente que quedará fuera o ya habrá perdido mucho tiempo en la etapa de 48 horas y la maratón. El director del Dakar, David Castera, promete más navegación que nunca en esta edición. Justo lo que pedía… Si es así, estaré contenta, porque Gerini, mi copiloto, navega muy bien y yo también, funcionamos bastante bien cuando se trata de orientarse. En cuando a dureza, imagino que será como el año pasado, no tendremos la etapa de 48 horas en dunas, pero será terreno de piedras, que es peor y encima, al principio del rally. ¿Cómo se ha preparado para estos últimos meses? A falta de poder rodar, he intentado hacer bien todo lo que estaba en mis manos, cuidarme llegar bien físicamente. De los últimos años, después de la enfermedad de Lime, es mi mejor momento. Me vuelvo a encontrar muy bien, vuelvo a poder entrenar muy bien, a exigirme. Y también tengo más experiencia al ser mi cuarto Dakar en coche y con el mismo copiloto. ¿Y en cuanto a la preparación mental? No la necesito. Obviamente todos pasamos altos y bajos y momentos complicados, pero en este aspecto siempre me he encontrado muy bien. En el Dakar he sabido gestionar muy bien la presión, los nervios, la dureza, no me siento en necesidad de prepararlo de ninguna manera específica a nivel mental. ¿Qué se siente cuando sufres un accidente o una avería en medio de la nada, en el desierto? Por suerte no hemos tenido demasiados incidente. Y las averías graves, pues te joden porque sabes que estás perdiendo tiempo en la clasificación y quieres solucionarlas rápido. En ningún momento tienes miedo o te sientes perdido en medio del desierto, porque en este sentido la carrera es segura, estamos muy controlados por la organización y el GPS. ¿Cuáles han sido las peores experiencias que ha vivido en un Dakar? En moto, sobre todo por el tipo de accidentes graves que nos hemos encontrado, a veces de compañeros, que hemos tenido que socorrer, muertes incluso como la de Paulo Gonçalves, que te dejan muy tocada. En este sentido la categoría es mucho más dura y peligrosa. Ves el riesgo mucho más cerca. ¿Así que no echa de menos las dos ruedas? A ver, yo creo que el paso a coches era el paso natural después de once Dakar en moto. Mi etapa en moto la disfruté muchísimo, fue increíble, pero llegó el momento de cambiar. Con la edad te vas dando más cuenta del riesgo y se agradece ahora ir en coche, te alegras de ir calentito y seguro cuando los ves a ellos pasando frío y tan cansados, porque ya te ha tocado hacerlo y sabes lo que es.
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