23/12/2024 16:40
23/12/2024 16:40
23/12/2024 16:40
23/12/2024 16:39
23/12/2024 16:39
23/12/2024 16:39
23/12/2024 16:39
23/12/2024 16:38
23/12/2024 16:38
23/12/2024 16:38
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 23/12/2024 12:43
El fin del Impuesto PAIS coincide con un contexto de reformas económicas más amplias, que incluyen cambios en la estructura tributaria y una mayor apertura al comercio internacional (Foto: Shutterstock) El Impuesto PAIS, implementado en 2019 bajo la Ley 27.541, deja de aplicarse a partir de este lunes 23 de diciembre de 2024, al cumplirse el plazo estipulado para su vigencia a partir de su creación. Esta medida también coincide con el fin del plazo estipulado por el Banco Central de la República Argentina para el acceso al mercado de cambios destinado al pago de importaciones, establecido en 30 días desde el registro aduanero. En la práctica, las importaciones no pagan este impuesto desde fin de noviembre, cuando se dejó de cobrar el 95% de su alícuota a cuenta, una obligación que impactaba directamente en los costos de operación de las empresas importadoras. Este cambio se oficializó mediante la Resolución General 5617/2024, publicada en el Boletín Oficial. Para el sector importador, esta medida representa una reducción significativa en los costos asociados al acceso al mercado de divisas y al valor final de los bienes importados. Historia del impuesto y su impacto en el comercio El Impuesto PAIS fue creado en diciembre de 2019 con el objetivo de estabilizar las reservas del Banco Central en un contexto de crisis cambiaria. Inicialmente, el gravamen se aplicó al dólar ahorro y las compras en el exterior con tarjeta de crédito o débito, con una alícuota del 30%. Con el tiempo, el tributo se extendió a otras operaciones, como el pago de servicios digitales, la contratación de fletes internacionales y, desde 2023, las importaciones en general. Durante los últimos años, el impuesto tuvo un impacto profundo en el comercio exterior. En mayo de 2024, por ejemplo, se incorporaron al gravamen el giro de utilidades y dividendos, así como la repatriación de inversiones, con alícuotas que llegaron al 17,5%. Aunque estas tasas fueron reducidas al 7,5% en septiembre del mismo año, el costo de importar bienes y servicios permaneció alto, afectando la competitividad de las empresas. Proyecciones para las importaciones Con la eliminación del Impuesto PAIS, se espera una reducción directa en el precio del llamado dólar importador. Hasta el momento, este tipo de cambio incluye un recargo del 7,5% sobre la cotización mayorista, lo que encarece las operaciones de compra en el exterior. El fin del impuesto también podría incentivar la dinamización del comercio exterior. Según estimaciones del sector privado, la eliminación del gravamen permitirá a las empresas reducir costos y aumentar la disponibilidad de bienes importados en el mercado local. Esto podría generar un impacto positivo en cadenas productivas que dependen de insumos extranjeros y en la variedad de productos para los consumidores. Contexto fiscal y expectativas El Impuesto PAIS, pese a sus críticas, representó una fuente importante de ingresos fiscales durante su vigencia, posicionándose entre los cinco tributos más recaudatorios del país. Sin embargo, el gobierno de Javier Milei apuesta por un modelo económico que prioriza la eliminación de impuestos considerados distorsivos, como parte de una estrategia más amplia para estimular el crecimiento económico. Luego de su creación en 2019, el tributo se extendió a otras operaciones, como el pago de servicios digitales, la contratación de fletes internacionales y, desde 2023, las importaciones en general (Foto: Shutterstock) Aunque la medida ha sido bien recibida por el sector privado, existen incertidumbres sobre su impacto en las cuentas fiscales y en la cotización del dólar. Si bien se prevé una baja en el costo del dólar para importaciones, otros factores como las tasas de interés y la estabilidad del tipo de cambio podrían moderar los efectos positivos de la medida. El anuncio del fin del Impuesto PAIS también coincide con un contexto de reformas económicas más amplias, que incluyen cambios en la estructura tributaria y una mayor apertura al comercio internacional. En este marco, la eliminación de este gravamen se alinea con la promesa del gobierno de reducir la carga fiscal y simplificar el acceso al mercado cambiario para operaciones comerciales. El sector importador espera que estas medidas contribuyan a mejorar la competitividad y reactivar la actividad económica. Sin embargo, algunos analistas advierten sobre la necesidad de monitorear su implementación para evitar distorsiones en el mercado cambiario y garantizar que los beneficios se trasladen efectivamente a los precios finales de los bienes y servicios.
Ver noticia original