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  • OPINIÓN. Lucero El Tenebroso

    Concepcion del Uruguay » La Calle

    Fecha: 22/12/2024 19:30

    Se cumplen 520 años del día en que el inquisidor Diego Rodríguez de Lucero ofició un auto de fe en la ciudad de Córdoba, España, en el que fueron juzgadas 267 personas. 107 de ellas fueron condenadas a morir en la hoguera. Parece una broma macabra que alguien llamado “Lucero” – término que deriva de “luz” – llegara a ser conocido como “el tenebroso”, o “el inspirado por Lucifer”. Diego Rodríguez de Lucero nació en Moguer alrededor de 1460 y murió en Sevilla el 28 de diciembre de 1534. Se graduó como bachiller en leyes y licenciado en teología. En 1499 fue designado al frente del Tribunal de la Inquisición de Córdoba. Manuel Peña Díaz nos dice que “el 13 de febrero de 1501 organizó su primer auto de fe, en el que fueron condenadas a la hoguera 80 personas, y días después ordenó la quema de otras 50. Entre las personas sospechosas y acusadas había buena parte de las jerarquías eclesiástica, nobiliaria y municipal de Córdoba. Las protestas ante los Reyes Católicos fueron inmediatas. Se quejaban de que los condenados lo habían sido mediante declaraciones inducidas y manipuladas, incluso afirmaron que Lucero obligaba a los presos mediante torturas y amenazas a aprender oraciones judaicas”. Más adelante agrega que “las quejas por las arbitrarias acciones de Lucero, peón de Deza y del rey, motivó una primera visita de inspección de enviados del Consejo de la Inquisición que no surtió efecto alguno. Al contrario, el Tenebroso se sintió más legitimado y el 30 de abril de 1502 celebró un nuevo auto de fe, en el que condenaron a 27 personas al quemadero. Nada lo frenaba con su sangrienta y obsesiva limpieza de conversos, acusándolos de sacrificar niños y romper crucifijos, de ocultar sinagogas y predicar la llegada del nuevo mesías”. Fanatismo sádico Ana Cuadro García señala que “condenó a la hoguera a más de 200 personas en poco menos de 4 años. Especialmente fue sanguinario el auto de fe del día 22 de diciembre de 1504 donde 107 personas fueron quemadas en el Campo Santo de los Mártires, tras haber sido condenados por ser falsos conversos (esto es, judíos que, después de convertirse al cristianismo, seguían practicando la religión judía en secreto)”. Esta autora refiere que “el descontento de la población cordobesa hizo que en diferentes ocasiones apelaran al Inquisidor General así como al rey Fernando el Católico por la destitución del inquisidor por su crueldad, no consiguiendo su propósito en los cinco años. Cansada de la crueldad del inquisidor, la población cordobesa -apoyada por ciertos nobles- asaltó la prisión del Santo Oficio el 9 de noviembre de 1506 para liberar a más de 400 presos que estaban en presidio. El inquisidor tuvo que huir por la puerta de atrás del Alcázar para salvar su vida… Por todo esto fue llamado «excepcional monstruo», «fanático y violento», de «carácter acre y duro» o «inspirado por Lucifer». El aparato del Santo Oficio José Manuel de Bernardo Ares enfatiza que “hasta 1506 todas sus acciones inquisitoriales (indiscriminadas inculpaciones heréticas, masiva detención de personas importantes gran parte de ellas conversas, copiosa confiscación de bienes, etc.), siempre aceptadas por el secretario del Rey Juan Ruiz de Calcena, fueron amplia y duramente contestadas por las autoridades civiles y eclesiásticas de Córdoba. El punto álgido de este enfrentamiento se alcanzó con la celebración del multitudinario auto de fe en 1504, a partir de cuyo momento toda la ciudad se opuso frontalmente al temido e implacable inquisidor. El paroxismo de su intransigencia religiosa la demostraría al año siguiente de 1505 al procesar como judaizante al venerable jerónimo fray Hernando de Talavera, arzobispo de Granada, a quien le repugnaba la antievangélica distinción entre cristianos nuevos y viejos”. Continúa de Bernardo Ares narrando que “en 1506, con la llegada de Felipe I el Hermoso a Castilla y el reforzamiento político de las elites nobiliarias a nivel local (el marqués de Priego y el conde de Cabra no aceptaban al corregidor), se radicalizaron los enfrentamientos sociales, religiosos y políticos, agravados por una durísima crisis económica (escasez de la producción agraria, alza de precios, etc.). En esta nueva situación política se suspendieron los procesos contra los conversos y se depuso al inquisidor general Diego de Deza y al inquisidor de Córdoba Diego Rodríguez Lucero. En este clima de descontento generalizado, el pueblo de Córdoba, instigado por el marqués de Priego, Pedro Fernández de Córdoba, alcalde mayor de la ciudad a la vieja usanza, asaltó la cárcel de la Inquisición, ubicada en el alcázar real de los reyes cristianos; e intentó linchar a Lucero, que huyó a lomos de una mula”. Un camino aún por recorrer Finaliza este autor consignando que “Lucero —el Tenebrero, según Pedro Mártir de Anglería y el “inspirado por Satanás” en palabras del padre Sigüenza— murió el 28 de diciembre de 1534 después de haber sido una de las piedras angulares de un edificio social (lucha contra las minorías conversas), religioso (defensa de la ortodoxia religiosa) y político (creación del Estado Moderno) muy complejo a finales del XV y principios del XVI”. Manuel Peña Díaz considera que Lucero, a quien califica como “el responsable directo de centenares de muertos y de la primera gran crisis de la Inquisición española… no pudo hacer carrera de méritos, pero sí consiguió el mayor éxito que tan bien administró el Santo Oficio: el miedo a la Inquisición”. A 520 años de la barbarie inquisitorial, en una época confusa y desconcertante en la que nuevos y viejos fundamentalismos y visiones intolerantes y retrógradas nos llevan a recordar la importancia de reconocer la más absoluta libertad de culto, de conciencia y de expresión, y la necesidad imperiosa de dejar atrás para siempre las concepciones absolutistas y teocráticas que lamentablemente todavía imperan en buena parte del planeta. (*) Arquitecto Especialista en Planificación Urbano Territorial, integra la Cátedra de Planificación Urbanística de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCU. Fuentes: Cuadro García, Ana C. «Córdobapedia». (Diego Rodríguez Lucero. 2024). https://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Diego_Rodr%C3%ADguez_Lucero (accessed diciembre 20, 2024). Bernardo Ares, José Manuel. «Real Academia de la Historia» (Diego Rodríguez Lucero. n.d. https://dbe.rah.es/biografias/26587/diego-rodriguez-lucero (accessed diciembre 20, 2024). Peña Díaz, Manuel. «Lucero el Tenebroso». (Mercurio, julio 2017).

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