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  • Nochebuena con estilo: 10 vinos nuevos para descorchar y disfrutar de esta Navidad en familia

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/12/2024 16:34

    El vino, aunque ocupa un lugar secundario, tiene la capacidad de definir el éxito de la Navidad al aportar frescura y variedad (Freepik) La gran mayoría se junta en familia para celebrar la Navidad, sin importar la religión, porque se ha convertido en una celebración popular más allá de las creencias. El placer de regalar y compartir con los seres queridos en uno de los momentos más sensibles del año. Alegría por lo conseguido, esperanza por lo que viene y tristeza por los que ya no están. Es la vida misma. Por eso, hoy es tiempo de celebrar y enfocarse en la parte llena de la copa. La juntada en familia siempre es especial, y por eso hay que estar en todos los detalles, sin que ello implique un gran presupuesto. En referencia a los vinos, es conveniente saber el menú, pero no para pensar en el maridaje de este con esto, sino para elegir vinos que sean más disfrutables para todos. El marco es imponente, el hogar, decorado para la ocasión, una gran mesa y el espíritu navideño que se respira en la atmósfera. Por esto y por el reencuentro con los seres queridos, el vino pasa a un segundo plano. Pero atención, porque el vino puede ser el gran responsable de tener un mayor éxito en la velada navideña. En el hemisferio sur se suelen armar mesas con comidas frías, debido a las altas temperaturas del verano, incluso en la noche buena. Por eso, a ese popurrí de recetas tradicionales con algunas innovaciones, la única manera de enfrentarlos vínicamente es con una propuesta igual o más diversa. Así, las copas serán tan entretenidas como los platos. Un “buffet de vinos” permite la elección libre de cada invitado, lo que fomenta un ambiente relajado durante las celebraciones (Freepik) Como los verdaderos protagonistas son los invitados, y la gran mayoría prefiere comer a tomar, los vinos deben jugar un papel secundario, de complemento, “se deben ganar en silencio el aplauso del público”. ¿Cómo lograrlo? La mejor opción es armar un “buffet de vinos”. Es decir, en una mesa aparte de la mesa principal, se deben colocar todas las botellas seleccionadas para la ocasión, de manera tal que sean tentadoras. Por eso, a los espumosos, rosados y blancos, hay que ponerlos en fraperas con agua y hielo. No hace falta descorchar ninguno hasta que no se empiecen a consumir, pero sí que se luzcan en el ambiente. Y para los tintos, algo similar. En esa misma mesa, pero no en la frapera, colocar las botellas paradas de los tintos a servir. La clave estará en que esos vinos deben llegar frescos a esa mesita de apoyo, digamos alrededor de 10 grados. Las copas también serán fundamentales para hacer lucir los vinos, no solo una vez servidos, sino para dar ganas de servirse. Por eso, deben estar dispuestas en cantidad y modelos, en esa misma mesa. Así, el anfitrión, en lugar de poner el foco en los vinos que eligió, lo hace en la dinámica del encuentro, sugiriendo que cada cual se sirve el vino que desee en todo momento. Obviamente la libertad de elección es algo muy valorado. Pero muchas veces se valora más la recomendación. Por ello, el anfitrión o el que haya llevado y seleccionado los vinos, debe oficiar también de “sommelier”, poniéndose a disposición de los comensales cuando lo requieran. Así, los invitados se irán sirviendo las distintas delicias de la mesa navideña, e irán llenando sus copas a “gusto y piacere”. Estarán los que tomen el mismo vino a lo largo de la noche, por elección o por miedo a mezclar. Mito totalmente derribado, ya que se tratan todos ellos de vinos, más allá que unos sean blancos o rosados, y otros tintos o espumosos. Claves para seleccionar los vinos para Navidad El Champagne se destaca como el protagonista del brindis de las doce, siendo también una opción versátil para acompañar toda la cena (Imagen Ilustrativa Infobae) Teniendo en cuenta que el “buffet de vinos” es la mejor opción cuando hay gran cantidad de invitados y diversidad de comida, la clave del éxito estará en la elección. Ante todo, cabe aclarar que no importa tanto la cantidad, sino la variedad de la oferta. Es decir que, por más que sean pocos invitados también hay que descorchar varias etiquetas, sabiendo que las botellas sobrantes se guardan en la puerta de la heladera y se siguen disfrutando en el almuerzo de Navidad. O se reparten entre los familiares, al igual que se hace con la comida. Lógicamente hay que saber cuánto vino tener para poder sorprender con diversidad, sin que falte. Así, el cálculo tradicional para una cena larga de medio litro por persona estará muy bien. Solo hay que tener en cuenta que, al ser una oferta variada, se van a descorchar más botellas, y por ende el sobrante será mayor que si se fuera abriendo de a un vino. Pero el cálculo es fácil. Para armar un buen “buffet de vinos” para ocho personas grandes lo ideal sería un buen vino rosado, dos vinos blancos; uno más fresco y vibrante (y puede ser un Naranjo también) y el otro con más cuerpo y untuosidad. Tres vinos tintos, entre los cuales debe haber uno más liviano, tipo Pinot Noir o Criolla, otro fresco y con texturas consistentes, y un tercero, que puede quedar sin descorchar, que sea “él vino”. Ya sea porque es un vino guardado para una ocasión especial, de una cosecha antigua o bien un gran vino. Lógicamente las burbujas tienen que estar presentes en todo momento. Y ahí sí, puede haber variedad o bien una sola etiqueta, porque el Champagne es el único vino en el que la marca es más fuerte que el origen, las uvas y el enólogo. Por eso pasa lo mismo con los espumosos nacionales. Para ocho invitados, la selección ideal incluye cuatro espumosos, dos blancos, un rosado y tres tintos de estilos distintos (Imagen Ilustrativa Infobae) Además, cada marca tiene un estilo propio, y el consumidor suele aferrarse al gusto por ese estilo. En resumen, serían (para ocho personas): 1 botella de rosado, 1 de cada vino blanco (2), 1 de cada vino tinto (3) y 4 de espumosos, ya que es el vino de bienvenida y el protagonista indiscutido del brindis de las doce, más allá que alguno lo elija para acompañar la comida también. Esta metodología permite no solo probar varios tipos de vino a lo largo de la noche, sino volver al primer vino, ya que el orden en este tipo de eventos no es tan importante, ya que el foco no es el maridaje. Más allá que haya vinos más indicados que otros para disfrutar cada una de las propuestas navideñas. Como, por ejemplo, el vitel toné queda mejor con un vino rosado o un blanco, ya que las burbujas del espumoso se “pelean” un poco en el paladar con la salsa y el amarguito de las alcaparras. Pero a los piononos, sí les viene bien las burbujas porque ayuda a humectar el paladar luego del bocado seca de la masa. Incluso a aquellos que son agridulces, la frescura y la efervescencia les hace bien. Para el pollo relleno, los huevos y tomates rellenos, no van los tintos, más allá de los gustos personales. Mejor es un blanco con cuerpo, acidez sostenida y buena untuosidad. A los tintos hay que reservarlos para las carnes, calientes o frías. Recordar que, al momento de la mesa dulce, todos estos vinos van a sufrir un poco, ya que los únicos aptos serían vinos iguales o más dulces que los postres. Por eso, lo mejor es disfrutar de todos los postres sin culpas; helados, ensaladas de fruta, torre de panqueques dulce de leche, pan dulce, frutos secos, etc. Y luego, volver al vino preferido. Sabiendo que la noche es larga, que hay que beber con moderación para disfrutar mucho más, y el que maneja no tiene que beber. 10 vinos nuevos para descorchar en Navidad Las copas, dispuestas en cantidad suficiente, ofrecen a los invitados una experiencia más completa en la mesa navideña (EUROPA PRESS/DO VALDEPEÑAS) Pulenta Estate Naranjo 2024 Bodega Pulenta Estate, Valle de Uco, Mendoza ($18.500) La vibrancia y expresividad de un buen vino blanco queda más resaltada cuando se lo vinifica como naranjo. De aromas vinosos pero equilibrados, bien de naranjo, aunque sutil. De paladar franco y fresco, con un final de cáscara de cítricos y un dejo maduros. Es limpio en su paso por boca, mineral y para nada invasivo. Posee cierta fuerza sin llegar a ser profundo. Y su aspecto cobrizo pálido, es inconfundible. Beber entre 2024 y 2026. Puntos: 91 Ruca Malen Capítulo 2 Corte de Blancas 2023 Bodega Ruca Malen, Valle de Uco, Mendoza ($18.800) Blend de Sauvignon Blanc (70%) de Gualtallary y Semillón (30%) de El Peral. Y en esta búsqueda de la diversidad a través de las variedades que quiere reflejar en los Capítulo 2, la enóloga Agustina Hanna ha logrado un blanco de aromas bien de Sauvignon Blanc y trago mordiente, con dejos de fruta oxidada, pero complejo. Hay tensión en su paso por boca, y con el tiempo en la copa, el Semillon aporta amabilidad y frutas blancas que se perciben en el final de boca. Beber entre 2024 y 2026. Puntos: 90,5 Nude 2023 Kaiken, Mendoza, Las Heras, Valle de Canota ($25.000) Este rosado irrumpió con todo, porque no solo se trata de una propuesta atractiva y elegante por fuera, sino también de marca atrevida. Pero lo más importante son sus atributos. De aspecto rosa suave y brillante, sus aromas son tan expresivos como delicados. Hay frutas rojas y algo de hierbas silvestres que hablan de un carácter distinto. Claro, se trata de un blend muy poco visto (Grenache con toque de Cabernet Sauvignon), del Valle de Canota. Un vino para lucirse en el antes, en el durante y en el después de la mesa. Beber entre 2024 y 2025. Puntos: 92 Vinos blancos con buena acidez y cuerpo resultan perfectos para platos a base de pollo relleno, ya que aportan frescura y equilibrio (Imagen Ilustrativa Infobae) Benegas Lynch Estate Single Vineyard Finca Libertad Cabernet Franc 2021 Bodega Benegas, Mendoza, Maipú ($28.600) Es, según su creador, el primer Cabernet Franc varietal de Alta Gama que llegó al mercado, a principios del milenio. Elaborado de manera clásica, a partir de vides casi centenarias de un viñedo recuperado por Federico Benegas y plantado por su bisabuelo Tiburcio, fundador de Trapiche (1883). De trago fluido y estilo clásico, paladar fresco y taninos incipientes que aportan profundidad y hablan de juventud, resaltando el carácter herbal típico de la variedad. Beber entre 2024 y 2028. Puntos: 92,5 Escorihuela Gascón Pequeñas Producciones Cabernet Sauvignon 2020 Escorihuela Gascón, Mendoza, Valle de Uco, San José ($31.000) Más allá del Malbec, muchos siguen apreciando la austeridad y equilibrio de la reina de las variedades tintas; Cabernet Sauvignon. Aquí, Matías Ciciani (enólogo) se luce con este Cabernet Sauvignon, de estilo clásico, pero siempre con buena madurez y frescura. Hay buena tipicidad en su mensaje de fruta, más allá de que puede sentirse moderno en sus texturas algo marcadas. Con la crianza bien integrada y esa firmeza final del varietal que augura un buen potencial. Beber entre 2024 y 2028. Puntos: 92 Rosell Boher Rosé Rosell Boher, Mendoza, Valle de Uco, Los Árboles ($56.000) El enólogo Alejandro “Pepe” Martínez mantiene su estilo, respetando el clima de las añadas. A base de puro Pinot Noir, de aromas expresivos y bien apoyados en el carácter frutal típico del cepaje: cerezas. De paladar amplio y fresco, con burbujas finas persistentes que aportan profundidad a cada trago. Como todos los espumosos de la bodega, elaborado por el método Champenoise. Mantiene su buen cuerpo y texturas consistentes. Por eso es ideal tanto para el brindis como para acompañar bocados de todo tipo. Incluso, a base de carnes rojas. Puntos: 91 Filos Chardonnay 2023 Luigi Bosca, Valle de Uco, Mendoza ($90.000) Flamante gran vino blanco argentino, elaborado con uvas de Gualtallary y El Peral, poniendo foco en el carácter de montaña. De ahí la frescura del vino, que se explica por su acidez “filosa”. Así, Pablo Cúneo demuestra su expertise con vinos blancos. De aromas austeros y equilibrados, paladar en línea, con volumen y buena vibra en su trago. Hay carácter, con fuerza de juventud y delicadeza de gran vino. Ideal para lucirse en la mesa. Beber entre 2024 y 2030. Puntos: 94 Los vinos tintos se reservan para carnes frías o calientes, mientras los blancos destacan en platos más ligeros y frescos (Imagen Ilustrativa Infobae) Baron B Heritage Edición 004 Baron B, Valle de Uco, Mendoza ($102.000) Es uno de los grandes espumosos nacionales, responsable de “no extrañar” al Champagne. De buen cuerpo, con dejos maduros y cierto graso. Muy fresco, sin la fruta blanca directa y con la levadura justa. Posee mucho volumen, y hay una persistencia apoyada en la evolución, con algo de frutas seca. De trago no muy profundo, pero sí muy tenso que resalta algo resinoso y delicado. Mineral en sus texturas de burbujas muy finas que despliegan capas de sabores. Beber entre 2024 y 2028. Puntos: 94 Enzo Bianchi Gran Malbec Ánfora 2021 Bodegas Bianchi, Valle de Uco, Mendoza ($150.000) Se trata de una serie limitada que se destaca por su crianza en ánforas de cerámica, y además cuenta con una elegante etiqueta metálica diseñada por el orfebre Juan Carlos Pallarols. Y así como por fuera es un vino especial, también por dentro. Porque se trata de un Malbec muy expresivo, con capas de aromas. Su paladar es mordiente y fino, con fruta viva y madura, y muy apoyado en sus texturas que aportan complejidad y profundidad, resaltando la frescura del vino. Beber entre 2024 y 2031. Puntos: 94,5 Cheval des Andes 2021 Cheval des Andes, Mendoza ($159.100) Sin dudas, desde 1999, es uno de los grandes vinos argentinos y el único concebido como un Grand Cru Classe. De aromas equilibrados, elegante e integrado, de paladar compacto (por joven) y con taninos finos. Posee un agarre delicado y una expresión contenida que refleja su potencial. Acá hay un vino completo y joven, con gran potencial, que refleja muy bien la cosecha fresca. Y en este potencial compacto, fino y fresco, está lo mejor del vino. Elaborado a base de Cabernet Sauvignon (50%), Malbec (48%) y Petit Verdot (2%). Beber entre 2024 y 2031. Puntos: 95,5

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