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  • El peligro del individualismo en la construcción democrática.

    Gualeguay » Debate Pregon

    Fecha: 22/12/2024 12:42

    El vacío democrático y la fragmentación del lazo social Uno de los conceptos clave en el análisis de Mongin es el “vacío democrático”, que se refiere al debilitamiento de los vínculos comunitarios en sociedades donde el individualismo se impone como valor supremo. En este contexto, los ciudadanos tienden a priorizar sus intereses personales y deseos inmediatos por encima del bienestar colectivo. Este fenómeno no solo dificulta la creación de consensos, sino que también erosiona la confianza en las instituciones democráticas, que dependen de la participación activa y comprometida de sus ciudadanos para funcionar adecuadamente. Para el autor, este vacío no es un fenómeno accidental, sino el resultado de dinámicas sociales y económicas que han promovido la hiperindividualización como modelo de vida. La “pasión por uno mismo”, como él lo llama, se traduce en un distanciamiento progresivo del ámbito público, en el que el diálogo y la deliberación deberían ser fundamentales. De este modo, el espacio democrático, que debería ser un lugar de encuentro y debate, se vacía de significado, quedando reducido a una arena de intereses enfrentados y atomizados. El peligro del individualismo en el debate público. El individualismo exacerbado también afecta directamente la calidad del debate público. Para que una democracia funcione, es imprescindible que existan espacios donde los ciudadanos puedan dialogar, confrontar ideas y buscar soluciones colectivas. Sin embargo, como señala Mongin, cuando prima el individualismo, el debate se convierte en una lucha de egos, en la que los participantes buscan imponer sus opiniones en lugar de escuchar y aprender de los demás. En este escenario, los desacuerdos se perciben como amenazas personales en lugar de oportunidades para enriquecer el conocimiento colectivo. Esto genera un ambiente polarizado, donde la tolerancia y el respeto por la diversidad de opiniones se ven gravemente comprometidos. El resultado es una sociedad cada vez más fragmentada, en la que el conflicto reemplaza al consenso, y la construcción de políticas públicas inclusivas se vuelve prácticamente imposible. Reconstruir las pasiones democráticas. Frente a este panorama desolador, Mongin propone una revalorización de las pasiones democráticas. Estas no se refieren a emociones irracionales o impulsos descontrolados, sino a la capacidad de los ciudadanos para comprometerse con el proyecto común de la democracia. Este compromiso requiere cultivar virtudes como la empatía, la escucha activa y la disposición a ceder en aras del bien colectivo. El autor también subraya la importancia de recuperar el espacio público como lugar de encuentro y deliberación. Para ello, es necesario superar el miedo al vacío, es decir, la resistencia a enfrentarnos a nuestras diferencias y a construir consensos a partir de ellas. Solo mediante un esfuerzo colectivo por revitalizar el ámbito público y fomentar la participación ciudadana podremos contrarrestar los efectos corrosivos del individualismo. Un desafío urgente. La reflexión de Olivier Mongin resulta especialmente pertinente en un momento histórico en el que las democracias de todo el mundo enfrentan desafíos sin precedentes. Desde el auge del populismo hasta la desinformación en las redes sociales, los peligros del individualismo se manifiestan de formas cada vez más complejas y difíciles de abordar. Sin embargo, como bien señala Mongin, la solución no pasa por demonizar al individuo ni por imponer modelos autoritarios de convivencia, sino por redescubrir el valor del “nosotros”. Esto implica no solo repensar nuestras prácticas cotidianas, sino también exigir a las instituciones que promuevan políticas que fomenten la cohesión social y la participación democrática. En última instancia, “El miedo al vacío” nos invita a reflexionar sobre el tipo de sociedad que queremos construir. ¿Seguiremos priorizando nuestros intereses individuales a costa del bienestar colectivo, o nos atreveremos a enfrentar el vacío democrático y a construir juntos un futuro más inclusivo y solidario? La respuesta a esta pregunta determinará el destino de nuestras democracias en los años por venir.

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