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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 22/12/2024 02:44
Por Lautaro Silvera En una despedida cargada de emociones y recuerdos, el teniente coronel Tomás de Vergara se aleja de Gualeguaychú, donde ha dejado una huella profunda tanto en la institución que comandó como en la comunidad que lo acogió. Tras casi dos años al frente del Regimiento de Gualeguaychú, Tomás de Vergara pone fin a una etapa marcada por el trabajo en equipo, la cercanía con los vecinos y la respuesta rápida ante situaciones de emergencia. “Me llevo la alegría de los gualeguaychuenses, esa que no tienen que perder porque tienen una ciudad muy linda”, afirmó el jefe militar, destacando no sólo los logros en su gestión sino el vínculo humano que estableció con la comunidad. En esta charla con EL ARGENTINO, el Teniente se mostró cercano y accesible, rechazando los formalismos de su rango y pidiendo ser llamado simplemente por su nombre. “Tomás, así de simple”, insistió. Uno de los momentos más destacados de su paso por la ciudad ocurrió en marzo de 2024, cuando el Regimiento de Gualeguaychú jugó un rol fundamental en la ayuda a los afectados por la fuerte crecida del río. En esa ocasión, de Vergara se acercó a los evacuados con un mensaje de empatía que resonó entre los presentes. “Detrás de este uniforme hay una persona que tiene sentimiento igual que ustedes. Este lugar es de todos”, declaró ante los medios. Sus palabras, cargadas de humanidad, fueron grabadas por EL ARGENTINO y rápidamente se viralizaron, mostrando su faceta más cercana y comprometida con quienes necesitaban apoyo. “En ese video se pescó, de buena manera, esa frase que me parece tan genuina que está bueno también poder destacarla. Para cualquier militar es un placer, justamente, hacer lo que yo hice. No es que yo fui una persona especial, sino que es la satisfacción del deber cumplido, ver una sonrisa para el que necesita, es lo que a nosotros nos llena el corazón”, reflexionó. En sus palabras se refleja una filosofía del deber cumplido que va más allá de lo profesional, marcada por un profundo sentido de servicio y dedicación. “Un teórico militar, Carl Von Clausewitz, dijo ‘la guerra es la continuación de la política, pero por otros medios’. Así en eso estamos inmersos. Nosotros terminamos siendo seres especiales, pero detrás del uniforme hay una persona que pone la vida para guardar la del otro”, destacó Tomás de Vergara. El recuerdo de su paso por el Regimiento de Gualeguaychú quedó marcado por la simplicidad en su trato, y lejos de muchas formalidades. “Vengo de una familia militar: mi papá fue militar, mi abuelo militar, mi bisabuelo militar. El ejército siempre es el mismo ejército. En la formación había un soldado que lo había conocido mi papá, y me dijo, ‘su padre era un distinto’, entonces le respondo, ‘gracias a Dios mi papá fue mi profe, y gracias a él yo pude aplicar lo que él me enseñó’, explico de Vergara con gran emoción. Nuevos rumbos y otra vez en su tierra De Vergara se prepara ahora para dar un nuevo paso en su carrera. El “Clarín” ha sonado y su destino lo lleva de regreso a Buenos Aires, donde asumirá el rol de ayudante de campo del Ministro de Defensa. Esta transición, aunque cargada de nuevas responsabilidades, también significa un retorno a su hogar y a su familia, quienes se quedaron en Buenos Aires durante su misión en Gualeguaychú. “La vida es sacrificio y enseña que todo es por un bien común. Mis hijos aprendieron que a veces el sacrificio es necesario para cumplir con el deber”, expresó. El Teniente Coronel tampoco dejó pasar la oportunidad de remarcar el apoyo incondicional de su esposa, con quien están juntos desde hace 26 años, y juraron ‘nunca separarse’. “Yo tengo que agradecerle a Dios porque hay una frase que dice, detrás de un buen hombre siempre hay una gran mujer. Le tengo que agradecer a Dios porque hizo que en el camino me cruce a mi mujer. Ella se puso el casco, la mochila, el fusil y cumplió el rol de padre y madre. Y era un Uber permanente buscando a los chicos del colegio, o las prácticas de deportes. La realidad es que Dios quiso que me cruce con mi mujer y que ella sea la que sostenga mi familia. Y esta es otra de las enseñanzas a los chicos, no importa el sueldo, sino es el fruto del trabajo que es el sacrificio y después lleva el plato de comida arriba de la mesa”. En su despedida, de Vergara también hizo un análisis sobre la vida militar y la importancia de la disciplina dentro de la institución. “La disciplina en el Ejército es necesaria porque manejamos vidas. No es que queramos ser rígidos, es que nuestra misión es proteger vidas, y para eso se necesita estructura y orden”, sostuvo. “La rigidez de la disciplina, que a veces es no es muy bien vista, tiene una razón de ser: garantizar la seguridad y el cumplimiento de las misiones, que en muchos casos implican no solo la protección del país, sino también la ayuda humanitaria en situaciones de crisis”. De su paso por Gualeguaychú, de Vergara se lleva, además del reconocimiento por su dedicación, una promesa de regreso en tiempos de carnaval. “Mi plan es volver en enero o febrero para disfrutar del carnaval. Me encanta, y aunque algunos se sorprendan, me divierte y me hace bien”, confesó con una sonrisa. En un entorno donde los militares son a menudo percibidos como figuras rígidas y distantes, el teniente coronel logró desafiar esas expectativas con su cercanía y su capacidad para conectar con la comunidad. En reconocimiento a su destacada labor, el 15 de diciembre el Ejecutivo municipal le entregó un homenaje al teniente coronel, quien recibió un presente simbólico de parte de toda la comunidad de Gualeguaychú. En un emotivo discurso, de Vergara expresó su gratitud: “Todo lo que hicimos lo hicimos con el corazón y el compromiso de quienes vestimos este uniforme”. Así, el teniente coronel Tomás de Vergara se despide de Gualeguaychú con la satisfacción de haber cumplido su misión y dejando un legado de compromiso y servicio. Su impronta humana y su profesionalismo seguirán siendo recordados en la ciudad que lo acogió, mientras él se prepara para una nueva etapa al servicio de la Nación.
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