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  • “Pude aprender que la dislexia no define mis capacidades y mis límites”

    » Elterritorio

    Fecha: 21/12/2024 16:22

    Mateo Sartori (18) concluyó el nivel secundario en la IEA 2 de San Pedro. En el trayecto tuvo contención y acompañamiento familiar e institucional sábado 21 de diciembre de 2024 | 10:30hs. También se recibió como técnico en producción agropecuaria. Foto: Carina Martínez Mateo Sartori (18) es un ejemplo de superación y constancia en el aprendizaje. Fue diagnosticado con dislexia y se trata de uno de los primeros graduados con esta dificultad del aprendizaje en una escuela común de la capital de la araucaria precisamente, en el Instituto de Enseñanza Agropecuaria N° 2. Su trayecto escolar marca un antes y un después, reivindica valores y es fuente de inspiración y orgullo para toda una comunidad educativa. Después de seis años de superar enormes desafíos junto a sus padres: Fabián Sartori y Angélica Martin, su hermano Miqueas y la gran familia que encontró en la escuela pudo concluir una meta. Durante el acto la madre de Mateo, expresó su gratitud hacia la institución educativa por su compromiso con la inclusión y la adaptación de los estudiantes con algún tipo de discapacidad. En este sentido, a modo de reconocimiento la familia compartió con El Territorio cómo fueron esos seis años y los desafíos que enfrentó el flamante graduado. La escuela a la que asistió era jornada completa y el área de los talleres fue lo que más le interesó al momento de elegir dónde seguir el secundario. Fueron años de cambios, replanteos, adaptaciones pero por sobre todo, esfuerzo, dedicación, compromiso, empatía y amor de todas las partes involucradas. La sonrisa de Mateo, ese “estar a gusto” durante la ceremonia, demostró que todo valió la pena. Aquel momento de incertidumbre hace seis años fue superado al poco tiempo en que la familia puso en el IEA 2 toda su confianza. “Cuando Mateo terminó su escuela primaria, era grande nuestra preocupación y todo un desafío encontrar las puertas abiertas de una institución de nivel secundario y que asuma la palabra ‘inclusión’ que va más allá de un ‘si aceptamos’”, dijo Angélica Martín madre de Mateo. “Nosotros como familia encontramos todo esto en el IEA 2. Durante su trayecto tuvo acompañamiento psicopedagógico de la licenciada Jésica Luciano de Olivera, una maestra de apoyo particular Yesica Timm, apoyo psicológico del licenciado Saúl Aquino hasta tercer año y los últimos años contó con el gabinete psicopedagógico del IEA. Es de suma importancia y hacen un gran trabajo en la institución. Consideramos que es imprescindible que todas las escuelas públicas cuenten con gabinetes con profesionales del área”, señalaron Fabián y Angélica. Entre otras cualidades de la institución resaltaron que no hizo falta remarcar una ley de inclusión y adaptación escolar sino que ejercieron y defendieron los derechos de igualdad y equidad, garantizando que aquellos alumnos con algún diagnóstico tuvieran la misma educación. Además, los padres agregaron que desde la escuela protegieron la integridad física, psíquica y emocional de Mateo, valoraron su esfuerzo, la dedicación y la superación, hasta llegar a la finalización de su paso por la escuela secundaria. Ante un acontecimiento que marca un registro de inclusión, el sentirse amparados y ver la felicidad de su hijo, no lograron contener la emoción sobre qué representa cada uno de los actores vinculados con la culminación del nivel medio de Mateo. “Podemos usar una frase, ‘cada persona tiene su historia y tú decides cómo formar parte de ella’. No tenemos dudas de que cada uno de ustedes formará parte de la vida de nuestro hijo, de nuestra familia con enseñanzas y recuerdos que permanecerán para siempre”. Una meta alcanzada En sintonía, Mateo se mostró emocionado y orgulloso de haber logrado ese enorme objetivo de graduarse de la escuela secundaria e hizo referencia al célebre momento. “Terminar en tiempo y forma la escuela secundaria siendo disléxico significa mucho para mí, es una prueba de mucho esfuerzo, paciencia y superación personal”. Tanto en este como en otros casos, los resultados fueron a partir del acompañamiento y apoyo de la familia, la inclusión educativa para que el alumno se sienta contenido, entienda, acepte y sepa salir adelante pese a su diagnóstico. “Aprendí que aunque tengo dislexia, eso no define mis capacidades y mis límites. Mi rutina escolar en estos seis años fue intensa y muchas veces cansadora, ya que es una institución de doble jornada, pero aprendí a organizarme, me apoyé mucho en el uso de la inteligencia artificial, videos, resúmenes con apoyo visual y lecciones orales”. Sobre el relacionamiento con los demás alumnos, reconoció que al principio era poco sociable, le costaba mucho acercarse. “Ahora me llevo bien con todos, pero igual tengo mi propio grupo, a veces somos tres, otras veces somos cinco”. En esta línea, el egresado dejó un mensaje para los demás estudiantes que enfrentan desafíos similares. “Mi consejo para otros estudiantes que tienen dislexia o alguna otra dificultad es que no se rindan, hay que esforzarse el doble y con paciencia llega el momento esperado”, expresó entusiasmado. Al hacer referencia al trayecto escolar de Mateo, el rector del IEA, Enso Adoryan,hizo hincapié en la importancia de la inclusión y la adaptación en la educación. “Hoy podemos decir que aprendimos mucho, porque al asumir el desafío de transmitir conocimiento a un alumno que presenta cierta condición de aprendizaje, eso te hace utilizar un enfoque multisectorial que involucra a los sentidos de la vista, el oído, el tacto, el movimiento y el cuerpo, sin forzar resultados antes de tiempo”. También se recibió como técnico en producción agropecuaria. Foto: Carina Martínez De igual forma, la autoridad escolar aclaró que para un colegio común donde los docentes no tuvieron una formación para incorporar a estos alumnos, si o si deben aprender, ya sea estudiando nuevas metodologías didácticas para transmitir los contenidos a los alumnos y que él lo pueda incorporar correctamente partiendo de temas de interés para el educando, para despertarle el interés comunicativo. “Mateo es un ejemplo de superación y perseverancia. Para mí como rector es una satisfacción tan grande que no encuentro palabras para describir la emoción que siento hoy verlo terminar el sexto año”. En ese contexto, el docente de historia, Javier Gural, quien trabajó con Mateo durante dos años, habló acerca de la necesidad de que el profesor esté dispuesto a encarar tremendo reto de manera íntegra. “Tuve clases de historia con Mateo en segundo y tercer año. En mi experiencia lo primordial fue comprender sus fortalezas y desafíos específicos. Él no logra leer y escribir fluidamente, pero tiene gran capacidad para entender los temas y analizar los contenidos, tuve que buscar la forma de potenciar la comprensión a través de otros canales”. Lengua y literatura Para abordar de manera más profunda el trayecto académico del recién egresado, la profesora de lengua y literatura, Marcia León, comentó cómo fue el proceso desde tercer año. “Sinceramente fue un gran desafío trabajar con Mateo, principalmente porque en ese momento recién me iniciaba como docente. Siendo él uno de los primeros alumnos que tuve con esta condición. La dislexia es un trastorno que afecta a la lectoescritura, por lo tanto Mateo no lee, en la escritura presenta dificultad pero tiene un nivel de comprensión y expresión oral increíble”. Por este motivo, la manera en que la profesora abordó los temas de la cátedra fue a través de videos, con imágenes, audios y textos. “Para todo lo que era texto él utilizaba una aplicación en su celular que le permitía escanear el documento y leerlo como un audiolibro. El pasó de Mateo por el secundario fue una verdadera escuela tanto para alumnos como para profesores. “En estos años he aprendido mucho de Mateo, es una persona que tiene mucho potencial, aprendió a su ritmo y nunca se dio por vencido, hoy se va de la institución con las herramientas necesarias para la vida que le supimos dar”, añadió León. Así como lo destacó la familia, para que los resultados sean óptimos y puedan lograrse los objetivos planteados, el trabajo en equipo y el contar con los profesionales idóneos fue fundamental para que Mateo finalice el sexto año como técnico en producción agropecuaria. “Quiero agradecer a las psicopedagogas del instituto quienes supieron orientarme y brindarme los recursos necesarios para abordar este largo camino junto a Mateo quien finaliza el sexto año como técnico en producción agropecuaria. Me alegro de haber formado parte de su trayectoria por esta casa de estudios y deseo que tenga el mejor de los éxitos en todo lo que decida emprender”. “Esto hizo que revisemos las miradas sobre el aprender” María Sara Fierro, psicopedagoga y coordinadora pedagógica del IEA 2, habló sobre los desafíos superados de Mateo. “Es un estudiante que tiene un cuadro de dislexia importante. Esto requirió que tengamos muchas reuniones cada año con cada equipo de docentes”. Asimismo, Fierro destacó la importancia de la adaptación y la innovación en la educación, que en este caso fue crucial para alcanzar los objetivos. “Mateo tuvo en algunos años unas 17 materias, lo que implicó que la misma cantidad de personas estuvieran en relación y permitir el uso de dispositivos tecnológicos como soportes para la escritura y la lectura. Entonces, esto permitió que transcurriera toda su escolaridad secundaria de seis años sin leer ni escribir de manera convencional”, sostuvo la profesional. Y agregó: “Es un gran escritor. Le gustó siempre escribir, escribió cuentos, historias, novelas, utilizando toda la tecnología disponible, incluso corrigiendo todos sus producciones con inteligencia artificial. Todo esto hizo que nosotros como institución revisemos nuestras prácticas, nuestros conceptos, nuestra mirada, revisemos nuestra mirada sobre el aprender”.

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