21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
21/12/2024 15:30
Parana » ER 24
Fecha: 21/12/2024 06:30
«El Superior Tribunal de Justicia, el presupuesto y su homenaje a la memoria selectiva» En Entre Ríos, tierra donde siempre parece haber presupuesto para todo, menos para lo importante, el Superior Tribunal de Justicia nos regala una nueva joya: una serie dedicada a Jorge Bustín. Sí, leyó bien. Mientras la justicia clama por más fondos, advirtiendo que no puede cumplir con sus funciones básicas, decide destinar recursos públicos a un homenaje audiovisual. Porque, claro, ¿qué es más prioritario que inmortalizar a una figura que falleció sin rendir cuentas ante la justicia? La trama se enriquece con la contratación de Roberto Romani, un personaje emblemático del funcionariado eterno. Romani, fiel a su tradición de ser útil a cualquier gobierno peronista de turno, continúa con su misión cultural vitalicia: cobrar del Estado. Pero esta vez, no es para promover la literatura local ni el folklore olvidado; es para darle forma a esta serie que nadie pidió, salvo, quizás, quienes prefieren romantizar las deudas pendientes de la historia judicial entrerriana. En un contexto donde el ajuste es la palabra de moda y las necesidades reales abundan, el STJ parece haber encontrado el uso perfecto para los fondos escasos: rendir tributo a un personaje polémico, cuyo legado –más allá del principio de inocencia que lo protegió al momento de su muerte– está lejos de ser un ejemplo de transparencia. Porque sí, podemos discutir sobre los méritos de Busti como figura pública, pero es imposible ignorar su presunta responsabilidad en muchas de las sombras que hoy ensombrecen Entre Ríos. ¿Qué mensaje envía esto a los entrerrianos? Mientras las víctimas de la desidia judicial esperan justicia y los empleados reclaman por recursos básicos para desempeñar sus funciones, el STJ prefiere mirar hacia otro lado y dedicar esfuerzos a un proyecto innecesario, cargado de simbolismo político y con un costo que nadie justifica. Es el reflejo perfecto de una estructura que, al parecer, funciona más como una productora cultural que como un poder del Estado dedicado a impartir justicia. Al final, el Superior Tribunal de Justicia no solo gestiona el presupuesto: también gestiona la memoria, el relato y, por supuesto, los recursos, siempre al servicio de causas tan innecesarias como reveladoras. Tal vez el próximo capítulo de esta serie debería llamarse «Justicia entrerriana: un homenaje al absurdo».
Ver noticia original