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» Diario Cordoba
Fecha: 04/12/2024 12:57
La Arbonaida, nuestra bandera andaluza con nombre propio al igual que la Señera catalana o la Ikurriña vasca, protagonizó el 4 de diciembre de 1977 las grandes manifestaciones del pueblo andaluz que perseguían dos objetivos: la identidad nacional como pueblo y acabar con el subdesarrollo. Un día histórico de Andalucía y del andalucismo debido a la conquista soberana del pueblo andaluz a pie de calle, que llevó al referéndum del 28 de febrero de 1980. En 2022, a propuesta del presidente de la Junta de Andalucía, se aprobó un decreto ley para establecer el 4 de diciembre como el Día de la Bandera de Andalucía. El presidente andaluz ha manifestado que conmemorar aquel día «no es patrimonio de nadie, sino de todos los andaluces porque el andalucismo solo tiene sentido si es transversal, si nos une a todos y si no excluye a nadie». Resulta curiosa la evolución del PP, revestido ahora con la verde y blanca cuando desde un principio se desmarcó de la autonomía andaluza, no asistiendo a la manifestación del 4D, ni apoyando la autonomía andaluza por el artículo 151 de la Constitución. De los 16 diputados de su partido en 1978, ocho votaron a favor de la Constitución, cinco en contra y tres se abstuvieron. Muy probablemente, entre otras causas, no aceptaban el artículo dos de la Constitución, que compatibiliza el Estado español con sus diversas nacionalidades. Las manifestaciones del 4 de diciembre de 1977 celebradas por el pueblo andaluz supusieron el reconocimiento de Andalucía como nacionalidad, al igual que Cataluña, País Vasco y Galicia. Un pueblo que proclamó su identidad cultural, social y política bajo el lema de «Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía». Coreándose en las calles consignas como «emigrantes, aquí», «paro no, trabajo sí». Aquellos hombres y mujeres del tardofranquismo sumidos en la pobreza y la marginación sabían que la culpa de sus problemas eran la dictadura y el centralismo. Por eso atestaron las calles de Andalucía para pedir libertad y autonomía. Hoy, «los dolores», como diría Blas Infante, que sufre el pueblo andaluz siguen vigentes. Hoy, nuestros emigrantes son los jóvenes cualificados que ante la falta de oportunidades se ven obligados a buscarse la vida en otras latitudes. Andalucía sigue batiendo el ranking estatal en tener los barrios con mayor empobrecimiento y exclusión social. En las rentas per capita, los salarios y las pensiones se encuentran en el farolillo rojo del Estado. En los últimos años se está favoreciendo la educación y sanidad privada en detrimento de la pública. Sin olvidar la política medioambiental y el desarrollo sostenible desarrollada por la Junta de Andalucía, que favorece la especulación, como es el caso de la vivienda, gentrificando los cascos históricos de nuestras ciudades. Andalucía sigue estando a la cola en todos los índices de desempleo, pobreza y emigración. Gobiernos de izquierdas y derechas, autónomos y en Madrid, no han sido capaces de cerrar esta herida histórica después de 46 años de constituirse la Junta de Andalucía. Aún sigue vigente la letra de la ‘Murga de los currelantes’ de Carlos Cano: «Sacabe el paro y haiga trabajo, escuela gratis, medicina y hospital, pan y alegría nunca nos falten, que vuelvan pronto los emigrantes, haiga cultura y prosperidad». Por último, recuerdo al gobierno municipal que se cumpla el acuerdo de rotular a los jardines anejos a la plaza de Andalucía (entre avenida de Fray Albino, calle Israel y calle Cordel de Écija) con el nombre de Jardín 4 de Diciembre, como lo aprobó la Junta de Gobierno Local a propuesta favorable, por unanimidad, del Consejo Rector de la Gerencia Municipal de Urbanismo el 27 de febrero de 2019. *Profesor y escritor Suscríbete para seguir leyendo
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