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  • El sentido de las palabras

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 30/11/2024 17:01

    EL RUMOR ¿De donde proviene la fuerza de propagación de un rumor? Creo que, aunque este sea una mentira gigantesca, debe tener ciertos visos de verosimilitud. Pero también creo además que hay gente que prefiere tomar un rumor como verdadero, cuanto más improbable y sórdido parezca. Y hay otra condición que impulsa el rumor y esta es la impunidad. Es suficiente con encogerse hombros y decir que uno repite lo que ha escuchado. Solo lo repite. Pero esto es toda su participación . No le cabe responsabilidad Ya he escrito en otras oportunidades sobre el atractivo que ejerce en muchas personas precisamente su sobrevuelo entre la verdad y en la falsedad. Pero en cuanto a la calificación, debo decir que su origen no es sólo despreciable sino también cobarde y ruin. Porque es cobarde quien se vale de lo dicho en voz baja para desacreditar, para ejercer su maledicencia en quien no se puede defender, ya que no es posible hacerlo con quien no lo enfrenta. Se valdrá de otros para hacer correr el infundio. El honor, el prestigio, la moral, la honradez y todo lo que vale tanto como la existencia misma, pueden ser puestos en duda en esta artera y pérfida práctica que es la murmuración. Siempre encontrará, en alguna parte, oídos ávidos para escuchar y bocas prestas para repetir…pero, además, en voz baja, ese rumor, con la impunidad que otorga el anonimato. EL OTRO SENTIDO DEL RUMOR Y sin embargo…también es rumoroso el viento en la arboleda del río, trayendo quizás, el tañido de la campanita de la capilla del campo, o el llamado del cencerro de la vaca o el susurro murmurante de la brisa en la alameda, que se inclina, que saluda, a la tarde que se va. Es rumoroso también en los enamorados su abecedario esencial, sólo para ellos, para nadie más. Frases susurradas, nunca antes expresadas; sin embargo, tan viejas como perecederas, pero tan luminosas como el amor. Es rumoroso el arroyo entre las piedras, que se bifurca, que salta y se escurre en su cadencia bella y homogénea, sorteando los obstáculos en su viaje hacia el confín… El rumor de la lluvia, repiqueteando en los techos, en la tarde oscura y gris, pero no triste sino bella por la naturaleza del relámpago y del trueno, en su rodar fantástico mas allá del firmamento. Rumorosas son las canaletas de desagüe, en su apuro por dar cabida a toda el agua que corre y busca nivel, con su rumor en su pasaje al embudo final del destino de la lluvia Finalmente, las palabras tendrán el sentido que la belleza del espíritu humano les otorgue, o tendrán el de la maldad miserable del resentimiento y la envidia, que también forman parte de las pasiones humanas. Como decía don Ramón de Campoamor (1817 – 1901) en su poema –“Las dos linternas” – “Y es que, en el mundo traidor, nada es verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira”

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