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  • Los primeros viñedos de Concordia

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 30/11/2024 16:06

    Una de las tareas que más disfrutamos realizar en el Museo Regional Palacio Arruabarrena es la de indagar e investigar sobre relatos del pasado de Concordia. Esas narraciones redactadas en primera persona, de distintos viajeros ilustran aspectos que develan distintas características de nuestra ciudad a fines del siglo XIX y principios del XX. En el libro “Historia de la vitivinicultura en Concordia, Entre Ríos” su autor, Alberto Eguiluz, destaca lo contado por Alexis Pierre Louis Edouard Peiret, en su obra “Una visita a las colonias de la República Argentina” editada en Buenos Aires en el año 1889. Peiret comentaba allí, sus impresiones sobre Concordia: “Al día siguiente de mi llegada (…) unos amigos antiguos y otros improvisados me llevaron a una excursión instructiva a los viñedos (…)”. Este ciudadano francés recorrió varios establecimientos vitivinícolas de esa época. Del de José Oriol destacaba que, ese emprendedor español, tenía plantados veinticinco cuadras de cien varas de frente, de las cuales diez estaban en producción y se había propuesto plantar una treinta más ese año (1889) para llegar con el tiempo a setenta. En su viñedo tenía plantas que provenían de América del Norte, de España y tres especies de Francia. Del establecimiento de Gregorio Soler, Peiret señalaba que disponía de veinticinco cuadras plantadas, de las cuales dieciocho estaban en producción, en su emprendimiento “Bella Vista” y de treinta y dos cuadras en otro paraje. Otra empresa que había visitado en su recorrido el ciudadano francés había sido, la firma que pertenecía a los señores Paiz, Libarona y Cía. La misma contaba de ciento veintiséis cuadras de cien varas (una vara equivalía a 0.836 metro) de las cuales tenía plantadas cuarenta y cinco cuadras y un almácigo de doscientas mil plantas. Este relator francés, también ponderaba y describía otras estampas de nuestra ciudad: “En Concordia he visto al lado de la estación del ferrocarril, un molino para fabricar aceite que pertenece al señor Budge. El señor Demachy, industrial francés venido a este país para poner un establecimiento de conservas de carne, va también a elaborar aceite habiendo celebrado un contrato con los colonos de "Villa Libertad" para la siembra del ricino o tártago. En mi carta anterior dije que ese país prometía ser la región del vino; ahora puedo agregar que promete ser también la región del aceite, pues el terreno se presta muy bien para el cultivo de las plantas oleaginosas”. Eguiluz, señala en su libro, que varios fueron los factores que incidieron en la declinación y liquidación de la producción del vino. Varias disposiciones y controles desincentivaron la producción local. Tal es así, que en 1934, la ley nacional N° 12.137 dispuso la creación de la Junta Reguladora de Vinos. Ese organismo tenía como objetivo fomentar la actividad vitivinícola en la región de Cuyo. El gobierno de Agustín P. Justo dio fin a los emprendimientos, cultivos y bodegas, ubicados sobre las costas del río Uruguay, al obstaculizar, a partir de la sanción de una ley, la comercialización del producto. El autor mencionado esgrime que: “Los vitivinicultores recuerdan con dolor escenas que hieren sus sentimientos más profundos, cuando pasaban los inspectores perforando toneles de vinos, destruyendo alambiques o arrancando las vides de la tierra”. Acompañamos estas líneas con la imagen de un viñedo concordiense de las primeras décadas del siglo veinte. ¿Conocían estos datos del pasado de la ciudad? Nos volvemos a encontrar en una semana para descubrir más historias de Concordia y la región. Museo Regional Palacio Arruabarrena Fuente: Eguiluz, Alberto “Historia de la Vitivinicultura en Concordia, Entre Ríos” Museo Regional Municipal Palacio Arruabarrena, dirección: Entre Ríos y Ramírez.

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