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» Elterritorio
Fecha: 30/11/2024 14:44
sábado 30 de noviembre de 2024 | 6:00hs. Entre 1775 y 1785 la hija del cacique Taboirá, posiblemente, dio a luz a un varoncito al que bautizaron con el nombre de Andrés tal vez porque el santoral de ese día -30 de noviembre- así lo indicaba. Del padre no se sabe nada, aunque se dice que pudo ser un español, un mancebo de la tierra o hasta un sacerdote, tampoco hay certeza de lugar de nacimiento dato que oscila entre los otrora pueblos jesuíticos de Santo Tomé o San Borja. Dado el linaje de la criatura, pudo haber sido instruido por el cura Martín Céspedes en tanto sirvió como monaguillo y criado en la iglesia a su cargo, aprendió a leer y a escribir en castellano, guaraní y portugués, se defendió con el latín; algunos estudiosos aseguran que dirigió el coro, que le gustaba participar en las obras de teatro religiosas que se preparaban para ocasiones especiales tanto como disfrutaba de aprender geografía, historia y física pero… no citan las fuentes de estos datos; dicen que tenía buena caligrafía aunque se considera que la mayoría de sus cartas y escritos fueron redactados por el cura Acevedo, incansable compañero de hazañas. Parece que el abuelo lo instruyó en los ancestrales saberes nativos en medio del Iberá durante un par de años y que su primer amor fue Vicencia Tiraparé, heredera del cacicazgo homónimo y emparentada con la tribu de los Tuebay por parte madre, cuando los portugueses invadieron la zona en 1801 Andrés se dirigió al sur posiblemente solo; tiempo después pudo ser parte de la leva forzada para formar la Expedición al Paraguay que encabezó Belgrano y en ese menester o a continuación se sumó a las milicias de José Gervasio Artigas… hasta el final de sus días. Se cuenta sin pudor que Andrés Guacurarí fue “adoptado” por Artigas, si pensamos en la probable fecha del posible primer encuentro, el Karaí Guazú tenía más de 40 años y Andrés unos 30, suficientemente adulto para necesitar adopción, encima no existía esa figura legal en esos años; lo que resulta claro es la profunda relación afectiva que entablaron ambos, la fuerte imagen paternal de Artigas y el profundo respeto de Guacurarí hacia él. En 1811 el gobierno porteño designó a Artigas Teniente Gobernador, Justicia Mayor y Capitán del Departamento de Yapeyú aunque también ejerció el cargo en los pueblos de ese Departamento y el de Concepción, en tanto los de Candelaria y Santiago estaban a cargo del gobierno paraguayo y el Departamento de San Miguel incluido en el Imperio de Portugal, el objetivo a cumplir era organizar las fuerzas militares de la zona y contener el avance portugués, para ello preparó un plan para recuperar el Departamento de Candelaria primero y las Misiones Orientales después, meses más tarde -en 1812- Andrés era nombrado Comandante de las Misiones Occidentales . A fines de enero de 1813 se creó en Buenos Aires el Directorio, se nombró a Gervasio Antonio de Posadas primer Director Supremo, quien, dado el abandono de Artigas al sitio de Montevideo lo declaró “Enemigo de la Patria”; para entonces la Liga de los Pueblos Libres crecía, la figura de Guacurarí crecía y Artigas empezaba a transformar en mito. Después se sucedieron los avances y retrocesos sobre los viejos pueblos jesuíticos en manos paraguayas, en manos portuguesas, después el Campamento en Purificación se volvió un ícono, después vino el Congreso de Arroyo de la China, Asunción del Cambay, la Toma de Corrientes, la campaña final, la captura, la cárcel y la muerte en algún lugar entre Brasil y Uruguay. Durante esos años, Andrés tuvo tiempo para enamorar y enamorarse, se habla de una relación con Mercedes Esquivel -oriunda de Caá Catí, a quien por un tiempo se señaló como la madre del único hijo conocido de Guacurarí, sin embargo este hecho fue desestimado totalmente-, amoríos con una, o las dos, hermanas inglesas Jane y Anne Postlethwaite -hijas de un poderoso comerciante establecido en la ciudad de Corrientes-, una pública y apasionada relación con Melchora Caburú, oriunda de Santa Lucía, una joven “rubia y de ojos azules” criada por el Manuel Segovia y su mujer, otra joven en la vida de Andrés fue Benedicta Blanco también correntina. De los escasos datos confiables es posible deducir que además de una persona de firmes convicciones, dueño de una lealtad inquebrantable, con una oratoria apasionada y un líder sobresaliente fue un hombre seductor, ambicionado por algunas damas de entonces, especialmente las de estilo europeo, a las que él no era indiferente… A ciencia cierta sólo conocemos unos cinco años en la vida de Andrés, el resto son conjeturas, deducciones, supuestos o relatos de procedencia cuestionable; sin embargo, por él tenemos Día Nacional del Mate desde 2014, a él se lo designó General del Ejército Argentino en el mismo año -aunque esa institución nunca concretó la ceremonia necesaria para tal rango- y en 2016 fue reconocido General del Ejército Uruguayo. ¡Feliz cumpleaños Andrés! ¡Hasta la semana próxima!
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