30/11/2024 07:30
30/11/2024 07:30
30/11/2024 05:44
30/11/2024 05:43
30/11/2024 05:43
30/11/2024 05:43
30/11/2024 05:42
30/11/2024 05:42
30/11/2024 05:42
30/11/2024 05:41
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/11/2024 04:35
El Papa Francisco en la Puerta Santa A las 19 del 24 de diciembre, el Papa presidirá la misa de Nochebuena en la Plaza de San Pedro y, a continuación, procederá al rito de apertura de la Puerta Santa, que siempre está tapiada con una pared de ladrillos y solo se abre en cada Jubileo, cada 25 años, o en sus versiones extraordinarias. El Pontífice será el primero en cruzar el umbral, lo que marcará el inicio del Año Santo, un momento especial en el que los católicos podrán obtener la indulgencia plenaria. Dos días más tarde, el 26 de diciembre, Francisco se trasladará a la cárcel romana de Rebibbia para repetir este gesto en otra puerta como “símbolo de esperanza”, ha explicado un vocero del Vaticano. En la bula con la que convocó el Jubileo, Spes non confundit, el Papa animó al mundo a ser “símbolo tangible de esperanza” y pidió a los responsables políticos que durante el Año Santo promovieran “iniciativas de amnistía o de condonación de penas a los presos”. Sin embargo, el Vaticano no ha detallado de qué manera se llevará a cabo concretamente. El Jubileo también ofrecerá varios eventos culturales para los 30 millones de peregrinos que se espera lleguen a la capital. Asimismo, según avanzó la Santa Sede, desde el próximo 27 de noviembre y hasta el 27 de enero de 2025, se expondrá el cuadro White Crucifixion de Marc Chagall en el Palacio Cipolla de Roma, gracias a su préstamo por parte del Art Institute de Chicago (Estados Unidos). Es la primera vez que esta obra, pintada en 1938 —un momento de gran tensión en Europa—, se expone en Italia. El artista ruso-francés utiliza colores vibrantes y formas abstractas para representar la escena de la crucifixión de una manera emocional y evocadora. Además, la tradicional exposición de los “100 Pesebres en el Vaticano”, que tendrá lugar del 8 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2025, también forma parte de las iniciativas culturales del Jubileo. El primer Año Santo de la Iglesia Católica se celebró en el año 1300, durante el pontificado del Papa Bonifacio VIII. En ese momento, el Papa emitió una bula papal llamada Antiquorum habet fida relatio, en la que convocaba a los fieles a peregrinar a Roma y a visitar las cuatro basílicas principales de la ciudad: San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. En la tradición religiosa, la peregrinación es una forma de expresar la fe y la devoción a Dios. La idea de peregrinar se basa en la importancia de ciertos lugares, como los santuarios y las basílicas, que son especialmente sagrados y ayudan a estar en presencia de Dios. En cada diócesis, los obispos pueden disponer lugares de culto para obtener las mismas gracias que si se peregrinara a Roma. El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, siguiendo lo establecido por el Papa para todas las jurisdicciones eclesiásticas, dio las siguientes indicaciones para la celebración del Año Santo 2025 en la Arquidiócesis: El domingo 29 de diciembre de 2024, a las 11:30, el arzobispo presidirá la celebración eucarística en la Iglesia Catedral de Buenos Aires, con lo cual quedará abierto el Año Santo en esta arquidiócesis. Ese mismo día, en todas las iglesias y oratorios de la arquidiócesis, se tocarán las campanas a las 12:30 para anunciar el inicio del Jubileo. Según el Decreto de la Penitenciaría Apostólica, se han establecido como Iglesias Jubilares en la Arquidiócesis de Buenos Aires numerosos templos de la ciudad, para facilitar el acceso de los fieles a las gracias jubilares mediante peregrinaciones sagradas o visitas piadosas personales. El Santo Padre concede el don de la indulgencia plenaria durante el Año Santo a los fieles que, como una “peregrinación hacia Cristo presente en los hermanos en necesidad” (cf. Mt 25, 34-36), visiten por un tiempo adecuado a los enfermos, encarcelados, ancianos en soledad, personas con capacidades diferentes, o que, con el mismo fin, practiquen las obras de misericordia corporales (dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos) o espirituales (dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia a las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y los difuntos). Por lo tanto, en toda la Arquidiócesis se podrá alcanzar la indulgencia jubilar cada vez que se realicen estas prácticas, cumpliendo con las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa. Esto incluye visitas a hospitales, geriátricos, cárceles u otros lugares de atención a los más débiles, así como la asistencia a cementerios para rezar por los muertos y la participación en actividades misioneras. Se anticipa un año intenso de actividad espiritual, en el que los cristianos esperan renovar su corazón y el deseo de servir a Dios.
Ver noticia original