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Parana » ViaParana
Fecha: 29/11/2024 22:57
La cotización de la moneda brasileña alcanzó un mínimo histórico de R$6 por dólar y amenaza con profundizar el déficit en el comercio bilateral de la Argentina con su principal socio comercial. La situación comienza a verse con preocupación en el empresariado local, dado que la suba de costos internos en dólares supera el crawling peg del 2% definido por el Gobierno, acotando la competitividad de la producción doméstica. En declaraciones a este medio, el economista Jerónimo Montalvo, de la consultora especializada Abeceb, remarcó que la devaluación del real “modifica nuestra balanza comercial y de servicios”. Según datos oficiales, en octubre Brasil y Argentina transaron por U$S 2.982 millones, con un aumento de 26% con relación al mismo mes del año pasado. Las ventas argentinas a Brasil subieron 30,2% a US$ 1.432 millones, mientras que las importaciones crecieron 22,4% a US$ 1.551. De esta forma, el saldo es deficitario para Argentina en US$ 119 millones. Con el nuevo escenario se espera que esta relación empeore y el drenaje de divisas hacia el vecino país se acentúe. Además de la cuestión cambiaria, la relación comercial entre la Argentina y Brasil amenaza con complicarse, dado que en la próxima reunión de Mercosur que se realizará la semana próxima en Montevideo el presidente Javier Milei impulsará cambios por una mayor apertura. Este mensaje no será bien recibido por su par brasileño, Luiz Inacio “Lula” Da Silva. La pérdida de valor del real lleva casi un año de desarrollo. Montalvo explicó que “la coyuntura le pega un poco más, porque el triunfo de Donald Trump supone una suba de tasas en Estados Unidos y Brasil sufre la salida de capitales que afecta a todos los países emergentes”. Añadió que luego de la pandemia la tasa de inflación repuntó en Brasil y de alguna manera esta devaluación “le está devolviendo competitividad” a la economía. Esta situación es la que observa con inquietud el entramado industrial argentino. Por su parte, el economista de Fundación Mediterránea, Gerardo Alonso Schwarz explicó que en los próximos días se observará un fuerte incremento en el “comercio de frontera” dada la situación cambiaria, tal como se observó en otras etapas de la historia económica. En cuanto al rubro servicios, destacó lo que sucederá con el turismo emisivo, y en el comercio de bienes puso el acento en alimentos y automóviles, este último el segmento de mayor volumen. Respecto de la producción automotriz, precisó que los efectos son “cruzados”, dada la integración que existe en esta industria. Los vehículos que llegarán desde Brasil lo harán a menores precios, mientras que los autopartistas nacionales que son proveedores de terminales brasileñas tendrán mayores dificultades para competir. Pero al mismo tiempo, aquellos componentes que llegan desde Brasil a la Argentina lo harán a menor precio y favorecerán la ecuación final local. A esto debe sumarse que el Gobierno eliminó el impuesto PAIS que abarató aún más las importaciones de todo tipo de bienes y servicios. “De los componentes que tiene los autos argentinos cerca de un cuarto vienen de Brasil”, indicó el economista. Schwarz también señaló que la industria nacional se enfrentará al desafío de buscar nuevos mercados. En la misma línea se pronunció, el economista, Aldo Abram quien sostuvo que “la enorme mayoría de los productos que se comercializan entre ambos países tienen precios internacionales y nadie vende más barato que eso”. “Entonces, buscas otro comprador que te lo pague. Puede que esa búsqueda no sea inmediata y tenga un impacto marginal en las ventas”, dijo. Abram afirmó que “lo que determina las exportaciones a Brasil es si les va bien o mal y ellos pueden gastar más o menos. Lo mismo con las importaciones desde Brasil, si nos va bien o mal y podemos gastar más o menos, en todo”. Un concepto similar manejó el economista, Fernando Marull, quien más allá de la devaluación del real puso el acento en lo pernicioso que puede ser para la Argentina que Brasil entre en una recesión. “Desde la devaluación del ’99 cada vez que Brasil tiene problemas nos preocupamos, pero ahora la situación es distinta”, señaló. “Mi preocupación es que Brasil entre en una recesión y no tanto que la gente se vaya de vacaciones en enero” porque “nos compraría mucho menos”, consideró el profesional. Por otra parte, consideró que el Banco Central de Brasil con US$ 400.000 millones de reservas “puede hacer lo que quiere” con el precio del real, incluso salir a defenderlo. Marull añadió que el mercado le está pidiendo a Brasil que haga un ajuste fiscal y el temor es que una de las medidas para contener el dólar sea subir la tasa de interés, lo que enfriaría la actividad y en ese caso disminuirán las compras de bienes y servicios.
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