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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/11/2024 18:38
El estrés emocional y físico es uno de los desencadenantes más comunes de los espasmos en el párpado (Freepik) En los momentos de mayor presión, nuestro cuerpo responde de formas inesperadas. Desde dolores musculares hasta trastornos del sueño, el estrés puede desencadenar una amplia variedad de síntomas físicos. Entre ellos, uno de los más comunes, aunque desconcertante, es el latido en el ojo, una sensación causada por contracciones involuntarias del músculo del párpado, conocidas como mioquimia. Este fenómeno, generalmente inofensivo, puede resultar molesto y es un claro recordatorio de cómo el estrés puede manifestarse en nuestra salud diaria. ¿Por qué ocurre la mioquimia? La mioquimia es un espasmo leve e involuntario del músculo orbicular, el cual controla el movimiento del párpado (Imagen Ilustrativa Infobae) La mioquimia es una contracción espontánea del músculo orbicular del párpado, encargada de mover esta delicada zona del rostro. Aunque la mioquimia suele ser leve y pasajera, puede durar desde unos segundos hasta días completos. Según la Mayo Clinic, estas contracciones afectan, por lo general, a un solo ojo y suelen ser imperceptibles para otros. Un tipo más raro y grave de espasmo ocular es el blefaroespasmo esencial benigno, que se caracteriza por contracciones más intensas en ambos ojos y puede dificultar su apertura. Esta condición puede estar vinculada a problemas neurológicos y requiere atención médica. Las causas por las que puede latir el ojo Pasar largas horas frente a pantallas de computadora, teléfonos móviles o leyendo puede generar fatiga ocular (Imagen Ilustrativa Infobae) Diversos factores pueden desencadenar este fenómeno molesto, siendo el estrés el principal responsable. Entre las causas más comunes se encuentran: Estrés y ansiedad: el aumento de la tensión afecta los nervios, incluidas las fibras que controlan los músculos del párpado. Cansancio y falta de sueño: privarse del descanso adecuado puede sobrecargar los músculos y nervios oculares. Fatiga visual: pasar largas horas frente a pantallas sin pausas afecta la salud ocular. Consumo de estimulantes: las bebidas con cafeína o alcohol pueden sobreexcitar el sistema nervioso. Deficiencia de nutrientes: la falta de vitamina B12 y magnesio puede provocar contracciones musculares. Irritación ocular: alergias, sequía ocular o el uso prolongado de lentillas también son desencadenantes frecuentes. El uso excesivo de pantallas en la vida moderna agravó los episodios de mioquimia, especialmente entre jóvenes y adolescentes. Los especialistas recomiendan la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, mirar un objeto a 6 metros (20 pies) durante 20 segundos, para reducir la fatiga visual. ¿Cuándo consultar a un médico por el temblor de un ojo? La deficiencia de ciertas vitaminas, como la B12, puede causar espasmos musculares en diversas partes del cuerpo, incluidos los párpados (Imagen Ilustrativa Infobae) Aunque la mioquimia no suele ser peligrosa, hay casos en los que es necesario buscar atención médica. Los siguientes síntomas son señales de alarma: La contracción persiste por más de una semana. El párpado se cierra completamente con cada espasmo. Aparición de enrojecimiento, aumento o secreción en el ojo afectado. Espasmos acompañados de dolor de cabeza o visión doble. Estos síntomas podrían indicar condiciones subyacentes más graves, como problemas neurológicos o trastornos visuales como la presbicia, que pueden requerir corrección con lentes. Cómo evitar que me tiemble un ojo La falta de descanso adecuado no solo afecta nuestra energía general, sino que también impacta directamente en los músculos oculares (Imagen ilustrativa Infobae) Prevenir las contracciones del párpado es posible mediante una serie de medidas sencillas: Descansar la vista: hacer pausas regulares y evitar largas jornadas frente a pantallas. Gestionar el estrés: técnicas como meditación, respiración profunda o actividades recreativas pueden reducir la tensión. Hidratar los ojos: usar lágrimas artificiales o soluciones oftalmológicas. Consumir una dieta equilibrada: asegurarse de ingerir suficientes vitaminas y minerales esenciales, como la vitamina B12 y el magnesio. Evitar estimulantes: reducir la cafeína y el alcohol. Mantener una higiene visual adecuada: limpiar las lentillas correctamente y proteger los ojos del sol con gafas adecuadas. La mioquimia es un recordatorio de que el cuerpo nos habla cuando algo no está bien. Atender a sus señales y realizar cambios simples en nuestra rutina puede ser suficiente para evitar molestias y cuidar de nuestra salud visual.
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