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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 29/11/2024 14:33
Ya desde hace tiempo, desde la anterior gestión municipal, se viene advirtiendo a la sociedad al momento de comprar lotes de tierra sobre los requisitos que debe cumplir el vendedor, que están enmarcados dentro de las ordenanzas y que específicamente se debe contar con la aprobación municipal. Pero muchas veces la necesidad y los altos costos que maneja el mercado inmobiliario, obliga a muchas personas a comprar “lo que se puede” y no “lo que se quiere”; y es allí donde muchas veces se cometen los errores que después se lamentan y terminan siendo judicializados, porque el que vende no se hace cargo de muchas obligaciones estipuladas por ordenanza. En esta ocasión, el problema se suscita en un loteo ubicado sobre el camino al Ñandubaysal, sobre jurisdicción de Gualeguaychú. Un hombre loteó hace más de una década una parte de su propiedad y puso en venta unos 20 lotes, que -según algunos entrevistados por EL ARGENTINO- venían con la promesa de que el servicio de energía estaba “avanzado con la gente de la Cooperativa Eléctrica”. Lo cierto es que desde el año 2012, la familia de Juan Vallejos aún espera y no solo por tener un servicio eléctrico como cualquier ciudadano, sino también por la escritura de su lote. “Solo tenemos el boleto de compra venta y por eso en la Cooperativa no nos dan bola. Somo NN para la Cooperativa”, indicó y explicó que sólo quien figura como propietario de la tierra es quien debe pedir por el servicio y al no tener escritura solo el vendedor es quien puede hacerlo. Pero las cosas con el vendedor no están bien. Se ha desgastado la situación hasta el límite. Actualmente, y durante todos estos años, Juan Vallejos y su familia tienen electricidad, pero no de la manera que se debería. El propietario de la tierra y vendedor es el único que tiene una bajada eléctrica por tener su casa más cerca del camino y por haber gestionado y pagado por un transformador. Desde allí alimenta de forma irregular a todo el caserío que se encuentra en el fondo, entre los que está Vallejos y su familia. Los cables salen del pilar de luz como raíces de un árbol, en todas las direcciones para dar luz a todas las viviendas, algunas ocupadas ocasionalmente por sus dueños, que viven en otras ciudades y las utilizan para fines de semana, y otros que están radicados en ese lugar. Pero la discusión se presenta a fin de mes. ¿Cuánto gastó de energía cada familia? Es que llega una sola boleta, con el consumo bimestral de la totalidad de viviendas y el hombre que figura como titular de esa línea eléctrica, utiliza una cuenta matemática que trae sus controversias entres quienes tienen que pagar por el servicio. El hombre dialogó con EL ARGENTINO y explicó que divide el millonario monto de la boleta de luz entre la cantidad de inmuebles construidos y cantidad de integrantes de cada familia. Esto tiene lógica desde su mirada, pero al momento de escuchar a los vecinos se despiertan otras verdades. Estela vive sobre el fondo del predio, a más de 200 metros de distancia del pilar de luz del dueño y vendedor de las tierras, por lo cual el voltaje que llega a su casa es menor a los 120V. Se le han quemado heladeras y otros electrodomésticos, por lo cual no puede residir en el lugar, pese a que es su deseo. “Y pago 100 mil pesos. Tengo cuatro luces. ¿cómo puede ser?”, pregunta sin tener respuesta. La situación se ha agravado porque algunos como Vallejos deciden no pagar el monto que el distribuidor de energía les dice. “Hola buen día. le recuerdo que el último vencimiento de la luz es el 28/ 11/2024 por un valor de 280.000 pesos. En caso de no ser abonado, se procederá a la desconexión. Si intentaran conectarse sin mi consentimiento, se tomará como intento de robo de energía eléctrica y se procederá avisando a la policía. Se continuará con los procedimientos de rigor. Si se desconecta, por ser una inversión privada puede que se reserve el derecho de admisión”, escribió en un mensaje de Whatsapp el vendedor de los lotes a Vallejos, que compró y vive desde hace 12 años en el lugar. Vallejos no pagó y el hombre le cortó la luz por un día hasta que finalmente abonó para volver a tener energía. ¿Pero cómo hace el propietario para dar energía discrecionalmente? Muy fácil. Baja la tecla del tablero desde el pilar, donde tiene identificadas las líneas que alimentan cada uno de los hogares. Para algunos se trata de una “gauchada” que el dueño de las tierras les hace a quienes viven en las tierras que les vendió, pero otros se sienten rehenes de una situación que llegó a su límite, donde las partes no dialogan y la falta de presencia del municipio y Cooperativa Eléctrica propician a que esto suceda. Se realizó una denuncia en Comisaría Quinta y presentaciones en la Municipalidad de Gualeguaychú, en la Oficina de Defensa al Consumidor y hasta en la Fiscalía a cargo de Facundo Álvarez, y esperan tener respuestas en lo inmediato para que se regularice un problema que se debería haber resuelto desde el inicio, cuando se compraron los lotes.
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