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Federal » El Federaense
Fecha: 29/11/2024 14:19
La escena es digna de un drama político. Cristina Kirchner, exvicepresidenta de Argentina, observa atentamente desde una posición tensa como la justicia federal se convierte en una herramienta crucial en su lucha contra la condena que enfrenta por corrupción. Ante la reciente confirmación de su pena por parte de la Cámara Federal de Casación Penal, que incluyó seis años de prisión, la exmandataria ha decidido tomar las riendas de su futuro judicial. Este movimiento no es casual: su objetivo primordial es claro y ha sido el mismo durante la última década: alcanzar la impunidad. En busca de aliados en el poder judicial Las maniobras legales y los recursos que ha intentado presentar Cristina parecen haberse agotado tras la meticulosa labor del fiscal Diego Luciani y los magistrados del Tribunal Oral Federal 2, quienes dictaron la sentencia el 6 de diciembre de 2022. Este hecho la declaró culpable de un fraude multimillonario al estado argentino. La confirmación de la sentencia por parte de la Casación Federal ha acotado sus posibilidades de apelar, llevándola a buscar una reforma en el funcionamiento de la Corte Suprema. A fin de lograr su objetivo, Cristina ha intensificado las conversaciones con el gobierno, buscando influir en el diseño de su futura jurisprudencia. En las últimas semanas, ha hecho movimientos clave para asegurar que el juez Ariel Lijo pueda ascender a la Corte, movimiento que se ve como un paso necesario para su estrategia legal. Movimientos estratégicos en el Senado Para cristalizar su plan, la exvicepresidenta ha instado a la senadora Lucía Corpacci a garantizar el dictamen favorable para la candidatura de Lijo en el Senado, lo cual resulta fundamental para que se pueda discutir su nombramiento. Sin embargo, la maniobra no será fácil; la oposición del bloque de senadores que se alinea con Cristina es firme respecto a la necesidad de evitar la designación directa de candidatos por decreto, una decisión que podría acarrear un alto costo político. Esperanza en la inacción A pesar de que Lijo no parece ser la opción más favorable para sus intereses, Cristina ha señalado su disposición de apoyarlo si su partido puede lograr que su replanteamiento se materialice. Por otro lado, la figura de Manuel García-Mansilla añade un escenario interesante debido a que su vacante se abrirá tras la jubilación de Juan Carlos Maqueda, lo que le permitiría mantener a raya sus cuitas judiciales en el Congreso. Mientras tanto, la situación en el Consejo de la Magistratura también se agita. Vanesa Siley, diputada cercana a Cristina, ha comenzado a confeccionar una lista con nombres que podrían reconfigurar la Cámara Federal de Casación Penal, donde se revisan las condenas que enfrentan a la exmandataria. Entre los nombres propuestos están aquellos magistrados que en el pasado han mostrado benevolencia hacia ella. Gobierno entre la espada y la pared En medio de estos movimientos, el gobierno se encuentra en una situación comprometida. Su reciente resistencia a la aprobación del proyecto de Ficha Limpia deja en entredicho su compromiso con la transparencia, alimentando así especulaciones sobre un posible acuerdo clandestino con el kirchnerismo. Esta situación ha generado un clima de desconfianza tanto dentro como fuera de los círculos de poder. Un futuro incierto aguarda a Cristina Kirchner, quien, en su esfuerzo por prolongar su libertad y evitar la prisión, continúa moviendo las piezas en el tablero político argentino. Sin embargo, el desenlace de esta compleja trama aún se mantiene en el aire, mientras se intensifican las intrigas y maniobras en el entramado de la política nacional.
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